martes, 28 de mayo del 2024
 
Por Roberto López Delfín
Columna: Vórtice
Vórtice
2016-08-09 | 09:39:57
Cosecha de tempestades


Si un observador externo se atuviere a criterios de análisis de racionalidad pura, se sorprendería de las cotidianas acciones y declaraciones de brutalidad, violencia y miopía política que testificamos a diario en el Estado de Veracruz, que han incluido acusaciones sin sustento, insultos personales y presuntos hechos de sangre que no serían explicables, sino hubiera –como la hay- una larga historia de afrentas entre los sujetos y los partidos políticos que los protagonizan. Nos referimos específicamente, al enfrentamiento público del Gobernador Javier Duarte de Ochoa y su gobierno contra Miguel Ángel Yunes Linares, familia y seguidores, a partir de la victoria de éste en las elecciones del 5 de junio pasado.

Hay muy pocas verdades reconocidas por todos, mesurables, verificables en el universo. Unas de ellas son las “leyes del movimiento universal” o “leyes de Newton” formuladas en 1687; específicamente, la “tercera ley de Newton” que señala que a cada acción corresponde una reacción en sentido contrario, inversamente proporcional a la que la generó. Dicha Ley, no aplicable en todo caso al electromagnetismo y algunos sucesos de la física cuántica, entra dentro del limitado acervo de conocimientos generales que tenemos sobre lo que existe y, a pesar de haber sido redactada para posibilitar la comprensión del universo físico, sin duda podemos utilizarla para entender muchas realidades sociales, económicas y políticas.

Se podría redactar un polémico ensayo de si las leyes que rigen al universo son inequívocamente aplicables en forma general al ser humano y sus comunidades (ínfimas entidades más de las miles de millones que existen en el Cosmos) pero circunscribámonos a lo obvio: si bien es cierto, en cuanto seres físicos estamos atenidos necesariamente a las leyes universales del movimiento; la termodinámica; la evolución y la relatividad –por mencionar solo las más conocidas y comprobadas- nuestra realidad personal y nuestras comunidades siguen causes coincidentes, en la mayoría de los casos, por leyes naturales que son aplicables básicamente a todas las culturas y tiempos: la tercera ley de Newton es un buen argumento a favor de este planteamiento, algunos llaman Kharma a ese mecanismo.

Y es que el enfrentamiento entre JDO y MAYL viene de lejos. Sus causas y orígenes se remontan al siglo pasado, cuando Fidel Herrera Beltrán, mentor y padrino político del hoy gobernador, realizó una serie de afrentas personales a MAYL, siendo público y notorio su diferendo a partir de los resultados de la elección del 19 de octubre de 1997, en la que habiendo obtenido el PRI los peores resultados en su historia de unas elecciones municipales en Veracruz, MALY señaló que la derrota provenía de traiciones internas, habiendo señalado concretamente a FHB como uno de los artífices de esa derrota que hizo posible, un año después, la llegada al poder del Gobernador Miguel Alemán Velasco, quien por esas fechas ya no estaba interesado en la política; había pedido licencia y se había separado de su curul senatorial y fungía como Presidente del Grupo Televisa.

La verdadera historia de la animadversión personal entre FHB y MAYL solo la sabrán a ciencia cierta ellos. Y, a pesar que en términos históricos debería ser anecdótica, ríos de tinta hay al respecto. Lo cierto, lo lamentable es que a partir de los resultados de la elección del 19 de octubre de 1997, dicha animadversión escaló al nivel de lo público, en la forma de un enfrentamiento personal, directo que transcendió el nivel del ámbito político y electoral. Dicho choque de personalidades es el origen de las acciones que desde el poder JDO ha realizado y está realizando contra MAYL, perdiendo de vista que al implementar hoy acciones en su contra, suele perjudicar a Veracruz y está desmontando instituciones necesarias para la gobernanza de nuestro Entidad, ya de por sí conflictuada y en crisis.

La salud de la República y la democracia implican necesariamente la confrontación y el diálogo. Hasta ahí, pueden o no caerse bien los actores políticos y son benéficas las competencias entre ellos, por lo que sus quereres y simpatías recíprocas no deberían tener transcendencia más allá del ámbito de su vida privada, pero en Veracruz no ha sido así. Si bien es cierto, cada cual tiene lo suyo y nadie es monedita de oro para caerle bien a todos, es ilegal que los enfrentamientos, animadversiones personales trastoquen, perviertan, conduzcan y corrompan instituciones y políticas públicas como ha ocurrido y está ocurriendo en Veracruz.

Tan excesivo ha sido el duelo entre JDO y MAYL, que la propia Presidencia de la República ha debido entrar a controvertir, judicialmente, propuestas que tendieron a privilegiar la agenda y querer personal de JDO sobre su deber jurídico como Gobernador y el interés público de sus gobernados. Desafortunadamente, muchas de esas acciones han sido aprobadas a partir de la derrota del PRI del 5 de junio, verbigracia: eliminó el fuero para el próximo gobernador (conservándolo hasta el último segundo de la administración de JDO); creó fideicomisos irrevocables para pagar con recursos fiscales del futuro, deudas adquiridas por su administración en el pasado, privilegiando a una lista de “amigos” y “allegados” a JDO; realizó persecución gubernamental contra la familia y seguidores de MAYL (doy fe, en carne propia de dicho proceso); realizó nombramientos de incondicionales de JDO y se basificó a miles de trabajadores de Gobierno del Estado incluso a personal de confianza de JDO, creando un pasivo laboral contingente de miles de millones de pesos, de un momento a otro y reduciendo el margen de maniobra de la próxima administración; se transfirieron a la Fiscalía de General del Estado activos de uso necesario para un gobernador (como los 2 helicópteros que utilizó JDO con tanta liberalidad) y; hoy se declaró ante la FGE el Gobernador Electo, a resultas de que hace 5 días, el Gobernador en funciones le acusó de diversos delitos, no obstante hace meses el titular de la FGE recibió una serie de denuncias contra el JDO, de quien es tan amigo, con lo que se evidencia el ejercicio selectivo de investigación y uso de los aparatos de procuración de justicia en Veracruz.

Quedan más de 100 días de gobierno de JDO, ¿Cuántas medidas en contra del Gobernador Electo veremos en ese lapso de tiempo? ¿Hasta cuándo y de qué manera nos veremos afectados los veracruzanos por este enfrentamiento del poder que no acaba de irse y el electo que llegará? La justicia debe hacerse, pues sin ella no habrá paz social, ni desarrollo democrático, social ni económico. Muchos vientos han sembrado y siembran en Veracruz las autoridades que deberían tener por prioridad el bienestar de los veracruzanos, no el combate y debilitamiento de los que considera adversarios políticos. Que nadie se sorprenda. Es factible prever en unos meses, la cosecha de tempestades que en justa aplicación de la Ley exigen los veracruzanos. Lo seguro es que a toda acción corresponde una reacción en sentido contrario.



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