viernes, 03 de mayo del 2024
 
Por Marco Antonio Medina Pérez
Columna: La escena veracruzana
Presupuesto 2017, sin sensibilidad social
2016-09-12 | 08:46:33
Una llamada fuerte de atención por parte de los poderosos centros de poder internacional, en voz de las calificadoras Standard & Poor’s y Moody´s Investors Services, así como la revelación del papel jugado por Videgaray en la visita del candidato republicano a nuestro País, fueron factores determinantes en la salida del influyente exsecretario de Hacienda y la llegada de José Antonio Meade a ese puesto. En efecto, en los días previos las calificadoras bajaron el nivel de aprobación de la economía mexicana de “estable” a “negativa”, producto del enorme nivel de deuda acumulado en estos años y que hoy representa 48% del PIB, lo que significa, nada más y nada menos, que debemos casi la mitad de lo que produciremos este año, y de que el pago de los intereses de esa deuda vuelve insostenible cualquier presupuesto y nos puede colocar en una situación de impagos, el pecado mayúsculo, imperdonable, para el gran capital. Por otro lado, las consecuencias negativas de la visita de Trump hacían inviable que Videgaray llegara al Congreso con un paquete económico cargado de medidas amargas. De nuevo se repite el círculo vicioso: reducir el déficit fiscal, disminuir para ello el gasto público, poniendo énfasis en la inversión productiva y el gasto social; por ello la economía no crecerá, habrá una menor recaudación y por lo tanto un mayor déficit. Si el déficit fiscal se redujera imponiendo medidas severas y reales contra la corrupción y se aplicara una
austeridad republicana, no una austeridad para los pobres y para la inversión productiva, sino para los gastos excesivos, suntuarios y no indispensables para el funcionamiento del sector público, no sólo no habría necesidad de endeudamiento ni de aumentar impuestos, sino que se podrían liberar muchos recursos para invertir productivamente y con ello reactivar los negocios y la economía; habría en consecuencia una mayor recaudación y se disminuiría radicalmente el déficit en las finanzas públicas. El gran objetivo del presupuesto presentado el pasado 8 de septiembre es tener un superávit primario(http:// finanzaspublicas.hacienda. gob.mx/work/models/Finanzas_Publicas/docs/paquete_economico/precgpe/ precgpe_2017.pdf), lo cual es regla básica de cualquier presupuesto, ya sea público o privado: no gastar más de lo que se ingresa, lo que sin duda tanto Meade como Videgaray habían olvidado de sus clases del ITAM. Pero para lograr ello los grandes afectados son las dependencias y entidades que tienen un papel relevante en la inversión como la SCT, PEMEX y CFE, además de las secretarías que tienen que ver con el desarrollo social: la SEP y SEDESOL. Este superávit primario servirá para sostener el servicio de la deuda, que en 2017 será de 568 mil millones de pesos, y con ello atender la preocupación de los grandes centros financieros. La argumentación de Mea
de de que es un presupuesto con sensibilidad social no se sostiene de ningún modo, porque aparte de que tendremos un año con un menor crecimiento del que el país necesita, los programas sociales en que se ha basado la política social del régimen sufrirán un gran debilitamiento, como lo presento en el cuadro siguiente, donde se ponen las cifras de los subsidios (los recursos que llegan directamente a la gente) que contienen los 15 programas que lleva a cabo SEDESOL, sin considerar los gastos administrativos. Como se ve, excepto el Programa de Apoyo a las Mujeres, todos los demás decrecen en términos reales. Los de Liconsa, Diconsa, Fomento a las Artesanías se mantienen igual en términos nominales, pero aplicando la inflación de 3% programada para el próximo año el resultado real es una disminución. PROSPERA también disminuye, aunque casi se mantiene con el mismo presupuesto. Los que más sufren disminuciones importantes son los de Empleo Temporal, Jóvenes, Migrantes, Coinversión Social y Fomento a la Economía Social. Según los datos disponibles, el seguro de vida para jefas de familia no tendrá ningún presupuesto en 2017. El desempeño de Peña y de su empeñoso gabinete económico ha resultado penoso. Meade, secretario de Hacienda con Calderón y hoy con Peña no es sino la continuidad: más de lo mismo. El futuro del país pende de un hilo. Los ciudadanos tienen la palabra.
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