domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Roberto López Delfín
Columna: Vórtice
El cártel de los partidos políticos
2016-11-08 | 09:18:08
Las revelaciones respecto al inexplicable, insultante, impune enriquecimiento de los líderes de los partidos políticos, los gobernantes, gobernadores prófugos de la justicia y sus cómplices, son sólo gotas más de la tormenta informativa que nos revela día a día la podredumbre de la corrupción con que actúan los políticos, sus partidos y gobiernos, así como el grave deterioro de las instituciones de la República, atacadas por criminales agrupados en cárteles delincuenciales como el “de Sinaloa”, “Jalisco Nueva Generación”, “los Zetas” y; “el cártel de los partidos políticos mexicanos” que está causando estragos en todo el País, ha secuestrado a la democracia, apoderándose de nuestro sistema de gobierno y de las decisiones fundamentales de la Nación, con el egoísta propósito de incrementar su poder y enriquecer a sus líderes y burocracias, jodiendo a México. Las transiciones y alternancias democráticas del siglo XXI han sido básicamente mitos, elaboradas farsas de cambio para que todo siguiera igual, en perjuicio de las mayorías nacionales. Como veracruzano, es decir, como víctima no únicamente de los delitos impunes que ha sufrido mi familia, sino como miembro de la Entidad federativa más saqueada por un gobierno en la historia postrevolucionaria de nuestro País, no puedo más que repudiar la coordinada acción de ese “cártel político” de diligentes damas y trajeados caballeros que han hecho de su militancia partidista el origen de fortunas incalculables y del servicio público una labor prostituida, desacreditada, que por conveniencia, mantiene como cupulares las decisiones sobre nuestro presente y futuro, lejos muy lejos del pueblo que con sus impuestos mantiene tanto a los gobiernos como a los partidos políticos. Indigna la liberalidad, el desparpajo, la opacidad con que en nuestra Patria se dilapida, malgasta y esfuma el dinero público con total impunidad y descaro, porque esos recursos pertenecen a los mexicanos y proviene de nuestros trabajos, ganancias personales y de los tributos que pagamos al gobierno. Queda claro que eso no les importa a los que de esos recursos naturales y económicos se benefician, pues ni siquiera hemos visto se haga justicia a descarados ladrones y pésimos gobernantes como los célebres exgobernadores Javier Duarte de Ochoa; Roberto Borge; Humberto Moreira, Cesar Duarte y Guillermo Padrés; que a pesar de las múltiples, probadas acusaciones de fraude, malversación de recursos, abuso de autoridad y evasión de impuestos andan libres por nuestras calles, protegidos por el “fuero político” que les otorgan las complicidades urdidas por ellos y los partidos políticos en que militan en nuestro “sistema político” incapaz de encarcelar a los gobernantes corruptos, pues como ese sistema está guiado por la hipocresía, la corrupción, el corporativismo, la impunidad, la opacidad, el autoritarismo y el patrimonialismo, unos y otros aunque de diversas militancias se “tapan” pues sí la justicia comenzará a hacerse en esta tierra, centenares de nuestros gobernantes y ex gobernantes deberían ser encarcelados de inmediato en beneficio de México, víctima de tantas mafias criminales. No sorprende que ningún político haya sido encarcelado en nuestro País en el sexenio de Enrique Peña Nieto, porqué casi todos ellos y sus partidos participan en la voraz rapiña del dinero, los recursos y cargos públicos y como ha señalado el Presidente, citando a Jesucristo: “el que esté libre de pecado lance la primera piedra” en claro, cínico reconocimiento a sus propios actos impunes de corrupción y a la protección que su gobierno ha otorgado a los miembros de la “clase política” de los partidos que, indiferentes al clamor ciudadano, no le exigen responda por sus delitos y lo legitiman cotidiana
mente con su silencio cómplice, prestándose –por ejemplo- a no exigir los prometidos resultados del llamado “Pacto por México”, con que acordaron los secretos principios que cohesionan al “Cártel de los partidos políticos” que ostentará el poder hasta el 2018. Los medios libres y las redes sociales han documentado hasta el hartazgo los delitos cometidos en este sexenio por los gobernantes y políticos miembros del “Cartel de los partidos” que nos gobierna, sin que ninguno de ellos haya renegado de la partidocracia antidemocrática ni sido encarcelado a la fecha a pesar de sus delitos, pues hacerlo destaparía una cloaca de corrupción, impunidad e ilegalidad de magnitud nacional de la que la mayor parte de nuestros gobernantes se ha beneficiado y beneficia mientras México se debilita y empobrece. Por ello tanto en Veracruz como a nivel Nacional hace falta no sólo la alternancia y el cambio de gobierno, sino un verdadero cambio de régimen que regrese la Soberanía al Pueblo. Requerimos que el Estado de Derecho sea respetado primero por quienes pagamos para que se hagan cargo de aplicar, procurar, cumplir y hacer cumplir la Ley por su carácter de servidores públicos, empleados de los mexicanos, llámense presidentes, gobernadores o encumbrados burócratas. Mientras los que gobiernen no se comprometan a hacer justicia sin excepción aún a sus amigos, seguidores, compañeros de partido o simples miembros de la mal llamada “clase política” México no tendrá esperanza. De nada servirá que exhibamos públicamente las corruptelas, excesos, delitos y cinismo de los miembros del “Cártel de los partidos políticos” pues tanto priístas, panistas, perredistas y verdes se reparten “cuotas” de poder y recursos públicos de manera grosera, sectaria, lo mismo al conformar gabinetes, que procuradurías de justicia, órganos y tribunales electorales, sin importarles que eso degenere a la República. Son proxenetas de los recursos y cargos públicos, lo que les importa, quieren los miembros nacionales y regionales del “Cartel de los partidos políticos” que administran nuestro País es que el sistema de gobierno que ellos presumen democrático y que los mantiene alternativamente en el poder se conserve y prospere, aunque arruine a más de ciento veinte millones de mexicanos. Y así pasan los días, meses, años de impunidades garantizadas por las complicidades cruzadas de los políticos, líderes de partidos y gobernantes. Es así como floreció impune el depredador grupo criminal de Javier Duarte de Ochoa, Flavino Ríos Alvarado y sus descarados cómplices. Aunque el Estado, el País se vengan abajo, siempre les importarán más a los miembros del “cártel de los partidos políticos” sus intereses personales, los de sus familias y grupo que el bien de la Nación y la justicia social. Son parte de una mafia que premia la disciplina, no el talento; pues la abrumadora mayoría de sus miembros carecen de más talento, méritos personales y profesionales que militar en un partido político y haberse amafiado con un “capo político” nacional o regional. Administran el dinero y nuestro destino común a su antojo y no hay quien les castigue por los crímenes que cometen en el ejercicio del poder, pues ni tenemos los mexicanos el derecho de revocar a los malos gobernantes y quien tiene el deber legal de procesarlos y castigar sus crímenes son también parte del inmoral, inconfesable, nefasto sistema de beneficios ilegales al amparo del poder y participan del fallido “sistema de gobierno democrático” que padecemos, sin demócratas, ni políticos respetuosos de la Ley.


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