2016-11-15 | 21:27:30

¿Qué le sabe Duarte a Peña?

¿Por qué el gobierno de Peña Nieto con sus complejos sistemas de información y valoración, no detuvo al gobernador Javier Duarte de Ochoa, ni actuó en su momento, para evitar el saqueo de los recursos federales que recibía a pesar de los señalamientos y acusaciones directas de Auditoría Superior de la Federación sobre las innumerables anomalías encontradas y detectadas de los últimos años?
Desde el 2014 con la organización de los Juegos Centroamericanos se denunció que cerca de 3,500 millones de pesos no habían sido justificados, las instalaciones estaban lejos de estar concluidas a pesar de que esa suma se les había suministrado tiempo atrás.
La excusa del gobernador Duarte de Ochoa fue suspender programas y retrasar los pagos para refinanciar las obras inconclusas y el gobierno federal se quedó callado, cuando ellos sabían que se les había enviado oportunamente el dinero que se requería.
Sin duda había una complicidad entre los dos gobiernos. No se titubearía de la existencia de un pacto de impunidad entre el gobernante Javier Duarte y el presidente Peña Nieto.
La seguridad que mostraba el gobernador veracruzano era lo más desconcertante. No se puede olvidar aquella entrevista con Loret de Mola donde decía: “Solo tengo dos casas y mírame a los ojos --cuando se dirigía hacia las cámaras de televisión--, cómo crees que he robado 34 mil millones de pesos”.
Él decía la verdad, de ahí la contundencia de su afirmación, no era esa la suma de lo hurtado, era cuatro veces más.
Un experimentado actor no hubiera realizado este papel de manera tan real y de manera magistral. Esa seguridad que mostraba es que tenía algo muy fuerte sobre el gobierno peñista que lo respaldaba, ese algo muy especial de un gobernador priista que tenía un acuerdo secreto con el presidente del país.
Duarte tenía la certidumbre que no le podía fallar la máxima autoridad del país. Hubo una señal que cambió el panorama, cuando se entera de que hay una orden de aprehensión y lo que ya no soportó cuando le empezaron a incautar sus propiedades, cuando le pegan a su bolsillo de la gran fortuna acumulada desde la dorada época de Fidel Herrera como subsecretario de Finanzas y luego como titular de esa dependencia.
Él aceptaba todo lo que le pidiera el secretario de Gobernación, pero menos que se metieran con sus bienes acumulados durante los casi doce años de mover los dineros públicos del gobierno de Veracruz.
Se recuerda cuando quiso entrar Duarte de Ochoa a ver al mandatario y no tenía cita, hasta hubo un choque entre los cuerpos de seguridad de ambos funcionarios. Llegó al grado de amenazar con difundir algo que él sabía.
Una información privilegiada que trataron de ocultar.
Algo tan grueso como lo que advertía Yunes Linares en su campaña que daría a conocer cuando tomara posesión.
¿Sería lo mismo lo de Javier y Miguel?
¿Qué tan grave es, que pondría a temblar al presidente Peña Nieto y cimbraría al país?