2016-07-18 | 21:59:40

Petróleos Mexicanos (Pemex) cuenta con una estrategia de diversificación de financiamiento que le permite generar confianza entre los inversionistas y cumplir con sus obligaciones crediticias, aseguró Juan Pablo Newman, director de Finanzas de la empresa, que con una deuda en bonos y papel comercial a largo plazo sumó 1.2 billones (millones de millones) en deuda a marzo de este año.
Sí, hay que reconocer que ciertamente dio muestra de ello con la emisión del bono samurái del viernes pasado en que colocó en el mercado japonés por el equivalente a 760 millones de dólares, con un rendimiento medio de 0.54% a 10 años, que según Newman “es el menor al que Pemex ha tenido acceso en los mercados internacionales”.
Pero esa confianza que la emblemática empresa mexicana petrolera destila hacia el exterior, no se percibe puertas adentro de sus intalaciones. Allí todo es incertidumbre, llámese refinerías o petroquímicas u oficinas centrales u clínicas y hospitales de la institución.
Los mandos medios estresados entre la presión de más trabajo con menos personal y la zozobra de no saber si continuarán en el puesto, o los despedirán, o los presionarán para que pidan su jubilación anticipada o los mantendrán en sus puestos. Qué nuevo funcionario llegará con sus “estrellas” y cuál caerá en desgracia junto con su equipo.
Los trabajadores en la incógnita de un sindicato que no les informa lo que realmente está pasando y pasará con sus plazas y que no ha conseguido que los servicios de salud que les brindan cuenten con suficiente médicos, material de curación y medicinas.
Los petroleros ya no saben cuáles son las prioridades de la empresa. Cuestionan si explorar reservas, extraer crudo, producir gasolinas, producir petroquímicos y darle al país una estrategia seguridad energética dejaron de ser la razón de su existencia.
Ahora compiten con otras 9 empresas en el ámbito de la extración, La gasolina se compra en más de 40% en el extranjero; sus complejos como Cangrejera, no tienen capacidad para suministrar la suficiente materia prima a sus clientes -con los que firmó un compromiso- y a si misma; y pues, hay que cumplir al cliente.
Un Pemex que recompró carísimo Agronitrogenados para conseguir abastecer buena parte del mercado de fertilizantes y abaratarlos para los productores de nuestro país. Un Pemex que, para colmo, no logra erradicar el millonario robo de combustible y batalla con un bajo precio del barril.
El amor a la camiseta de Pemex persiste en muchísimos mexicanos, sobre todo en muchísimos de la zona sur de Veracruz. Pero necesitan recobrar la confianza y el orgullo por su querida empresa. Necesitan la certidumbre del rumbo que se ha marcado y conocer -sin rollos políticos, las metas a las que Petróleos Mexicanos, dentro de la llamada Reforma Energética, aspira llegar.