2016-08-12 | 21:27:02

El nivel de aceptación del presidente Enrique Peña Nieto, en el más bajo histórico de los últimos tiempos, a causa de diversas circunstancias no dejan de ser alarmantes en donde la mala imagen permea un mandato que a juicio de los expertos la presidencia ya la ven perdida para el PRI como consecuencia de los actos de corrupción expuestos mediáticamente.

Aun hay tiempo de recomponer el rumbo, aunque difícil, pero el nivel de la futura competencia electoral es de aspirantes estigmatizados con la corrupción y la impunidad en la clásica partidocracia ausente de compromiso social, por lo que por el momentos los que asoman la mirada a ser candidatos presidenciales en el 2018, que no representan nada más que malas opciones al fin.

Aparecen con vanas intenciones de ser presidenciables, Margarita Zavala por el PAN, Graco Ramirez Por el PRD, Jorge Castañeda aspirante independiente, Miguel Mancera, PRD, Andrés Manuel López Obrador de MORENA y en el PRI los más visibles son Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong.

El padrinazgo de Luis videgaray a la generación de graduados de la Heroica Escuela Naval en donde hasta habló en la ceremonia, causó mucho ruido entre los expertos en el análisis de la política que le dan ventaja al secretario de hacienda en la búsqueda de la candidatura presidencial priista.

Por cierto al Peje tabasqueño, nadie le creyó su tres de tres, en relación a sus declaraciones de impuestos, ingresos y de propiedades, porque dice que no es dueño de nada como la canción.

Con esto se concluye que la premisa es que todos los políticos mienten y en la elección presidencial del 2018 a quien los electores den cuenta es que es la persona más seria y honesta, se la que se proyecte con más fortaleza a ganar una elección.

También el espaldarazo del presidente Enrique Peña Nieto, al veracruzano Alberto Silva Ramos, diputado federal con licencia y actual coordinador de comunicación social del gobierno del estado, caló fuerte entre propios y extraños.

Al famoso Beto Silva no se le descarta para incorporarse al gabinete peñista más pronto que temprano y con eso posicionarse como uno de los personajes más destacados de la política veracruzana. Al tiempo.

El gobernador Javier Duarte, sale al paso de la guerra mediática en su contra desatada desde diversos frentes locales y nacionales, y dice son mucha seguridad que está seguro de que no lo podrán meter a la cárcel, porque está limpio.

Aquí es cierto, Duarte ha sido víctima de una feroz campaña mediática durante todo su mandato y aquí hasta ha sido objeto de ataques del fuego amigo y no hay que descartar hasta de traiciones.

Los efectos que se habían potencializado en perjuicio del gobernador Javier Duarte, desde las campañas mediáticas en su contra al momento han disminuido en intensidad.

En otro asunto, el fracaso de la delegación mexicano en los juegos olímpicos de Río 2016, apunta al mal manejo del presidente de la CONADE, Alfredo Castillo. Aquí los efectos catastróficos corresponden a la decisión de poner al frente de este organismo a quien puso las diversas federaciones deportivas en su contra y los deportistas se han quejado de falta de apoyo y sobre todo por la escasez de recursos económicos.

Castillo, fue a turistear a Río de Janeiro y ahora deberá enfrentar con estoicismo el fracaso, por no decirle cinismo. En su defensa culpa a los jueces de las malos resultados por ejemplo en los clavados. Así las cosas.