sábado, 04 de mayo del 2024
 
Por Manuel del Ángel Rocha
Columna: Acontracorriente
La agresión, miseria política
2016-07-05 | 09:27:57
El miércoles 2 de Junio del 2010, estando Miguel Ángel Yunes Linares en un acto de campaña para gobernador, en el auditorio municipal de Naolinco de Victoria, Reynaldo Escobar Pérez, entonces Secretario de Gobierno, acorde con su jefe Fidel Herrera Beltrán mandó a las huestes de César del Ángel Fuentes, a secuestrar a quienes permanecían en el interior del inmueble, sin importar si había mujeres, niños o adultos mayores. En sintonía con su estatura política, utilizaba para ello a la organización de los 400 Pueblos, la excrecencia social, o los abandonados de la tierra, que han sido los consentidos de gobierno para sus fines más que retorcidos. La desgracia política se enseñoreaba en Veracruz, que se ha prolongado hasta nuestros días para desgracia de los veracruzanos. De siempre he señalado el pauperismo político de los 400 Pueblos, pero lo mismo ocurre con Antorcha Campesina, o los movilizados del Partido Cardenista de Toño Luna, que merced a los convenios orgánicos con el gobierno, es lastimoso observar que la tropa de parias reclutados, son gente de la población que vive en hambruna y miseria casi generalizada, utilizados por los líderes sin escrúpulos que aprovechan su condición para comerciar con ellos. Es moralmente inaceptable y da náusea esta práctica política. Sus banderas sociales no dejan de ser verdaderas, solo que el pretexto de su sedición, siempre es otro, y en el caso de los personeros de César del Ángel, en los últimos 12 años, su rencor lo han dirigido en contra de Miguel Ángel Yunes Linares, pero también han tenido otros “blancos” distinguidos, como Dante Delgado, Marcelo Ebrard, o Patricio Chirinos. El hostigamiento permanente a Yunes Linares, se debe a que siendo secretario de Gobierno con Patricio Chirinos, del Ángel Fuentes estuvo preso durante cuatro años. Y la pregunta para conocer la “tirria” que César le tiene a Yunes Linares, es saber si éste privo de su libertad a aquél, por ejercer el poder de manera arbitraria o autoritaria, o si César había cometido delitos y era requerido por la autoridad correspondiente. O si realmente la autoridad estatal y federal fue omisa al impartir justicia ante sus demandas, que como en tantos otros casos, las organizaciones y sus líderes han sido sujetos de engaños y atropellos. O de plano es Javier Duarte quién sostiene al líder de los 400 Pueblos, dándole un presupuesto capaz de activar a la organización campirana cada vez que lo requiere, como el 29 de Junio del presente año, que los convocó en las afueras del Congreso local. La provocación no tiene paralelo
en la historia reciente de Veracruz, ni defensa alguna. Resulta despreciativo que en aras de una venganza personal, individuos, infiltrados, incluso fotografiados como posibles policías, fueran quienes perpetraron la agresión en contra del Gobernador electo y los funcionarios panistas y perredistas que lo acompañaban. La ofensiva de los pendencieros se enmarca como la muerte absoluta de cualquier salida política, con quien gobernará Veracruz por los dos años siguientes. Y si los agresores fueron realmente los integrantes de los 400 Pueblos, estamos hablando que sin emancipación, estás prácticas políticas están muy lejos de erradicarse, y por siempre estos menesterosos seguirán siendo carne de cañón. Apesta la asonada, la presencia de Yunes Linares y su comitiva en el Congreso, para denunciar la propuesta del Fiscal Anticorrupción “a modo”, del gobierno de Duarte, que ese día estaba en la orden del día de la agenda constituyente, premeditadamente la organización campirana se apostó en las afueras del Palacio Legislativo, para perpetuar la embestida. ¿Porque envilecer la política y retornar a las cavernas, al ejecutar mañas podridas y estúpidas, que no solo afectan a los ofendidos, sino también a los sórdidos agresores? ¿El culto a la personalidad de su jefe, o la necesidad inmediata e insustituible de estas gentes?, los lleva a niveles ínfimos de conciencia, que nos remite a sentenciar que por esa vía casi todo está perdido, porque exhibe una forma inferior de organización y lucha social. Su desnudez como acción política, solo es el hambre expuesta ante la opinión pública local y nacional, que los humilla. O es la avaricia de su líder, que insaciable, les siembra esperanzas, que nunca se harán realidad. Esta es otra de las herencias malditas de la administración de 12 años de la fidelidad-prospera, donde nunca la honestidad ha sido su distingo. Es Maquiavelismo en su forma más perversa, que todo lo trastoca, y lo pervierte, socavando formas de convivencia naturales de la participación social y política. Los personeros de los 400 Pueblos, solo son servidumbre política al servicio del poder, que su miseria material, moral y política, los ponen prácticamente en condición de ilegalidad. La dupla Herrera-Duarte que han lucrado con la miseria humana, navegando en la lobreguez y la ilegalidad, son nefandos actores de la política de la cavernas y desagües, que han tocado fondo, de donde será casi imposible que no salgan embarrados. Son responsables de la miseria política que vive Veracruz.


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