2016-07-27 | 09:43:44

Que la Convención Nacional Demócrata se realice estos días en Filadelfia da un mensaje por demás contundente. Justo ésta es considerada la cuna de EU, ahí se instauró, se dio forma a su democracia. Allí se firmó su Constitución. Pero ahora, Filadelfia será sede de otro dato histórico: ahí será nominada, de manera oficial y por vez primera, una mujer como candidata presidencial. Hillary Clinton esperó ocho años para lograrlo, luego de más de 24 años de una carrera política, Clinton llega a la nominación de su partido en lo que es otro momento histórico: el contendiente republicano con quien disputará la presidencia, empezó como una mala broma y acabó siendo una triste y muy desafortunada realidad. No recuerdo ningún otro aspirante a la Casa Blanca con el nivel de megalomanía que vemos a Trump. No recuerdo una elección en la que nos haya costado tanto trabajo entender cómo está funcionando el proceso de decisión de los electores republicanos, tal vez porque nos cuesta creer que el discurso de Trump esté siendo aplaudido por tantos. Y en gran medida es, como lo dijo Álvaro Cueva, porque el expresentador de El Aprendiz es un maestro del showbiz: lee con precisión el humor de un sector del electorado y sabe que el odio vende bien. Por eso esta elección en EU es y será histórica: por sus polos opuestos. Por un lado el odio y la discriminación y una
política cerrada y, por el otro, la posible llegada de una mujer liberal al frente del país más poderoso del mundo. Y no es dato menor que veamos en Clinton a una mujer que ha roto el mayor techo de cristal existente en la escala del poder. Cuando era niña Hillary quiso ser voluntaria para el programa de entrenamiento de astronautas en la NASA, pero le contestaron que no se admitían niñas. Desde entonces muchas han sido las batallas que Clinton y tantas mujeres en el mundo han tenido que enfrentar para demostrar el tanto potencial que pueden aportar. La madre de todas las batallas políticas en EU se empieza a jugar ya, de manera oficial, con estos dos candidatos nunca antes vistos, capaces de generar reacciones completamente opuestas. Y Hillary es, tal vez, quien más difícil la ha tenido para lograr su candidatura: dos escándalos de filtración de correos electrónicos (del que ya fue absuelta por el FBI ), unas elecciones primarias complicadas, pues Sanders no se bajó de la carrera sino hasta hace apenas unas semanas, a pesar de que no lograría el número de delegados necesarios. Ha sido complicado el trayecto que Clinton ha recorrido hasta el día de hoy, y complicado según auguran las encuestas. Apenas ayer aparecía una de la cadena CNN en la que dan tres puntos porcentuales de ventaja a Donald Trump (campaña normal tras la Convención Republicana).
El mensaje que Hillary dé en la CND será su primera gran oportunidad para tomar aliento y acelerar el paso frente al republicano. El nombramiento de su compañero de fórmula, Tim Kaine, como el primero de los pasos necesarios para consolidar el discurso de inclusión. Un vicepresidente que habla perfecto español, que es mediático y carismático. Pero para ella, esta convención será fundamental para lanzar desde ahora un poderoso mensaje de por qué ella, y no Trump, debe ser presidenta de Estados Unidos. Ayer en Reporte 98.5 me decía Genaro Lozano (acaso el mayor conocedor en México de la biografía y el pensamiento de la señora Clinton) que no debemos dudar de que el discurso que dé Hillary el jueves, será el “discurso de su vida”. Y que será uno en el que logre dar certezas pero también alejarse de la imagen “sistémica” que le hemos conocido en todos estos años. Hillary ha roto un techo de cristal (su candidatura) y ése es ya en sí un hecho histórico, pero le ha llegado el tiempo de demostrar que no sólo es la primera mujer con posibilidades reales de competir por la Presidencia de la que es aún la economía más importante del mundo, sino también la pieza fundamental para la construcción democrática de su país capaz de conectar una nueva generación de estadunidenses que apuesten por algo más que el lamentable discurso de las bestias.