domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Roberto López Delfín
Columna: Vórtice
¿Aspirinas para el cáncer?
2016-09-27 | 09:53:28
De la revisión y análisis de las muchas noticias sobre los tópicos que más interesan a las redes sociales, los medios de comunicación y la opinión pública, vemos una constante: muchas son especulaciones e informaciones sobre sucesos que, teniendo gran importancia y transcendencia, son sólo sintomáticos de problemas estructurales mayores, que por décadas han lastrado el desarrollo de nuestra nación, de nuestro estado y las soluciones que se nos proponen como “respuesta” los actores y factores políticos son “coyunturales”, es decir, no atacan de fondo los problemas que los generaron y seguirán generando, lo que manifiesta incapacidad, indisposición para atacar el origen de los verdaderos conflictos de México, de Veracruz, no porque no los conozcamos o conceptualicemos, sino que no hay el deseo, el compromiso sincero, auténtico, plural, normativo para acabar con esos problemas desde su raíz. Algunos de los temas del momento son la polarización entorno a la definición de lo que es “familia” y si las leyes deben copiar los mandamientos de las religiones dominantes en nuestro país: ¿debemos someter a plebiscitos el respeto a los derechos humanos y el principio de igualdad? ¿Vale la pena retornar a la teocracia en detrimento del estado laico? Sí el Gobernador Javier Duarte y los notorios criminales que han saqueado las finanzas públicas deben ir o no a la cárcel, cuándo, por cuánto tiempo y por qué delitos, pero ¿cuándo habrá justicia para todos en México? ¿Qué haremos para evitar que nuestros gobernantes nos sigan robando, mintiendo y utilicen el poder en beneficio familiar? El segundo aniversario de la masacre en Iguala y la consecuente desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa: ¿hasta cuándo tendremos la verdad que no deje lugar a dudas y se dé con los desaparecidos? ¿Qué haremos para evitar que sigan desapareciendo los mexicanos? ¿Sabremos cómo y por qué razón ocurrieron las más de 150 mil desapariciones en México? ¿Cómo frenaremos a los grupos delincuenciales, sean o no parte del gobierno? Bien analizados, todos y cada uno de estos problemas y sus múltiples vertientes, son aspectos de conflictos mayores, de naturaleza histórica, que muchas veces hemos diagnosticado en libros, universidades, investigaciones y candidaturas pero nunca se han resuelto de fondo en México: el respeto a los derechos humanos y al Estado de Derecho; el imperio de los malos gobiernos, la partidocracia, la falta de educación y compromiso con el desarrollo económico, político y social; la injusticia; la desigualdad; la inseguridad; el cinismo de nuestros políticos; la corrupción y la impunidad en nuestro país, laberintos -todos y cada uno- que aunque están esencialmente interrelacionados, podrían ser combatidos de manera sistemática, con políticas públicas claras, más allá de las aisladas, débiles respuestas coyunturales de nuestra sociedad, partidos, políticos y gobiernos. No podemos seguir “atendiendo” síntomas, sin curar las enfermedades que degradan la salud de la república. Aspirinas no curarán los cánceres sociales, económicos y políticos que padecemos. Ejemplifico con el más próximo a nosotros
de esos conflictos: ¿qué debe proceder en casos del probado desgobierno y corrupción del régimen priista de Javier Duarte de Ochoa en Veracruz? El tema se ha convertido en una mala telenovela qué si bien ha colmado los medios de comunicación, las charlas y las redes sociales, nada se ha hecho de veras para evitar que Veracruz siga cayendo al precipicio de la ingobernabilidad, la crisis y el agravamiento de nuestros problemas de fondo y de coyuntura. Por un lado lo tenemos a él y a sus colaboradores –debería decir cómplices- que por todos los medios a su alcance se las han arreglado y seguirán haciendo lo posible para substraerse de la acción de la justicia; y por otro tenemos a los partidos políticos, candidatos y gobernantes –el PRI y el presidente EPN entre ellos- que desean lucrar políticamente con tan vergonzoso asunto y; el abrumador hartazgo ciudadano contra los actos de corrupción e impunidad que hemos tenido que tolerar a todos los partidos políticos, en todo el país, en las más altas esferas del poder. Seguiremos atentos, pendientes a las incidencias de los inevitables procesos judiciales a Javier Duarte y a los delincuentes con que se coludió para arruinar Veracruz, pero ¿qué nos garantiza que después de condenar a los culpables, su historia de excesos no volverán a repetirse con diferentes protagonistas? ¿La corrupción y la impunidad comenzará a ser eliminada sin excepciones después de encarcelar a Duarte o su caso será sólo una estrategia de recobrar legitimidad para el PRI, sus gobiernos y candidatos? ¿Por qué el presidente EPN está procediendo en este caso –sin duda el más descarado- pero se ha abstenido de poner en marcha el Sistema Nacional Anticorrupción combatiendo de fondo todos los casos de malversación de recursos, uso indebido de funciones, fraude y defraudación fiscal que son también del dominio público? Por motivos personales, los veracruzanos exigimos que la justicia se haga y nos urge verla actualizándose en las personas de los pésimos gobernantes que han asolado nuestro estado en los últimos 12 años pero, una vez condenados “algunos” de los responsables ¿podremos sentirnos tranquilos de ser gobernados por hombres y partidos honestos, auténticamente comprometidos con la transparencia, la democracia y el respeto al Estado de Derecho que no permitirá impunidades? ¿Se aplicará selectivamente la justicia, al fin será administrada sin distingos, ni sesgos partidistas, ni de grupo? ¿También encarcelaremos a los criminales que signifiquen un activo político y/o pacten con el empoderamiento y éxito electoral del próximo régimen? ¿Qué mecanismos evitarán malos gobiernos en el futuro en Veracruz? ¿La condena a Javier Duarte será una cortina de humo para encubrir la permanencia del sistema de gobierno autoritario, opaco, excluyente, personalista, corporativo, corrupto, antidemocrático que tenemos en Veracruz? ¿Las cosas cambiarán para seguir igual? “Resuelto” los expedientes de la corrupción de los últimos años en Veracruz ¿México será mejor, menos corrupto? Afrontemos nuestra realidad. Un dedo no hace mano, ni una golondrina verano.
Plaza


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