2016-09-12 | 19:41:04

Las disputas electorales en el país con motivo de las próxima sucesión presidencial en el 2018, está muy claro que algunos de los dirigentes católicos en este país, no están dispuestos a perder un apice en una lucha que para muchos ya había quedado en el pasado por tratarse se temas de derechos civiles y eso únicamente en el asunto del reconocimiento a las parejas de la comunidad LGBT.

La iglesia católica con el asunto de la defensa de la familia se ha proclamado en una manifestación el fin de semana, como sucedió hace algunos meses por el tema de la defensa de la vida, ahora cambia el motivo, pero de nuevo salen a las calles a mostrar el músculo.

Entre los grupos de uno y otro bando, se generaron amenazas de odio y de rencor, olvidando que Dios creó al mundo como es y sin diferencias, pero hay quienes desde la antigüedad se han negado reconocer a las personas que tienen preferencias sexuales diferentes y en ese asunto los años han pasado, con luchas, criticas y una desenfrenada guerra de odio.

En México, la iglesia católica, pretende marcar la agenda política, pero jamás se ha manifestado por el tema de la pobreza y ahora se convierte en redentora de algunos asuntos que van en contra de los propios derechos humanos y civiles de sus miembros,

Muchas líderes sociales y de intelectuales levantaron la voz para darle cordura al asunto de la defensa de la familia y se le pidió cordura.

La rectora de la UV, doctora Sara Ladrón de Guevara, pidió a la iglesia católica no interferir en el asunto de los derechos civiles de las personas.

Incluso el pronunciamiento del Papa Francisco, ha sido de reconciliación y del perdón, si de que la iglesia universal pida perdón a los miembros de la diversidad sexual que son tan hijos de Dios como cualquier otro ser humano.

En pocas palabras el respeto es lo que debe prevalecer y en este caso, lo único que se observa es un interés de los dirigentes de la iglesia católica de interferir en las cuestiones políticas y electorales y posiblemente por eso es que le andan declarando la guerra al presidente Enrique Peña Nieto y a los gobernador que se han pronuncia a favor de los temas que desde siempre han sido tabú para una iglesia ancestral y ajena a los temas sociales, porque existe una mayor preocupación por el terrenal y no por lo divino.

Los temas de discriminación y de odio ya habían terminado hace algunos años, ahora la iglesia católica vuelve de nuevo y esto le está propiciando cada vez más perder adeptos, mientras el Papa Francisco convoca al perdón y a la tolerancia en estos lares permanece la división y el pleito entre unos y otros.

Por eso es que desde hace años se espera ya la remoción del cardenal Norberto Rivera, por xenófobo y pendenciero, quien no tarda en ser jubilado para dejar de andar levantado a la población en movimientos estériles y que ya marcan un avance en las legislaciones en el orbe.

El asunto del aborto y los matrimonios gay, han sido parte de las diferencias entre quienes dicen conocer a Dios, pero bajo el agua son demonios y atentan en contra de los niños como en el caso de los curas pederastas y por eso hoy vuelve de nuevo la guerra de odio operada por la iglesia.

Es tan obvio el interés de los líderes de la iglesia católica en lo político andan de nuevo buscando el regreso de la cristiada y entonces de nuevo la guerra como en el siglo pasado de la persecución religiosa como una salida al deseo abierto de pretender mayor poder material y económico. No se llenan y por eso se rompe la regla de que en México ni hablar de política o religión.

Pero el domingo las amenazas fueron hasta en contra de los medios de comunicación, “para que no siga la desinformación”. Así las cosas