2016-11-23 | 21:51:47

Luchar en contra de la adversidad

Los especialistas y analistas políticos de este país han pasado a ser parte de una cofradía de adivinos que buscan descifrar muchos enigmas de la época moderna, específicamente dan vueltas sobre algunos temas de la inseguridad, Trump, los migrantes y ninguna se fija en el tema de la pobreza que no les interesa como origen de la desigualdad y de muchos otros problemas ancestrales de este país.

Aquí hay que recordar, que desde el servicio público, las expresiones de equilibrio, mesura, institucionalidad y de un alto grado de patriotismo, esta don Fernando Gutiérrez Barrios, entre los políticos que siempre pugnaron por la medianía juarista y un sinnúmero de grandes aportaciones al ejercicio del poder político.

Recordar a don Fernando Gutiérrez Barrios, en la voz de un gran y excelente periodista como lo Edgar Hernández, quien colaboró con él casi 30 años, es una gran oportunidad escuchar del columnista más leído en esta entidad, las anécdotas y extraordinarios visiones de quien falleció unos días antes de que el PRI entregara el poder presidencial al PAN,

La referencia viene a colación por múltiples situaciones, pero más que nada por el tema de desaseo de una gran parte de los políticos de todos los colores y sabores de la época actual.

Y la pregunta sería: ¿Por qué esa falsa idea de tener bienes inmuebles, negocios, cuentas bancarias y hasta viviendo la familia en suelo estadounidense? ¿Por qué muchos de los políticos y empresarios mexicanos cumplen el sueño americano “fast track” por la vía rápida?

Existe una realidad, el enunciado es general a revisar y analizar, ¿todos los que adquieren bienes en Estados Unidos son delincuentes?

Acordes a las disposiciones legales, hacendarias y arancelarias de EU, el tráfico de dinero es un delito y aquí no es sorpresa de que algunos de los personajes encargados de la impartición de justicia en este país, también tiene propiedades en el vecino país del norte, porque también tienen el anhelo de cumplir con ese anhelo.

El sentido nacionalista por lo propio, lo nuestro y lo autóctono parece que se sigue denigrando no sólo con las operaciones ilícitas de quienes pretenden tener casa y a la familia en Estados Unidos como un principio de poder y de status social, muy de bajo nivel.

Porque con todo el dinero del mundo, los mexicanos que tratan de llegar con dinero mal habido al vecinos país del norte, son y seguirán siendo latinos, y por lo mismo con el riesgo latente de siempre de sufrir discriminación y el mayor efecto de la justicia, hasta en las detenciones por simples faltas o porque les detienen en la calle para una revisión de manera casual a quien el color los delata.

Ahora en México, en estos días, un famoso cronista deportivo, Fernando Schwartz, osó y también hizo su oso, al criticar a México como “un pueblo de nacos” porque en el partido de la NFL en el estadio azteca, salieron a relucir las luces de laser y las sentencias bíblicas muy antiguas, que en estos lares se convierten en un grito de guerra o simplemente de la ironía caprichosa y el clásico ambiente mordaz y agudo de los mexicanos.

La ofensa del comentarista ahora a todo un pueblo debe revisarse y con ello un llamado de atención al locutor estrella en una época de Televisa en el noticiero de gran maestro, don Jacobo Zabludovsky.

En el tema de la pobreza que crece en México, las amenazas de Donald Trump, las reflexiones sobre la delincuencia y la similitud analógica de político o servidor público con delincuente, es lo que más en este momento debe ser tema de reflexión.

También sería excelente que el colega y amigo periodista Edgar Hernández, pronto publique el libro de sus memorias periodísticas y de su relación con el político leyenda de este país, FGB.

En toda una época el nombre, fama y legado de don Fernando Gutiérrez Barrios, por su trayectoria y años en el servicio público de este país en la seguridad, la información y la inteligencia, hacía temblar a propios y extraños.

Los políticos de aquella época le respetaron tanto que el profesor Carlos Hank González, decía, es un hombre de mano suave, pero muy firme. Así las cosas.