2016-09-27 | 09:44:44

›Otra de camioneros

Sin decir agua va los transportistas porteños eliminaron el descuento de “50 por ciento” al boleto de pasaje en el servicio urbano, que no era de ese porcentaje. El boleto entero cuesta 9 pesos y el “medio” boleto de estudiante y ancianos con credencial INAPAM es, en teoría, de 5 pesos con 50 centavos, aunque si les dan 6 pesos los choferes no dan cambio. Aun así y alegando lo incosteable por el alza en los combustibles, los permisionarios en forma unilateral eliminaron ese beneficio a medias y midieron a estudiantes y senectos con el mismo rasero que al resto de los ciudadanos. El argumento de siempre es que ya no les reditúa a ellos seguir en el negocio con esas tarifas. Pero como dice el refrán, “negocio que no deja, déjalo”. Nadie en su sano juicio sigue en un comercio que le genera pérdidas. En otras palabras, los camioneros mienten. Y abusan. Se pasaron por donde quisieron la aclaración de Tránsito del Estado respecto a que no autorizó ningún aumento y lo aplicaron por sus pistolas. ¿Y ahora quién podrá defenderlos? Muchos ciudadanos esperaban que estudiantes de nivel medio y superior tomaran camiones, pero eso ya pertenece al pasado. Ahora bien, ¿los permisionarios mejorarán el estado de sus unidades y la atención de sus choferes? Autobuses destartalados circulan a ciencia y paciencia de autoridades que los dejan ser. Aumentan la tarifa pero no mejoran la calidad. Muchos llevan conductores sin educación, que tratan groseramente a los ancianos y los estudiantes porque les molesta tener que dar “medio” boleto.

Ahora resulta que todos los beneficiados por el gobierno estatal saliente se deslindan. No hacían lo mismo en los mejores momentos de la administración, como tampoco lo hicieron durante la Fidelidad, que les heredó a Javier Duarte. Cuando recibieron beneficios tenían otra actitud. Pero bien dice la frase ”muerto el rey ¡viva el rey!”, y los políticos con aspiraciones a gobernar deben mirarse en ese espejo. Javier Duarte deberá enfrentar su responsabilidad por lo que haya hecho. Pero también aprenderá la lección de quién es quién. Y bueno o malo, benefició a muchos de los que hoy siguen en su gobierno y a muchos que están a punto de dejar de ser diputados locales y hasta priistas.

Lunes de manifestaciones. En Veracruz ese panorama es cada vez más común. Antes sólo eran los maestros jubilados, quienes cada fin de mes se plantaban afuera de los bancos porque no veían el pago de su pensión. Ahora son extrabajadores del SAS, habitantes de colonias populares y hasta deportistas que botean para juntar el dinero para acudir a olimpiadas y otros eventos, porque nadie los apoya y menos quienes están a cargo de las instituciones deportivas. Tampoco faltaron los que se manifestaron por los desaparecidos de Ayotzinapa, Guerrero. Y hasta alguien lanzó el “borregazo” de que habría una marcha de priistas desde la Plaza de la República hasta su sede en la calle Netzahualcóyotl en apoyo a Javier Duarte. Las manifestaciones ponen en evidencia que algo no anda bien, pero nadie hace caso hasta que ocurre lo que no debería suceder.

El incendio de un barco utilizado por Pemex, llamado “Burgos”, puso en evidencia que hay muchos vacíos en los sistemas para enfrentar esas contingencias. Lo curioso es que nadie sabe de quién es el buque. Pemex paga una renta pero no es el propietario, y en un juego de palabras pareció que Pemex le renta el barco al propio Pemex. Después del hecho ahora viene la resaca ambiental y económica. Ésa será otra historia.