2016-12-03 | 13:56:33

En Veracruz parecía un sueño lejano que los partidos de oposición le pudieran arrebatar el poder a la hegemonía que mantuvo por 87 años el partido gobernante, el PRI. El sueño finalmente se cristalizó el 5 de junio de 2016. Sirios y troyanos no lo podían creer.
Hubo asombro. Las altas esferas del primer círculo del poder quedaron estupefactas. Gracias a los estereotipos anquilosados, la retórica acartonada del PRI y la cleptocracia evidente del gobernador saliente, Javier Duarte, por la vergonzosa corrupción de su gobierno que acabó explotándole en la cara, fueron el caldo de la amarga derrota.
Hoy, asumió el poder como Gobierno de transición en Veracruz de la coalición del PAN-PRD, el expriista Miguel Ángel Yunes Linares, para encabezar el bienio 2016-2018. El neopanista es un personaje con una larga experiencia en el quehacer público partidista en los tres órdenes de Gobierno. No es un improvisado. Es de claroscuros.
Encuentra un estado literalmente “quebrado” por su antecesor, el priista Javier Duarte —hasta ahora continúa a salto de mata evadiendo la justicia—, con deudas millonarias por pagar a la banca comercial y al sector privado. Los trastupijes de Duarte fueron tolerados por los altos círculos de Los Pinos, y hoy, los veracruzanos pagamos justos por pecadores.
El gobierno de Miguel Ángel, no será un bienio que vaya a trascender por la obra pública social en la entidad porque no hay dinero público, ni tiempo suficiente para hacerlo. Tendrá que terminar lo que dejó inconcluso su antecesor. Pero preocupa en términos generales, cómo va a ser su eje rector con los Mass Media, conociendo sus antecedentes en el pasado con la prensa crítica e independiente.
¿Se respetará el papel crítico de la prensa? ¿Habrá tolerancia, o se privilegiará a la prensa totémica, oficialista y zalamera que se presenta en cada régimen? En su travesía con el gobierno de Patricio Chirinos Calero (1992-98), Yunes Linares, como secretario general de Gobierno y presidente del CDE del PRI, no se caracterizó por blindar el pluralismo periodístico.
Fue un ariete de la persecución, represión y terrorismo en contra de editores de medios de comunicación impresos y periodistas que dieron cabida a la oposición satanizada por él y Chirinos. La prensa critica no busca dádivas, canonjías o privilegios, sino un trato justo y respetuoso del poder público.
El Gobierno de la transición tiene la coyuntura y las circunstancias para transparentar la relación de los Mass Media con los dineros públicos que se canalizan para publicitar logros y aciertos del gobierno en turno. En el museo histórico deberán quedar el sometimiento y pactos inconfesables.
Por tradición los regímenes estatales priistas han privilegiado a la prensa oficiosa y totémica, aquella que oculta los desvíos, patrimonialismos y desaseos del gobernante en turno y, en cambio, a la prensa crítica que es el espejo del poder público, se le reprime o castiga con actos esbozados o por esbirros a su servicio.
Los regímenes priistas que tiene rato se han convertido en gobiernos cleptocráticos y de la que no están exentos los gobiernos de oposición, en aras de curarse en salud de la crítica de los medios de comunicación han aplicado en Veracruz aquella sentencia lopezportillista desafortunada: “No pago para que me peguen (…)”.
No resisten las actitudes patrimonialistas y verticales. El culto a la personalidad, el álter ego los pervierte. Asumen posturas mesiánicas para demostrar a sus partidarios y a sus adversarios que el iluminado los salvará del desastre social, del apocalipsis de la corrupción bajo un populismo en ristre.
Es obvio que los gobiernos cleptocráticos que monopolizan la partidocracia utilizan los dineros públicos, con una perspectiva asimétrica en el universo de los Mass Media, sin tomar en cuenta que son recursos de los contribuyentes, de la sociedad civil y de los ciudadanos de a pie, los cuales deben ser transparentados por el poder público.
En este prefacio de la transición, de la nueva era del poder público en Veracruz, existen condiciones y circunstancias para transparentar la relación Prensa-Estado, rendir cuentas claras y puntuales, combatir la oprobiosa opacidad, sin simulaciones o dobleces del poder público. ¡Bienvenida la transición!
AL CALCE… El sometimiento legislativo. Tanto se ha criticado el vasallaje y servilismo avieso de los poderes Legislativo y Judicial con el Ejecutivo, que en un santiamén los diputados que integran la LXIV Legislatura local acabaron tragándose sus propia palabras. En la toma de protesta en el recinto legislativo de MAYL como gobernador del estado, fue artera la intromisión del Poder Ejecutivo con el Legislativo, por conducto de su coordinador general de Comunicación Social, Elías Assas Danini, para acreditar en forma selectiva a los medios que cubrieron el evento. El director de prensa del cuerpo legislativo resultó un pelele. ¡Vaya revés! Comentarios a gau41@hotmail.com