2016-09-20 | 09:10:50

›Desprotección civil

Ayer se celebró el Día Nacional de la Protección Civil y por todos lados hubo actos conmemorativos de los sismos de 1985. Se supone que la intención fue generar conciencia sobre la importancia de prevenir para no tener que lamentar tragedias como la de hace 31 años en la Ciudad de México. El gran problema es que una vez pasas las ceremonias nadie se acuerda y persiste la apatía ciudadana en materia preventiva. Y también de muchos gobiernos. Pocas personas saben qué hacer antes, durante y después de una emergencia, sea terremoto, inundación, explosión y lo que surja. Es cierto que en televisión a veces pasan algunas recomendaciones, pero nada garantiza que cumplan su objetivo. La prueba es que en cada temporada de lluvias y de nortes se repiten hechos lamentables que debieron prevenirse. Entonces urge revisar las campañas y asegurarse de que sean efectivas, no conformarse con transmitirlas y si alguien las vio, que bueno. Los famosos simulacros están bien, pero como la palabra lo dice, son una simulación que no siempre resulta. Es más, en algunos casos han pasado “de a mentirías” a la realidad. Ya una vez se supo de un incendio que se convirtió en realidad, y eso que era un simulacro.

Desde el Congreso Local se filtró ayer que por fin convencieron a algunos diputados panistas para alcanzar la mayoría de firmas en el dictamen que podrá someterse a votación en la Diputación Permanente del jueves y por fin extinguir al SAS Metropolitano de Veracruz y con ello, la obligación de liquidar a los trabajadores que encabeza Angélica Navarrete. Los diputados que deben firmar el dictamen legislativo son Alejandro Zairikc Morante, Marco Antonio del Ángel, David Chedraui, Jesús Vázquez, Antonino Baxzin, Hugo Fernández, María del Carmen Pontón, Raúl Arrabal y Jesús Velázquez. El documento requiere del 50 por ciento más uno de las firmas. Con el esquema de inversión pública-privada el concesionario del agua en Veracruz está obligado a contratar a personal del ex SAS de acuerdo a su plan de operación, y recuperar el tiempo perdido ya que desde octubre del 2015 debió iniciar operaciones y no pudo por las acciones del sindicato. También debe invertir los mil 300 millones de pesos comprometidos para mejorar la infraestructura, promover programas de descuento a grupos vulnerables y principalmente acabar con los vicios del SAS que era la caja chica de algunos políticos y la mina de bondadosas prestaciones a los trabajadores sindicalizados. Al extinguirse el SAS de Veracruz, cuando eso ocurra, los extrabajadores tienen el derecho de recibir sus liquidaciones y la oportunidad de trabajo con el Grupo MAS. Y es que la extinción SAS, la apruebe o no se apruebe el Congreso de Veracruz, nada tiene que ver con la operación que ya inició del Grupo MAS. Es un tema legal, que se debe llevar en ese ámbito, entre los ayuntamientos, el extinto SAS y el Sindicato José Azueta.