miércoles, 05 de junio del 2024
 
Por Jair Robles
Columna: Sin opciones
2016-07-17 | 09:44:51
La idea de meter a Javier Duarte y a sus más cercanos colaboradores a la cárcel, no sólo fue la principal oferta política que Miguel Ángel Yunes ofrecía a los electores veracruzanos durante el pasado proceso electoral, sino que ha seguido siendo una parte central de su discurso aún después de haber sido declarado como gobernador electo. Durante la campaña por la gubernatura, esta estrategia se justificaba fácilmente.

En los meses previos a la elección los niveles de aprobación para el actual gobernador llegaban a sus niveles más bajos. De acuerdo a las mediciones que hace la empresa encuestadora Impulsos, en el mes de Mayo, únicamente el 6.9% de los veracruzanos aprobaban la gestión de Duarte y 76.6% la desaprobaban, el porcentaje más bajo en toda su administración. La idea de meter a Duarte a la cárcel, tuvo tanto éxito porque esta comprobado que el votante decide su voto más por la emoción que por la razón y en este caso el enojo en contra del gobernante saliente era y sigue siendo muy elevado.

Las propuestas de crear empleos, traer inversión, crear infraestructura, etc. suenan bien, pero en este caso no le ganaban al deseo de venganza de una buena parte de la población. Sin embargo la elección ya pasó y la estrategia que tan buenos resultados dio para ganar votos, ya no tiene la misma justificación. De acuerdo a la más reciente encuesta levantada a finales del mes de Junio, el principal problema por resolver para los veracruzanos sigue siendo la inseguridad con un 45.6%, seguido por el desempleo con un 24%, mientras que la corrupción ocupa el tercer lugar con el 10%. Si se le pregunta de manera específica a los entrevistados; qué acciones son las más importantes que deberá llevar a cabo el próximo gobernador? Nuevamente aparece en primer lugar con un 43.8% que reduzca la inseguridad y con un 21.3% que mejore la situación económica.

En último lugar aparece con un 5.1% que meta a la cárcel a los funcionarios corruptos, aún por debajo de la demanda porque pague las deudas del Estado o que atienda los problemas del sector salud. Entonces por qué le ha dado tanta importancia el próximo gobernador a este tema? Las razones parecen ser diversas. Por un lado el propio Javier Duarte, se ha encargado de mantener este tema en el centro de atención con sus propuestas mandadas al congreso del estado en lo que se ha llamado como el blindaje anticorrupción.

Ante estas maniobras era obvio que Miguel Angel Yunes, sostenga y siga expresando en cualquier foro su intención de proceder en contra de los funcionarios de la administración saliente, para tratar de explicar la manera de actuar del actual gobernador. Pero también se debe a que quizás de todas las promesas que hizo durante la campaña, esta sea la más fácil de cumplir o mejor dicho la menos difícil. Aún está por verse que tan dispuesto esta el gobierno federal en llegar a fondo en este tema y que tanto van a apoyar al nuevo gobernador en su cruzada anticorrupción. Si bien las medidas anunciadas esta semana de presentar una demanda ante la PGR por considerar inconstitucionales las medidas impulsadas en los estado de Veracruz, Quintana Roo y Chihuahua, son señal de que el gobierno de Peña Nieto, no esta dispuesto a proteger a toda costa a estos gobernadores priístas, tampoco se le ven muchas ganas de avanzar en este tema, de no ser por la creciente presión social.

El número de exgobernadores con averiguaciones archivadas en la PGR no ha dejado de crecer durante esta administración. No se debe de descartar que a los nombres de Moreira, Padres, Aguirre y Medina pronto se agreguen los de Borge, Cué y los dos Duarte. Por qué Miguel Ángel Yunes, no ha dedicado estos días en ir definiendo sus planes de desarrollo para el estado? O la forma como piensa reducir los índices delictivos? Dos años son un periodo muy corto como para que logre mejorar la situación económica. Más si tomamos en cuenta el entorno nacional e internacional. Yunes recibirá un gobierno prácticamente en quiebra y con tantos compromisos que si le va bien, como ya lo ha afirmado, lo más que puede hacer es detener el deterioro.

Transparentar las cuentas y llevar un gobierno austero, con tal de que las calificadoras e inversionistas empiecen a confiar nuevamente y poco a poco se vayan sanando las finanzas públicas, sería su mejor aportación. Esto es en el ámbito económico, que en casos tan graves como este no hace más que empeorar la inseguridad y esta a su vez en un círculo vicioso, repercute en la economía y así sucesivamente. No creo que reducir la inseguridad sea imposible y en este caso terminar con la impunidad en todos los niveles es indispensable, pero no suficiente. Este es un problema que al igual que la economía, su solución no depende únicamente de la autoridad local. Y en este tema ya llevamos dos gobiernos federales que no han encontrado la forma de resolverlo, sino por el contrario, conforme pasa el tiempo, la inseguridad invade a la nación como cáncer que se extiende por cada vez más regiones y Veracruz es uno de los focos más graves de esta infección. La propia trayectoria del nuevo gobernador en esta área, refleja experiencia pero con pocos resultados claros.

La gendarmería sigue sin llegar al sur y quizás se vuelva una de las prendas de cambio que se le otorguen al nuevo gobernador, a cambio de que se alinee con las directrices del gobierno federal. Entonces que opciones le quedan al nuevo gobernador para poder decir dentro de dos años que termine su gestión que hizo un buen trabajo. De qué manera puede salir bien librado y aspirar a un puesto en el nuevo gobierno federal, si es que gana el PAN, o de heredarle a uno de sus hijos el puesto de gobernador. Dentro de sus cálculos y en base a su historia, lo más fácil es seguir enfocado en meter a Duarte a la cárcel


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