2016-07-14 | 08:50:35

Del hombre entronizado en el CEN del PRI pocos saben que ya estaba en la mira de dos destacados funcionarios del gobierno federal para llevarlo a ese sitio de privilegio de la política nacional. Para Luis Videgaray y José Antonio Meade era el perfil indicado. Enrique Ochoa Reza demostró eficiencia y sensibilidad en la pasada elección presidencial cuando le encomendaron operar la estrategia anti Peje. Sin embargo permaneció en el anonimato político; continuó, sin hacer ruido en labores técnicas de la administración pública. Videgaray, Meade y Ochoa, son egresados del ITAM donde se identificaron y compartieron enseñanzas. Ahora es sucesor de Manlio Fabio Beltrones. Dos trayectorias diferentes: la del sonorense pública y notoria; la de Ochoa Reza, discreta y técnica. Sobre Manlio (tres veces diputado, dos veces senador, gobernador y presidente nacional del PRI), se ha escrito mucho y es considerado una “vaca sagrada” del tricolor. Es un político respetado pero al mismo tiempo temido y odiado por sus adversarios que aspiran al poder en 2018. Por eso le “tendieron la trampa en la elección del 5 de junio”. En cambio de Enrique Ochoa poco se conoce su trayectoria política; sus detractores ponen en entredicho su militancia y que su llegada es inesperada y desesperada. Hasta ahora se sabe de su “talacha” proselitista pírrica en algunas campañas hace algunos años y que cuenta con credencial partidista vigente desde
1991. Manlio, de 63 años, es un político consumado con 34 primaveras dedicadas al servicio público. Enrique, con 43 años, inició su actividad política hace 19 veranos en la administración federal como asesor del secretario de Energía, y al mismo tiempo se desempeñó como Consejero Electoral en el distrito 21 para el IFE. Lo demás es historia: Manlio dimitió al PRI al sufrir contundente derrota con marcador de 7 a 5, muy lejos del 9-3 pronosticado. Y así, el viejo zorro dejó el liderazgo del tricolor a un cachorro de la revolución, a un joven que dio sus primeros pasos en la política hace 25 años, pero que nunca fue representante popular. Hoy es el mandamás en el PRI nacional y anunció que va contra los gobiernos corruptos del tricolor. Optó por el camino de la administración pública hace 19 años y comentan que hizo una excelente labor al frente de la CFE, pero los consumidores no compartan esa opinión, por las alzas en la energía eléctrica. La apuesta del presidente Peña Nieto es sangre joven con ideas innovadoras para levantar al priísmo de la lona, pues ya se vio que más de lo mismo no funciona. Veremos si los viejos lobos de mar ceden el paso a la juventud o cierran filas para seguir mangoneando a su estilo la estructura tricolor. Veremos si en el PRI cumplen con el apotegma de renovarse o morir, o seguirán con más vale viejo por conocido que nuevo por conocer. Lo votantes que ya definieron una alternancia política nacional… tienen la palabra.