2016-07-04 | 08:55:45

Nos enteramos el jueves pasado por nuestro diario IMAGEN que el INEGI presentó los resultados de la Encuesta Nacional de los Hogares 2015, la que se levanta por segunda ocasión, y que tiene como objeto cubrir diversos aspectos no contemplados en otras encuestas, algunos de corte sociodemográfico, ocupacional, educativo y de percepciones sobre el estado de salud de los integrantes de los hogares. Cabe señalar que en 2015 también se levantó la Encuesta Intercensal, que vino a sustituir al Conteo Nacional de Población, la que no se llevó a cabo por los recortes presupuestales del año pasado. A pesar de haberse levantado en el mismo año, hay diferencias en los datos generales entre una y otra. Según la Encuesta Intercensal, en 2015 había 119 millones 530 mil habitantes. De acuerdo a la Encuesta Nacional de los Hogares, el total era de 121 millones 127 mil mexicanos. Para la primera, había 8 millones 112 mil veracruzanos. De conformidad con la segunda éramos 8 millones 327 mil el año pasado. La diferencia estriba en la metodología aplicada en una y en otra encuesta; por ejemplo, la primera se desarrolló en marzo, mientras que la segunda se levantó a lo largo de todo el año. Pero además, la muestra tomada en un caso y en el otro fue muy distinta: en la Encuesta Intercensal se levantaron 6.1 millones de cuestionarios, mientras que en la Encuesta Nacional de los Hogares sólo se aplicaron 64 mil de ellos. Con todo y ello, la Encuesta Nacional de los Hogares confirma los rezagos que en materia educativa y de vivienda se tienen en Veracruz. A propósito del tema candente que hoy por hoy se vive en todo el país, debemos seguir destacando que los niveles educativos en nuestro estado están muy por debajo de lo deseable. La encuesta mide el rezago educativo en el país y Veracruz tiene un rezago de 45.1%, esto es, el porcentaje de la población que siendo mayor a 15 años no tiene estudios, o sólo concluyó la primaria o tiene hasta 2º año de secundaria. En este caso sólo nos rebasan Chiapas, Oaxaca y Guerrero. Por otro lado, mientras que 37.4 de cada cien veracruzanos no han terminado la primaria, el promedio
nacional es de 30.9. La encuesta también revela que más de 1 millón 728 mil veracruzanos viven hacinados en su casa, lo que representa 14.1% del total, en tanto a nivel nacional es menor, de 11.9%. Se considera que hay hacinamiento cuando viven 2.5 habitantes o más por cuarto disponible en la vivienda. En fin, las condiciones físicas de las viviendas también son peores que en el resto de la República. Por ejemplo, 126 mil hogares de más de 2 millones 262 mil están constituidos en casas con muros frágiles, 163 mil en moradas con pisos de tierra, y más de 42 mil con techos frágiles. En todos estos casos los porcentajes veracruzanos son mayores al promedio nacional. Y esto sólo se refiere a las condiciones físicas de la casa, ya no digamos de los servicios de que disponen dichos hogares. A nivel nacional, el 71% de los hogares disponen de agua dentro de la casa. En Veracruz esto sólo es una realidad para el 55.5% de los hogares. A nivel nacional tienen agua disponible el 92.9 de los hogares y en Veracruz sólo el 84.3%. La disponibilidad de servicio sanitario en Veracruz es de 94.4 de cada cien, a nivel nacional es de 96.8. Las condiciones de hábitat y de educación son vitales para el desarrollo de las familias y de las personas. Durante décadas en Veracruz se ha negado el derecho a una vida digna, lo que implica tener lo necesario para contar con mínimos de bienestar en salud, educación y vivienda, derechos consagrados en nuestra Constitución. Los escasos recursos nacionales y estatales destinados a resolver a fondo estos rezagos, así como la corrupción y la impunidad por las cuales se desvían fondos públicos que pudieran ir a resolver estas necesidades, ya no pueden ser los elementos distintivos de la política pública. Por el contrario, es preciso hacer un giro de 180 grados que sólo la participación popular puede lograr, ya que está demostrado que los actores políticos tradicionales no moverán un solo dedo para modificar el estado de cosas que les favorece. Los ciudadanos tienen la palabra.
marco.a.medinaperez@gmail.com