2016-10-06 | 08:57:06

Tres ex funcionarios del gobierno duartista no concilian el sueño; sufren severas pesadillas. Por ello su insomnio, estado emocional, ansiedad y depresión, aunque en apariencia su expresión corporal denote una simulada tranquilidad. Arturo Bermúdez, Vicente Benítez y Gabriel Deantes, en la mira de la PGR y el SAT, despiertan por las noches sudorosos con angustia y miedo. Sus pesadillas son acompañadas de una sensación de opresión en el pecho y dificultad para respirar. Y todo por “meterle mano al cajón” a los recursos del pueblo, crear empresas fantasmas y defraudar al SAT. A Bermúdez Zurita, “a quien la prensa le provoca urticaria, chikungunya y hasta zika”, se le cuece aparte. Su paso por la Secretaría de Seguridad Pública fue desafortunada, un yerro crónico del ejercicio del poder. Fue incapaz de reducir los índices de inseguridad e ineficaz para abatir la delincuencia. La fuerza civil que “inventó” es señalada responsable de secuestros y levantones. Se preocupó más por acosar a periodistas. Los monitoreó con moderna tecnología que utilizó como herramienta política. Informaba a su jefe vida y milagros de comunicadores. Su espionaje consistía en grabar conversaciones, intervenir llamadas, ubicar a periodistas, activistas y adversarios. Lo investigan por la adquisición de diversas empresas que acumuló a su paso por la dependencia y es considerado “uno de los peces gordos” del sexenio. A Benítez González, extesorero de SEFIPLAN y ex Oficial Mayor de la SEV, la PGR lo involucra por presunto desvío de recursos federales y enriquecimiento ilícito.
Se le atribuyen propiedades millonarias en Costa Rica que no justifica con los ingresos que percibió como funcionario público. Nadie imaginó a un funcionario de dos rostros: el serio y el corrupto. Corre el riesgo de no asumir la diputación local que ganó de manera abrumadora (comprando votos) en San Andrés Tuxtla. Deantes Ramos, exsecretario del Trabajo y “operador financiero” de campañas electorales, se transformó de modesto tianguista vendedor de celulares, a fanfarrón funcionario que “se sirvió con la cuchara grande”. Es el más cínico, prepotente y arrogante de los cercanos al gobernador. Hay pruebas fehacientes de su millonaria fortuna acumulada de manera inexplicable. Es blanco perfecto de la PGR. Son los tres exfuncionarios que difícilmente evitarán la acción de la justicia, porque su riqueza malhabida está a la vista de todos. Sorprende que no se haya tocado ni con el pétalo de una rosa a los “Siete Magníficos”, considerados como la principal red operadora del inédito y aberrante fraude contra los veracruzanos. Por el contrario, este grupito de “curuleros” que se siente agraviado por las acciones de la PGR y el SAT en Veracruz, ha emprendido una rebelión al interior del tricolor. No aceptan ningún trato con el delegado de la secretaría de Gobernación, Ángel Ochoa Pérez, y exigen audiencia directa con Osorio Chong para acordar la agenda política. Además, piden la destitución del representante de la SEGOB en la entidad a quien acusan de prepotente. Por lo pronto, hay 3 paganos del duartismo. Veracruz, en boca de todos.