2016-10-12 | 19:46:26

Magda Zayas Muñoz @magzamu

Desde las 7.30 de la mañana de ayer, no se habla de otra cosa, que no sea la licencia que solicitó el Gobernador Javier Duarte de Ochoa, reacciones, opiniones y hasta algarabía de muchos, pero a final de cuentas, las finanzas siguen igual, las deudas, los pendientes, la indiferencia; si se va, pero ¿y lo que se lleva?, es decir cómodamente se da la vuelta y no va a rendir cuentas a los veracruzanos.

Dice Miguel Ángel Yunes y le asiste la razón en ello, cuando refiere que “se va con los bolsillos llenos”, ¡que placentero para Duarte irse y dejar al estado en crisis económica, financiera, de inseguridad, desempleo, escases de obra pública y demás acciones que no se solucionan con la licencia del mandatario con licencia.

Javier Duarte refiere a través de un mensaje que emite para despedirse de los veracruzanos que decidió separarse del cargo, por el “gran amor que le tiene a Veracruz” ¡no pues si!, ese amor que ha dejado a Veracruz en los vergonzosos primeros lugares de pobreza, desempleo, inseguridad y demás bondades que son noticia diario en medios nacionales e internacionales.

Además refiere que otro de los objetivos de su renuncia es limpiar su nombre y su honor ¿y entonces porque no se queda a cerrar su caótico gobierno y enfrenta las consecuencias? pues de lo contrario lo declarado no es más que pura demagogia, esa que ha caracterizado a su gobierno. Y es que su licencia no tiene motivos reales y menos justificados.

Al obtener la licencia Duarte no pierde el fuero, es decir, para que se proceda en su contra tendría que llevarse a cabo el mismo procedimiento, como si estuviera en funciones, pues aun no ejerciendo el poder, encontrándose como Gobernador con licencia, tendrá que ser desaforado para iniciar un procedimiento penal en su contra.

Luego entonces aunque dice que permanecerá en la entidad y enfrentará lo que tenga que enfrentar, pareciera que su licencia es un premio de consolación de su partido, para que pueda salir por la puerta de atrás en total impunidad, así es que, todo sigue sonando a un simple teatro de reivindicación gubernamental.

Y así a 48 días de concluir el encargo para el que fue electo, Duarte se va y se justifica refiriendo que los hechos de seguridad, gobernabilidad, infraestructura, crecimiento económico y combate a la pobreza son un reto no solo para ésta entidad, sino para todo el país y luego prosigue refiriendo que las imputaciones que se le hacen son falsas y con fines electorales, de ahí que por congruencia y honorabilidad, dedicara su tiempo a limpiar su nombre y el de su familia ante la opinión pública.

Mediante el video mensaje se despidió de los veracruzanos, asegurando que como Gobernador del Estado he defendido siempre el principio que la Ley debe aplicarse sin distingo alguno, sea quien sea y caiga quien caiga, expresión que ni él se creyó pues ha sido evidente su costumbre por pisotear los derechos humanos de los veracruzanos.

Luego dijo “estimadas veracruzanas y veracruzanos, limpiar mi nombre y mi honor, implica también probar de manera fehaciente, clara y contundente que quienes instrumentaron una estrategia descalificatoria plagada de mentiras, tienen cuentas con la justicia que habrán de pagar. De eso no tengo la menor duda” y así lanzaba un mensaje a Miguel Ángel Yunes Linares, ese que ha ocupado desde hace mucho de su tiempo, ideando campañas en su contra, que lo único que consiguieron fue llevarlo al triunfo.

El Gobernador electo, Miguel Ángel Linares asegura que se trata de una estrategia política, para salir huyendo de la responsabilidad que Duarte tiene, de rendir cuentas claras a los veracruzanos. Al final él se va y los veracruzanos se quedan en un estado quebrado entre sus finanzas y su inseguridad. ¡Así las cosas en nuestro Veracruz!.