2016-08-20 | 09:35:27

De acuerdo con datos del IMSS, el cual advierte que más de 22 millones de adolescentes inician su vida sexual a los 14 años en el caso de los hombres y a los 15 años las mujeres, lo cual representa un 50% de la población adolescente del país. En relación con lo mencionado, hay 797 mil adolescentes que han tenido relaciones sexuales y no utilizan ningún método anticonceptivo, en donde el 48.9% son mujeres y el 51.1% son hombres; es decir, si correlacionamos estas cifras con las de CONSIDA, donde la categoría de 16 a 24 años es el grupo de edad con mayor incidencia anual tanto en Infecciones de Transmisión sexual como en SIDA, lo cual representa un rango superior en referencia con la población total del país e incluso el riesgo que asumen ante la posibilidad de un embarazo no deseado, colocando en mayor vulnerabilidad a las mujeres adolescentes. En tal sentido, Lorena Cruz (Presidenta del Instituto Nacional de la Mujer) menciona que anualmente en México hay alrededor de 11 mil niñas menores de 15 años que ya han sido madres, agregando :Que una adolescente embarazada con independencia de las circunstancias y razones, ve afectado su presente y futuro el cual cambia radicalmente, dejando de antemano la educación, desvaneciendo su perspectiva de trabajo, incrementando la vulnerabilidad a la pobreza, aunado a la estigmatización y discriminación de género, desaprobación e incuso el rechazo familiar o social tanto en sus escuelas, comunidades y en ámbitos religiosos. En ese mismo orden, es posible aducir que esto es derivado de la falta de información científica de prevención sexual en las escuelas; donde el aviso de la previsión no se este dando de una manera didáctica; incluso, se puede suponer que la comunicación de prevención sexual no se encuentra focalizada de acuerdo a la zona geográfica en la que habitan los grupos de adolescentes en relación a sus costumbres; lo cual, ha debilitando el aprendizaje de la previsión de los embarazos no deseados. Ante esto, es significativo desarrollar un modelo actual de educación sexual, con la finalidad de que instruya a los jóvenes sobre sus derechos sexuales y reproductivos; con el propósito, de que tenga la posibilidad de tener acceso a métodos anticonceptivos para un ejercicio pleno y responsable de su sexualidad, adiestrando al adolecente en su futuro, para que pasen de la prohibición a la planeación.
Sin embargo, a pesar de que CONAPO haya lanzado su campaña de prevención del embarazo en los adolescentes, derivado de los resultados del 2015, en donde hubo 447 mil nacimientos en mujeres de 15 años a 19 años, convirtiéndolo en un problema de salud pública a nivel nacional. Ante este hecho, se debe apremiar el desarrollo de una política pública Estatal, que prevenga y apoye a las madres solteras en auxilio al rompimiento de este patrón intergeneracional. En síntesis, urge la posibilidad de establecer una asignación presupuestal que se transforme en un apoyo económico a la madre adolescente, donde el objetivo especifico sea: a) considerar terminar una profesión para que su futuro no sea endeble; dejando, de ser vulnerable a la pobreza; b) establecer un vinculo familiar de la madre con su hijo, para evitar que se presente el caso de que transmita su responsabilidad materna a los abuelos y estos vuelvan a ser padres por segunda vez a los 50s, ante el argumento de que su hija va en búsqueda de la “juventud perdida” y el menor crezca en el abandono de la indiferencia. Es conveniente recalcar, que en muchos casos el apoyo económico no es suficiente para la manutención de la madre adolescente con su hijo y ante esa realidad ella deja el estudio para trabajar; por lo cual, es menester establecer apoyos jurídicos a estas madres adolescentes. Primero, para el reconocimiento de la paternidad; segundo, para que se fije la pensión alimenticia, incluso en caso de ser menor de edad el papá ya que los padres de este, tienen por ley la obligación de responder por todos los actos de sus hijos menores de edad. No se trata de justificar las acciones realizadas por los adolescentes, se busca reconstruir el tejido social, proveyendo de derechos, bienestar y responsabilidades compartidas, en beneficio de los recién nacidos así como de las madres adolescentes. Ante el desgaste social que provocan las diferentes posturas a favor y en contra del aborto, es prioritario pensar en los neonatos que hoy están naciendo bajo el cobijo de estas circunstancias; por lo cual, debemos de estar consientes de que para lograr inhibir estas conductas es conducente realizar otras acciones, con la finalidad de obtener resultados distintos.
@ErickCelso