2016-10-26 | 21:17:54

Las frases de los políticos

Las posturas delirantes y de graves trastornos de la personalidad, reflejados en traumas, frustraciones, y perversiones de todo tipo, que se proyectan cuando algunos personajes abren la boca para decir lo que sienten desde su “niño” interior, que surge en el momento inesperado y menos pensado.

Ya a nadie asombra las argumentaciones de quienes se dedican al servicio público o a la política como un modo de vida, muy “ad doc.,” hasta “suigeris”, cuando reflejan, externan y proyectan sus modelos de conducta.

Esto puede ser de forma muy variada, pero que se identifican con el atavismo natural de quienes ausentes de valores o sentimientos, emergen desde lo más profundo de la sociedad para convertirse en “grandes seres” que el poder los transforma.

Desde siempre, las frases que definen al ser humano en la historia de la humanidad y su lucha por el respeto: el hombre es el lobo del hombre. Thomas Hobbes.

Descifrar el enigma del hombre ha sido la lucha constante en el estudio de la conducta, la mente y la personalidad.

Desde los seres atávicos, que permanecen como parte de un conglomerado y se les tienen que enfrentar y más aun cuando llegan al anhelado poder, que les exige su formato mental de ser y estar en el protagonismo extremo.

Las grandes frases en este país, son normales con la naturalidad de la expresión: “Yo a Calderón lo vomito”: Vicente Fox.

No me levanto pensando en joder a México: Enrique Peña Nieto.

La gente pobre vota hasta por una vaca dormida que les ponga el PRI: Héctor Yunes Landa.

Esto por citar algunas de las frases escuchadas últimamente, por quienes se han desarrollado en la actividad política de este país.

Y también desde otros escenarios, aquella frase de: “pórtense bien”: de Javier Duarte a los periodistas.

¿Cuál es la realidad de quienes externan estas proyecciones mentales?

Los estudiosos de la mente en los últimos dos siglos han pretendido a través por ejemplo del psicoanálisis de Sigmund Freud, descifrar el interior de la mente del hombre.

Así, los grandes personajes en la historia de la humanidad, los grandes genios han terminado al final de sus vidas algunos locos y otros pobres, después de disfrutar la fama y la admiración generalizada de la gente, hasta que la misma sociedad los puede lastimar y humillar, cuando el ser humano cae, y no se le perdonan defectos o debilidades. Las grandes mayorías solo quieren ver de los demás el momento de las grandes fortalezas, los triunfos y sobre todo el éxito, que como se dice en estos lares, el éxito tiene padre. Nadie quiere cerca al de los fracasos.

La lucha dentro de la mente de dos niños, uno bueno y otro malo, ha sido parte del gran debate de los estudiosos de la conducta.

Lo peor es que en los seres humanos a veces en su mayoría el niño malo vence al bueno Y cuando en algunos casos el niño bueno emerge y prolifera en un modelo de conducta los demás lo acaban con sus agrias críticas y expresiones apegadas a la difamación y la calumnia. Ejemplo de bondad y generosidad Gandhi, la Madre Teresa, el Papa Albino Luciani, Juan Pablo I, el Papa Juan Pablo II, el Padre Pio, el Papa Francisco, el Papa Juan XXIII y San Vicente, aunque al final muchos los quieren ver malos, por parte de una gran mayoría.

En el presente, el más grande ejemplo de maldad humana se ve en el magnate Donald Trump, que anhela el poder presidencial de EU, para hacer un exigente llamado a la guerra, el genocidio, la discriminación y la invasión a través de la fuerza bélica.

En pocas palabras con Trump, se trata de la segunda venida del fantasma de Adolfo Hitler, y es tan grande el mal que lo apoya, que hasta puede ganar la elección del ocho de noviembre y por lo mismo se pone en peligro al mundo.

Las mentes malignas proliferan en el mundo y solamente hay que recordar cuando hace dos mil años, llevaron a la crucifixión al bueno y liberaron al malo.

Pero como diría Facundo Cabral, sobre los pendejos: “y son peligrosos porque al ser mayoría eligen hasta el presidente”. Así las cosas.