2016-08-03 | 20:21:17

Entre las especulaciones más firmes sobre la posible salida del gobernador Javier Duarte de Ochoa figura como fecha fatídica que sería antes del día primero de septiembre, cuando el presidente Enrique Peña Nieto rendirá su cuarto informe de Gobierno. Ese sería el anuncio espectacular para legitimar el Sistema Nacional de Anticorrupción y como ejemplo para sancionar a los miembros de su partido, hecho al que se le dará una gran difusión mediática donde también figuran los gobernadores de Chihuahua y Quintana Roo.

Lo que fundamenta este rumor es el comunicado del presidente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, quien busca la expulsión de los gobernantes y el silencio guardado de miembros del gabinete peñista ante la serie de acusaciones en contra de Duarte de Ochoa.

No se puede dejar de lado que el presidente de México, es el jefe del gobierno, el jefe de estado y jefe del partido en el poder. Por lo que no puede tener vacíos de poder y ahora que el PRI perdió la gubernatura veracruzana se recuerda el discurso de Manlio Fabio Beltrones al renunciar al liderazgo nacional del partido tricolor: “Los partidos pagan en las urnas lo hecho por los gobiernos”.

También los gobernadores del PAN son corruptos

Entre los escándalos de corrupción también figuran varios gobernadores del PAN, donde destacan Guillermo Padrés de Sonora y el electo Martín Orozco de Aguascalientes, a quienes se les ha acusado de uso indebido del servicio público, tráfico de influencias, desvío de fondos públicos y hasta robos de terrenos. Al igual que los priístas falsean sus declaraciones patrimoniales, tienen la misma escuela.

No hay que olvidar que el PAN es el principal aliado del PRI para mantener el programa neoliberal y las reformas estructurales privatizadoras.

¿Quién quiere pagar impuestos?

A nadie le gusta pagar impuestos, pero la medida adoptada por las Cámaras de Comercio de no pagar la tasa del tres por ciento como una medida de presión sobre el mal manejo de las finanzas del gobierno de Veracruz, cuando precisamente la presión prioritaria que existe es que les paguen a los proveedores y sobre todo a los pensionados que es precisamente con ese dinero es como sobreviven.

Ese impuesto fue establecido por el entonces gobernador Miguel Alemán para dedicarlo a infraestructura y nuevas obras, pero el decreto no era limitante sobre otro destino que tuviera mayores prioridades. El problema de Javier Duarte es que de esa tasa impositiva se desconoce hacía dónde ha sido canalizada y se habla de una suma de cientos de millones de pesos.

Será interesante la reunión que pretenden los Canacos de Veracruz con el secretario de Gobernación, Osorio Chong para que les apruebe la decisión de no pagar impuestos y lo más seguro es que le pregunte a Luis Videgaray, secretario de Hacienda, el de los gasolinazos, si respalda la medida. Sentaría un precedente lo que motivaría a que nadie pagara ningún impuesto porque de antemano se sabe que gran parte de esos recursos públicos es lo que fomenta la corrupción existente.