domingo, 28 de abril del 2024
 
Por Aurelio Contreras Moreno
Columna: Rúbrica
Juegos peligrosos
2016-12-14 | 09:00:31
Es absolutamente cierto que el principal
responsable de la crisis económica y la
virtual quiebra del estado de Veracruz
es el exgobernador hoy prófugo de la
justicia, Javier Duarte de Ochoa.
El manejo irresponsable de las finanzas
públicas y el obsceno desvío
de recursos que ocurrió en los últimos
doce años, durante los cuales Duarte
de Ochoa fue subsecretario y secretario
de Finanzas, y después titular del Poder
Ejecutivo estatal, son el origen, el núcleo
del desastre financiero que se padece
en la entidad no de ahora, sino desde
hace al menos dos años, cuando no pudo
ocultarse más el saqueo que provocó a su
vez el desequilibrio que a últimas fechas
derivó en un escenario de bancarrota.
Junto con Javier Duarte, comparten
responsabilidad y ya tendrían que haber
sido llamados a cuentas el también exgobernador
Fidel Herrera Beltrán, en cuyo
sexenio se fraguó el más grande robo al
erario de una entidad federativa en la
historia de México, así como los múltiples
exsecretarios y exsubsecretarios
de Finanzas, los excontralores y demás
exfuncionarios estatales que aprovecharon
su paso por la administración
pública de Veracruz para enriquecerse
y sumir a la entidad en el descrédito y
la pobreza.
También es verdad que las administraciones
federales que encabezaron los
panistas Vicente Fox Quesada y Felipe
Calderón Hinojosa, y actualmente el
priista Enrique Peña Nieto, dejaron
hacer y dejaron pasar todas las corruptelas
de Fidel Herrera y Javier Duarte,
a sabiendas de lo que hacían y del daño
que causaban.
Los dos primeros por conveniencia
política, pues nunca se atrevieron a
meter en cintura a los voraces gobernadores
priistas. El último, por pura
complicidad. Y en todos los casos,
también tienen responsabilidad en el
quebranto de Veracruz.
Pero de eso a que ahora la nueva
administración estatal se lave las manos
y exija un rescate financiero para
Veracruz, lo que en términos simples
significa pedir que el Gobierno Federal
le envíe diez mil millones de pesos al
gobierno estatal a cambio de nada, sólo
porque acaba de llegar, hay un trecho
que parecería infranqueable.
La estrategia lanzada esta semana
por el régimen que encabeza Miguel
Ángel Yunes Linares va por ese camino.
Declarar a Veracruz en emergencia, exigir
al gobierno de Enrique Peña Nieto
el rescate, y si no accede a hacerlo en
los términos que se le plantean, amenazar
con la desincorporación fiscal
del estado respecto de la Federación.
Un monumental despropósito.
La idea de la desincorporación fiscal
con la que juega el gobernador Miguel
Ángel Yunes Linares es un juego peligroso.
Significaría un desafío al sistema
federal en el que se sustenta el régimen
político de este país.
Una separación de facto del resto
de la República, que además tendría
enormes costos para Veracruz, pues
significaría perder en adelante cualquier
tipo de inversión de parte del Gobierno
de la República en materia de obras y
servicios. Es a todas luces, inviable política
y hasta legalmente.
Pero el gobernador Miguel Ángel
Yunes decidió estirar la cuerda para
ver hasta dónde aguanta, en medio de
una estabilidad sostenida con promesas
y el llamado “bono de esperanza” con
que cuenta cualquier nuevo gobierno,
mismo que se agota muy rápido.
Yunes Linares no es un novato de
la política, aunque acostumbra jugar
con fuego. Pero sin duda sabe que en el
sistema político mexicano todavía no
hay nadie que pueda chantajear a un
presidente de la República.
Javier Duarte es prueba de ello.
Email: aureliocontreras@
gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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