viernes, 31 de mayo del 2024
 
Por Jair Robles
Columna: El lanzamiento de los dos Pepes
El lanzamiento de los dos Pepes
2016-07-10 | 10:47:28
A partir de los cambios en el gabinete que realizó el presidente Peña Nieto, después de las elecciones del 2015, se abrió la baraja de precandidatos priístas. Aurelio Nuño dejaba sus oficinas en Los Pinos y tomaba las riendas de la SEP, para dar cauce a la más importante de las reformas de este gobierno.

Manlio Fabio Beltrones se encargaría de dirigir al PRI para sacar adelante las gubernaturas que estarían en juego durante los siguientes dos años y el hasta entonces canciller José Antonio Meade, se le colocaba al frente de la SEDESOL, la secretaría encargada de manejar los programas sociales del gobierno federal y con la responsabilidad de atender a los pobres del país que cada día son más.

Desde los primeros días Nuño, echó a andar una campaña de posicionamiento en los medios y fue creciendo su presencia e influencia hasta hace unas semanas en que se dio el enfrentamiento entre policías federales y un grupo de maestros de la CNTE, así como habitantes de Noxchitlán, Oaxaca. Los 9 muertos de ese día los tendrá que cargar de aquí al final del sexenio y con ellos se enterraron sus aspiraciones y el apoyo presidencial.

Por su parte Manlio Fabio, también vio su suerte cambiar, con los resultados obtenidos por el PRI, el pasado 5 de Junio y su renuncia a la dirigencia del comité ejecutivo nacional y lo ha dejado por el momento fuera del juego de sucesión.

De las tres nuevas cartas que había abierto el presidente, hoy solo le queda una, sin descontar a los dos principales operadores con los que arrancó su sexenio. Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray. Pero las circunstancias, que tanto influyen en este tipo de cosas, pareciera que se acomodan para el encargado del desarrollo social.

Y esto parece haberlo entendido también el presidente Peña Nieto. En las últimas semanas se han comenzado a mandar señales para darle mayor juego al hasta hoy casi desconocido, Secretario de Desarrollo Social, dentro de la carrera por la candidatura del partido tricolor.

De acuerdo a la crónica que Ciro Gómez Leyva publicó el pasado 27 de junio, sobre un encuentro que un grupo de periodistas había tenido con Peña Nieto, ese fin de semana, el presidente daba los primeros esbozos de quien pareciera ser el nuevo prospecto para que se vuelva el candidato del PRI en el 2018.

En aquella conversación, según lo relatado por el columnista, se habría tocado el tema de López Obrador y las circunstancias que en éstos momentos lo perfilan como el candidato más fuerte.

Desde la perspectiva del primer mandatario, López Obrador y su postura antisistémica no es tan fuerte como se cree, ya que de acuerdo a su visión, “el México sistémico, institucional, es más grande que el antisistémico, porque son millones más los mexicanos que expresarán su defensa por un país con visión de futuro, de libertades, responsabilidad económica y reformas estructurales”.

También dijo que no había que obsesionarse por el candidato del PRI, “porque en una elección nacional es algo tan grande que se puede darle la oportunidad de ganar a alguien que hoy sólo sea conocido por el 1% de la población”.

Dos semanas después, el mismo Gómez Leyva, titulaba su columna La Historia en Breve de la siguiente manera, “Llegó la hora de José Antonio Meade”. Y ahí apuntaba que las cartas se le estaban acomodando al Secretario de Desarrollo Social. Descrito por el mismo columnista como: “el institucional, no priísta. El canciller mexicano que celebró la última reunión bilateral con Hillary Clinton.

El exsecretario de Hacienda que entregó finanzas estables y una economía en movimiento. El hombre polivalente que habla de un México con presente y futuro, y mucho por hacer”. Descripción que retoma en su parte esencial las características de aquel México sistémico, definido unos días antes por Peña Nieto.

De manera casi simultánea el portal de noticias y nuevo periódico que dirige Raymundo Riva Palacio, Eje Central, desplegaba una extensa entrevista con José Antonio Meade. Expresiones y visiones que han sido retomadas en otros medios, por diferentes formadores de opinión.

El conflicto con los maestros de Oaxaca y Chiapas, también le han dado la oportunidad de des-tacar al mismo nivel que el Secretario de Gobernación y demostrar su capacidad para resolver problemas complejos a base de trabajo, coordinación e imaginación, al lograr abastecer la tiendas de Liconsa en aquellos estados, aún con la serie de bloqueos existentes en esos días.

Si se confirma la llegada de Enrique Ochoa Reza a la presidencia del PRI, este sería un indicador más que el presidente ha confiado el manejo de la próxima nominación a un miembro del grupo emanado del ITAM, al que pertenecen Luis Videgaray y Meade. Con lo cual bajan los bonos de Osorio Chong y se fortalecen aún más los dos primeros.

Son varios los factores que hacen de Meade un candidato atractivo para el “México sistémico”. Es un tecnócrata (economista), egresado del ITAM, pero también estudió la carrera de Derecho en la UNAM. A lo largo de su carrera como servidor público, ha demostrado capacidad en diferentes áreas de gobierno.

Es el único miembro del gabinete panista, donde fungió como Secretario de Energía y Secretario de Hacienda, que logró mantenerse en el mismo nivel dentro del gobierno encabezado por el PRI. En el gobierno de Peña Nieto, comenzó como Secretario de Relaciones Exteriores y ahora encabeza la SEDESOL.

No existe en la historia mexicana otro personaje que haya ocupado 4 secretarías de estado y dentro de dos gobiernos de diferente partido. A pesar de esta trayectoria, su paso por la función pública, no ha quedado manchado por señalamientos en su contra por corrupción, por el contrario, su austeridad contrasta con muchos de los demás miembros de esta administración.

En este sentido tiene más coincidencias con López Obrador y por lo mismo sería un candidato difícil de atacar con el tema de la corrupción. Ante Margarita Zavala, pocos mejor que él conocen a fondo como se manejó la administración de su esposo.

Se podría decir que cuenta con los mismos positivos que algunos reconoce a los gobiernos del PAN (manejo responsable de la economía), pero sin el desgaste que conlleva el apellido Calderón, como la desastrosa guerra contra las drogas o los señalamientos de corrupción que rodean a la ex primera dama, como son los casos de la guardería ABC o los negocios de su hermano.

Aún falta mucho tiempo para el 2018, pero el PRI no se puede quedar atrás, quizás y el proyecto político de José Antonio Meade, no crezca lo suficiente y el presidente tenga que buscar una nueva opción, pero por el momento los vientos soplan a su favor.

Lo mismo se puede decir del Senador Pepe Yunes, en el caso de Veracruz. Así como el nombramiento de Manlio Fabio Beltrones al frente del PRI, fortalecía a Héctor Yunes hace un año, de confirmarse la llegada de Enrique Ochoa Reza al PRI y el lanzamiento de José Antonio Meade como posible candidato a la presidencia, se refuerzan sus posibilidades de ser el candidato tricolor en el 2018 para Veracruz.

Como primera muestra, los dos Pepes, estuvieron el pasado viernes entregando certificados del INEA, por el norte del estado. Que nadie se sorprenda si estas visitas se vuelven más frecuentes en los próximos meses.




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