2016-07-07 | 21:36:06

El dilema del presidente Enrique Peña Nieto, en su propia sucesión presidencial, parece que está más que resuelto, cuando la derrota asoma al PRI y sus aliados, a causa del voto de castigo visto en las pasadas elecciones del 5 de junio, y al fracaso de las políticas públicas peñistas ya en su propio despeñadero como consecuencia de múltiples hechos que ahora son coronados con los aumentos a los energéticos que generan por sí los incrementos en alimentos, servicios públicos y en todo lo que se pueda mover en una economía, afectando a los pobres y “clasemedieros”.

Los incrementos también a las tasas de interés y las últimas decisiones, tienen postrado a un país en la ingobernabilidad a causa de la falta de atención de los conflictos generados por los maestros de la CNTE en varias entidades.

El secretario de gobernación, Miguel Angel Osorio Chong, pronto –se dice—culminará su encargo como responsable de la política interior en el gabinete del presidente Peña, para posiblemente hacerse cargo del CEN del PRI y con esto ponerlo a prueba en el reto más importante de su vida, como sucedió con Luis Donaldo Colosio, cuando asumió la dirigencia de su partido y de ahí brincó a la candidatura presidencial en noviembre de 1993.

Aquí, los retos de Osorio son importantes, cuando pesan sobre su cabeza ya muchos errores, inexactitudes y fallas en su accionar político. Desde aquella bronca con los chavos del IPN cuando dijo que le dieran unos minutos y resolvía el problema y que después se convirtieron en toda una eternidad.

El conflicto de Osorio Chong con el ex dirigente priista Manlio Fabio Beltrones Rivera, lo dejó ya muy sensible, porque el ex gobernador sonorense le clavó una estaca antes de renunciarle al presidente Peña.

Los rumores han sido de qué se culpa a Osorio de las derrotas en varias entidades federativas al dejar hacer y dejar pasar en la operación política, para procurar y adelantar la caída de Manlio Fabio Beltrones, la piedra en el zapato de los presidenciables porque se trata del último de los auténticos operadores del priismo antes de la derrota en el año 2000 con Fox.

En los próximos días estará por verse y comprobarse de que Enrique Peña Nieto es un genio de la política al realizar cambios en su gabinete y dejar ya las bases para una sucesión presidencial ganadora para el PRI.

En esto, las proyecciones por venir, seguramente serán la de Claudia Ruiz Massieu, José Antonio Meade, Miguel Angel Osorio Chong, Aurelio Nuño, Luis Videgaray y del propio Manlio Fabio Beltrones, que aun está adentro de la pelea por la candidatura a la presidencia por el PRI.

Son seis los personajes que por el PRI, en los meses por devenir pueden resurgir ya con muchas posibilidades de darle dirección a quien gane la rifa del tigre para el 2018.

No se necesita ser muy inteligente, y con un poco de sensatez, no hay que dejar pasar la frase el presidente de EU, Barack Obama, de que a lo expresado por el presidente Peña en contra del populismo, él adoptó como un: “yo soy populista”. En razón de las necesidades de combatir las necesidades de un pueblo en materia de vivienda, salud y educación. Esto dejó una ligera sensación de cuidado con el Peje.

El relevo de Osorio Chong, ya es inevitable y ahora sólo habría que esperar para determinarse si estará en una silla caliente o simplemente sucederá como siempre en los gabinetes presidenciales priistas, cuando los titulares de la secretaría de gobernación se convierten en personajes incómodos que están en la catapulta a la candidatura presidencial y se les quita sin entrar a la catafixia.

El mejor ejemplo fue con el entonces presidente Carlos Salinas, cuando hizo cambios en su gabinete aquel sorpresivo 4 de enero de 1993 quitó del cargo en gobernación a don Fernando Gutiérrez Barrios y al titular de la PGR, Ignacio Morales lechuga, como embajador de México en Francia. Ambos veracruzanos al final del salinismo quedaron supuestamente en la banca, pero resurgirían con Coloso.

El destino favoreció a Luis Donaldo Colosio, quién después de presidente del CEN del PRI, fue ungido como candidato del PRI a la presidencia del país en noviembre de 1993.

Colosio ya candidato en el mes de diciembre de 1993, se reunió con dos políticos veracruzanos que se desempeñaban en el servicio exterior, Dante Delgado en Italia y Nacho Morales Lechuga, en Francia, quienes estaban llamados a ser cercanos operadores del político de Magdalena de Kino, que se quedó en el camino aquel fatídico 23 de marzo en el magnicidio de Lomas, que abrió la puerta a Ernesto Zedillo, y después este ya no tuvo más cercanía con los políticos veracruzanos, para dejarle la presidencia del país al PAN.

Hasta la fecha no se han vuelto a encumbrar veracruzanos en la política nacional con amplias posibilidades de acceder a una candidatura presidencial como sucedió con IML y FGB. Así las cosas.