miércoles, 05 de junio del 2024
 
Por Gaudencio García
Columna: Plana Mayor
Plana Mayor
2016-12-29 | 12:12:00
• Claroscuros: las ocurrencias
Gaudencio García Rivera
Lo relevante de 2016, que está agonizando, fue sin duda la derrota histórica que sufrió el PRI y su candidato en aquel aciago domingo 5 de junio. La oposición del PAN-PRD acabó con 86 años del poder omnímodo del tricolor en Veracruz. El destino alcanzó a la clase priista. No fue una ocurrencia.
La amarga pesadilla acabó de tajo con los sueños del senador y candidato perdedor Héctor Yunes Landa que, paradójicamente, lo coloca en otra coyuntura y circunstancia inmejorable para 2018. La derrota aún no la digiere.
El revés causado por el sismo trepidatorio del 5 de junio concatenó que se destapara la caja de Pandora y la caída de su autor Javier Duarte. Fue el hartazgo. El aparato priista, otrora invencible en la silla del Tlatoani, no sólo perdió la gubernatura sino la mayoría que mantenía en la bancada de la LXIV Legislatura local.
El gobernador de la transición partidista, Miguel Ángel Yunes Linares, a sus 64 años, llega bajo las mejores expectativas de sus partidarios y seguidores de la cúpula del PAN, pero con un pesimismo y no muy buenos augurios de las altas esferas de Los Pinos. Hay un trato cordial a secas con el presidente EPN, pero no significa que apruebe sus reclamos justos o injustos.
Yunes Linares puede hacer honor a la autonomía y soberanía de Veracruz como estado federalizado —como ya lo ha hecho patente—, para reclamar una justa redistribución de las participaciones federales, pero la entidad no es una isla. Los pasos jurídicos que dé o vaya a dar en lo mediato tienen que ser bien pensados y sólidos porque no tiene mucho tiempo para chabacanerías y/o ocurrencias de mal gusto por lo corto de su bienio.
Hay una gran diferencia entre la retórica de campaña del candidato y del hoy gobernador. Prometer no empobrece. Creó un océano de expectativas, de ilusiones y de reivindicaciones, como la luz de Némesis, que se han incumplido en los casi 30 días de gobierno.
La banda o pandilla de delincuentes de ‘cuello blanco’ que ofreció llevar a la cárcel, gozan de cabal salud y se pasean por las principales plazas públicas de Xalapa, Quintana Roo y la Ciudad de México; los principales cerebros del Duartegate despachan como diputados en el Congreso de la Unión; otros en la LXIV Legislatura local; y los que no tienen fuero caminan como don Sebas y exhiben su glamur por el jet set xalapeño.
Hasta la fecha no ha caído un “pez gordo” por los Ceferesos de la PGR, con la excepción de unos “charalitos”. Los empresarios, coludidos con el prófugo de la justicia, Javier Duarte, curiosamente, se fugaron del país como el ‘jibarito’ ante la vista de la autoridad ministerial federal y de sus inquisidores.
La gran paradoja del nuevo Tlatoani fue la estridencia que mantuvo meses antes de su toma de posesión como gobernador de Veracruz y el jueves 1 de diciembre. El contenido del anuncio de que “cimbraría a México”, no fue más que un pírrico mensaje del rescate de bienes y recursos económicos devueltos “voluntariamente” por algunos de los prestanombres de las empresas fantasma del Duartegate.
El arranque del bienio, del minigobierno, fue de claroscuros, más de oscuros que claros, abonado por el colapso de las finanzas públicas, la inseguridad pública y la corrupción que pervirtió a las instituciones públicas de los tres poderes del estado y la mayoría de los 212 municipios.
La sociedad civil y los ciudadanos de a pie esperan más que una retórica mesiánica o utopías, hechos concretos que permitan reactivar la economía de Veracruz. No más impuestos oprobiosos. Urgen fuentes de empleo para relanzar el aparato productivo. Estimular a la iniciativa privada para abatir el déficit habitacional.
El prólogo de este gobierno requiere el concurso de los mejores genios, arquitectos e ingenieros de las finanzas públicas para poner en marcha una ingeniería que permita oxigenar a corto plazo los dineros públicos, buscando mejores intereses de la deuda pública con la banca comercial.
El tiempo es oro. Hay que resarcir heridas con los opositores. No hay tiempo a litigios largos y costosos porque el tiempo apremia. Y seis meses antes de 2018, se despejaran nuevos paradigmas que incidirán en la sucesión presidencial en la que Veracruz, su clase política, jugará un papel especial en la liga mayor. ¡No hay tiempo a las ocurrencias!
AL CALCE…Hablando de transparencia y rendición de cuentas que es una de los principales lemas del gobierno yunista, cuando se presentará la primera dama del estado, Leticia Márquez de Yunes. El mejor mensaje que puede ofrecer para recibir el naciente año 2017 el gobernador MAYL, es la unidad y la armonía del núcleo familiar. Pasó la Navidad y la primera dama del estado, sin sus luces. Comentarios a gau41@hotmail.com
*A nuestros lectores: Feliz Año Nuevo 2017. La unidad, fortaleza y espiritualidad para superar los avatares de la vida. Un abrazo.


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