2016-07-02 | 21:23:46

Cosmovisión
Por: Raúl López Gómez

Histeria colectiva

Llama la atención de quienes arengan y dicen estar de acuerdo con el movimiento de los bloqueos carreteros en los estados de Oaxaca y Chiapas, mismos que se han extendido a Guerrero y Michoacán, pero una postura a una visión miope o corta, no ve los efectos de daños graves en contra de millones que sufren como consecuencia de la intransigencia de quienes como miembros de la CNTE en su movimiento de protesta laboral han excedido sus pretensiones al lastimar de forma lamentable a seres inocentes, ajenos a esta problemática.

Cuando el secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, dice que se agoto ya el tiempo para el dialogo es que el gobierno federal tendrá que poner en marcha un operativo con la fuerza pública para que retorne el orden y la legalidad, a fin de que se restablezca el imperio de la ley.

Los instigadores injustificados a este movimiento intransigente, no quieren reconocer de los efectos negativos que se dan en contra de la población en general luego de más de 40 días de los famosos bloqueos carreteros por parte de la CNTE y entran en una supuesta histeria colectiva a través de las redes sociales.

Las opiniones y reflexiones de muchos en este país ya han exigido al presidente Enrique Peña Nieto que se cumpla con el imperio de la ley y se vuelva a la normalidad la vida en común de estos estados que son víctimas y rehenes de un grupo de maestros que no se tocan el corazón para sus acciones de protesta.

Una vez más el país entra en una polarización de quienes optan por los daños colaterales en perjuicio de terceros y otros a que se aplique la ley. En este dilema el gobierno debe cumplir con el mandado de ejercer el poder del Estado para el restablecimiento del orden en estas entidades que son rebasadas en el accionar de los poderes estatales incapaces de resolver una problemática de esta magnitud por el grado de violencia y de confrontación que ofrecen los integrantes de la CNTE, aclarando que en su lucha laboral nadie está en contra, pero en sus formatos agresivos la gente ya no los tolera y menos los acepta.

Ya llegó el momento de las acciones y al presidente Peña no le va a temblar la mano para que estos bloqueos se liberen y los habitantes de las entidades afectados como son Oaxaca y Chiapas, puedan volver a su vida normal.

Pero además, la población tenga acceso al alimento, a los energéticos y al libre tránsito, cuando en más de 40 días muchos no pueden moverse a los hospitales, centros laborales y a realizar su vida cotidiana por un pequeño grupo de manifestantes que son parte de un movimiento político-laboral que tiene fines partidistas y aquí beneficiar con su accionar a quien los arenga a convertirse en enemigos del gobierno y del pueblo.

Así es que de un momento a otro se espera en estas entidades el cumplimiento al mensaje decisivo del secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, de que los tiempos del dialogo se agotaron y por lo mismo viene ya el paso al cumplimiento del imperio de la ley improrrogable.

Los esfuerzos del gobierno federal a través de la SEDESOL al tender puentes aéreos para llevar alimentos mitiga el hambre y la necesidad de alimentos básicos como son maíz y leche, pero son medidas de emergencia paliativas a la contingencia que no resuelve el problema y que el abasto de alimentos y gasolina tiene paralizada a dos entidades claves en el país como son Oaxaca y Chiapas.

La aplicación de la ley no discute, la reforma educativa tampoco, los maestros de la CNTE tienen la palabra, abandonar el movimiento o ser carne de cañón por orden de sus líderes que permanecen ocultos propiciando esta confrontación con los gobiernos federal y estatales de una región afectada por la pobreza y de los dirigentes corruptos, que no se llenan y siempre quieren más a costillas de sus agremiados.

Lamentable la postura intransigente de los líderes de la CNTE que buscan crear el caos al pretender la mano dura del gobierno y generar que el conflicto se convierta en mayores dimensiones a costa de su propia gente y de terceros. Así las cosas.