2016-09-26 | 09:28:50

Coincidente con los nuevos tiempos y los coletazos que está dando el dinosaurio mayor que ha tenido la historia política de México, parece que una revolución interna se vive desde el PRI. La inminente expulsión de ese partido este día para el gobernador veracruzano, Javier Duarte de Ochoa, a reserva de un indulto presidencial de última hora, no será sino un parteaguas en la política nacional que lejos de ayudar a ese agonizante instituto político podría ser la cava acelerada de su fin.

Y es que si bien a Duarte se le está tomando como la brecha adecuada para evitar el colapso del Revolucionario Institucional, al querer ponerlo como ejemplo nacional de una cruzada anticorrupción y una etapa de saneamiento para recuperar credibilidad, el enjuiciamiento moral que se sancionará hoy en el seno de su partido puede ser el boomerang en el que se subirán diversos actores que ya están en el hastío interno.

Se trata de cuatro gobernadores en capilla, pero de quienes por cierto el líder del PRI nacional, Enrique Ochoa Reza, no supo decir por qué se enlistó primero a Javier Duarte para proceder a su expulsión, y ayer domingo en los medios nacionales reiteró que no cederá a presión alguna.

Ahora bien, el PRI se encuentra en su mayor encrucijada y, seguramente sin darse cuenta, las acciones pudieran estar llegando tarde, y aún con la expulsión de la mitad de sus militantes corruptos, difícilmente podrán recuperar el poder en el 2018.

Lo que si podría atraer es una rebelión interna porque los del tricolor pueden lanzar sus resentimientos con los de casa, como bien dice Andrés Manuel López Obrador, quien desde MORENA no ha dejado de poner el dedo en el renglón, la mafia está en Los Pinos, y los pillos están encabezados por Carlos Salinas.

Duarte manifestó ayer domingo que no pretende ser factor de división dentro del Revolucionario, pues apenas antier una veintena de diputados federales del PRI y del Verde Ecologista agrupados en la bancada veracruzana refrendaron su apoyo incondicional a su persona.

A través de un desplegado publicado en todos los medios de circulación nacional y estatal, los legisladores federales del PRI y PVEM reprocharon a la dirigencia nacional del PRI las expresiones de retirar los derechos políticos al mandatario priista.

“Consideramos injustas y desproporcionadas las expresiones en torno a la supuesta sanción en contra del gobernador Javier Duarte de Ochoa, basadas en las denuncias presentadas en su contra por el entonces candidato a la gubernatura del PAN Miguel Ángel Yunes Linares”.

A lo que el dirigente de ese partido contestó desde Guadalajara el sábado por la noche que no cedería a presiones y culpó al propio Duarte de orquestar ese desplegado en su contra.

El manifiesto lo firman los diputados Sofía del Sagrario de León Maza, María del Carmen Pinete Vargas, Paulino Vázquez Villalobos, Heidi Salazar Espinosa, Edgar Spinoso Carrera, Adolfo Mota Hernández, Noemí Guzmán Lagunes, Miguel Ángel Sedas Castro, José Luis Sáenz Soto, Fidel Kuri Grajales, Marco Antonio Aguilar Yunes, Antonio Tarek Abdalá, Lilian Zepahua García, Jorge Carvallo Delfín, Erick Lagos Hernández, Cirilo Vázquez Parissi, Oswaldo Cházaro Montalvo, Adriana Sarur Torre, Carlos Quinton Guillen y Javier Herrera Borunda.

De ello, en filtraciones a columnas de medios nacionales este domingo, se aseguró que “16 diputados federales del PRI por Veracruz andan lo que sigue de enojados por el desplegado en apoyo a Javier Duarte que fue dado a conocer ayer”.

Y es que les pidieron su firma, pero que no les explicaron que era para pegarle hasta con la cubeta al líder nacional, además se comenta en las columnas, “tampoco les dijeron que entre los abajo firmantes también estarían 4 legisladores del PVEM que para nada tendrían que meterse en un asunto que sólo atañe a los tricolores”.

Hasta ayer solo tres de los firmanes, según el mismo senador del tricolor, Héctor Yunes, presionados por el gobierno del Estado que es lo mismo que Duarte de Ochoa para que firmaran el respaldo, se habrían dicho sorprendidos.

Ellos son la representante del distrito de Tantoyuca, María del Carmen Pinete, y los legisladores del Verde, Adriana Sarur y Javier Herrera, por cierto hijo de Fidel Herrera, el mentor de Javier Duarte, y a quien le debe la herencia del poder, quienes no ratificaron el apoyo.

La ruptura en el PRI puede venir desde Veracruz, y para frenar a Duarte de Ochoa en una reacción en contra se necesita más que la cárcel, así que el tricolor deberá pensar muy bien y hasta el último minuto, las acciones a tomar en este caso.

Aunque por otro lado se comenta que este proceso contra el mandatario estatal es el eslabón mayor de la alianza PAN-PRI cocinada desde Los Pinos para atajar el inminente ascenso al poder de MORENA y Andrés Manuel en el 2018. Así las cosas.

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