2016-06-15 | 08:34:48

›No coman ansias
En el Palacio Municipal de Boca del Río ya hay más de 3 acelerados que esperan irse a Xalapa al gabinete de 2 años, claro, si no ocurre otra cosa de aquí al 30 de noviembre. El primero al que mencionan es Elías Asad, director de Comunicación Social del Ayuntamiento panista, aunque algunas voces dicen que el mero mero a nivel estatal será otro. Todo puede pasar, incluso lo inesperado. Muchas especulaciones, pero no es un secreto que los verdaderamente cercanos al papá del alcalde de Boca del Río han sido y son: Enrique Pérez Rodríguez, hoy diputado federal, a partir del paso de Miguel Ángel Yunes Linares por el Palacio de Gobierno durante el chirinato como su secretario; después en el gobierno federal foxista en materia de Seguridad Pública en Readaptación Social; luego como delegado del ISSSTE, en el propio ayuntamiento boqueño. Los otros, Enrique Ampudia Melo, José Luis Lagunes López, Jaime Téllez Marié. Incluso se llegó a hablar de Genaro García Luna, aunque el propio gobernador electo ya lo descartó. Aparte están los no mencionados, pero que ya encienden sus veladoras para salir de pobres en los próximos dos años. A diferencia de ellos, Lagunes López dejó de verse desde hace algún tiempo, mientras que a Jaime Téllez también lo recuerdan en la Policía Intermunicipal y últimamente en Tránsito de Boca del Río. Por lo pronto, Yunes Linares nombró ayer a Indira Rosales San Román jefa de la oficina del gobernador electo. Ella ha sido colaboradora de su hijo el alcalde de Boca del Río, y ahora lo será del papá.
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El gobernador electo tendrá que dejarle alguna cartera a los militantes del PRD, partido con el cual fue en alianza, aunque seguramente no serán las secretarías ni los mejores cargos, que son para su gente de confianza. Pero deberá tenerlos tranquilos o no tardarán los reclamos y el cobro de facturas. Hasta ahora los del partido del sol azteca han hecho medianamente bien su tarea de ser oposición al PRI en su alianza con el PAN, pero la lucha por el sagrado hueso tiende la alfombra hacia las traiciones, y de eso saben bastante en ambos partidos. Algunos priistas ocultos en el silencio también esperan ser llamados, después de haber cubierto su cuota de traiciones a las candidatas y candidatos a diputados locales y al propio candidato a gobernador. Y hablando de priista, ya es hora de que su partido haga una auscultación a fondo de los presidentes, secretarios generales y el resto de la estructura en los comités municipales y el estatal, porque muchos además de no operar a su favor todavía se dieron tiempo para hacerlo en contra.
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En Veracruz muchos militantes piden la cabeza de Raúl Díaz Diez, a quien acusan de contribuir con su sola presencia al descalabro del priismo en este puerto. También urgen limpiar la casa y arrojar por el drenaje a líderes y lideresas que mucho ayudarán si no estorban. Se vendieron al opositor y corre la voz de que permitieron la compra-venta del voto hasta en dos mil pesos por credencial de elector. Donde ya empezaron los “golpes y zancadillas” después de la derrota en Veracruz para el PRI es en la bancada veracruzana de la cámara de diputados federales y esta misma lucha “arreció” el fin de semana pasado. Todos se estaban dando con todo, acusándose que ni sus distritos pudieron ganar. El encono está tan encendido, que hay un grupo de diputados priistas “jarochos” que acusan a su coordinador, Erick Lagos Hernández de sólo ser un simulador. Así se lo dijeron al líder de la bancada, César Camacho y están a punto de pedir que los deje de “pastorear”. Le fueron a chismear al diputado mexiquense que el originario de Isla está débil ante el grupo Parlamentario veracruzano y que la fuerza que le dieron en su momento Javier Duarte y Fidel Herrera, ya son cosas del pasado.