2017-01-08 | 09:53:22

El fenómeno del miedo

Hay quienes consideran que el miedo puede ser inducido, porque se trata de un viejo formato de poder, reconocido desde los tiempos del señor del caos y muy bien explicado por el economista y humanista español, José Luis de Sampedro, quien dice que al miedo hay que enfrentarlo para poder superarlo.

En esos términos, siguió la contingencia vandálica en algunas del puerto de Veracruz, sin dejar pasar algunos aspectos de la psicosis generalizada por aquellos que se dieron a la tarea de buscar hasta el último rincón para sustraer mercancías de comercio.

También, para luego amenazar con seguir en unidades de vivienda, colonias y fraccionamientos, en donde los vecinos ofrecieron resistencia armados con palos y machetes, controles de acceso a lo que fue una tensa y larga noche de nervios para miles de personas en áreas apartadas del norte, centro y sur de esta región.

La fuerte presencia del ejército, la marina y la policía federal, mitigó, controló y evito un problema de dimensiones más graves, toda vez que llegaron a tiempo para apoyar a la policía estatal, diezmada por la turba de quienes entraron a un festín incontrolable por robar mercancías de los centros comerciales.

Después los amantes de lo ajeno ya en una inercia de maldad, pretendieron extender sus fechorías en mercados populares, pero los locatarios se armaron de valor y evitaron que les afectaran en sus propiedades de la venta del día.

Los que deambulan en las motos buscando hacer sus desmanes, encontraron un sistema muy propio de hacer sus fechorías ya con mucha organización, dicen que se trasladaban en grupos para atraer a la policía, mientras en otras zonas apartadas otros sujetos hacían lo propio de tratar de cometer sus hechos ilícitos.

Pero en ese formato, algunos chavos banda se encontraron con la horma de su zapato y fueron sometidos, además desnudos y amarrados a un poste con su previa golpiza al calor de los hechos, pero se entregaron sanos y salvos a las autoridades, para no caer en los clásicos linchamientos por la barbarie, que siguió imperando hasta este viernes luego de dos días de un ambiente bochornoso e inédito en estos lares, nunca antes visto y jamás deseado.

De ninguna manera, ninguna mente perversa por dotada que fuera, hubiera podido armar la de Dios es padre que se dio en el saqueo y destrucción de centros comerciales, con pérdidas económicas significativas, irreparables y con la gran preocupación para cientos de hombres y mujeres, padres de familia que argumentan ante la inconsciencia de algunos tendrán que perder sus empleos a causa de los daños provocados a sus fuentes de empleo, sagradas para quienes viven de su trabajo con honestidad y decoro.

Hay que puntualizar que el pretexto del aumento a los precios de los combustibles fue el detonante esperado para llegar a estos extremas de saqueo y destrucción en varias ciudades del país, en donde lamentablemente quedo en evidencia que las fuerzas de la seguridad fueron superadas ante las grandes movilizaciones de quienes buscaron salir por la ruta fácil a temas de una supuesta pobreza y repudio a una situación de protesta.

Pero los que saben de política y de urbanismo con apego a la educación, creen y con mucha firmeza que la gente honesta, si honrada no se presta a participar en hechos delictivos, así se tratara de una situación de extrema necesidad para encontrar alimentos, en una supuesta escasez.

Lo que se percibió, en esta ocasión fue una visión colectiva de unos cuantos que buscaron resolver los reyes magos y temas de economía, primero sustrayendo aparatos electrónicos y después al final llevarse hasta las escobas y cubetas del aseo de los centros comerciales.

Y como dicen, después de la tormenta y una tensa calma, la gente tuvo que ser apachada con los famosos vales de 500 pesos para la despensa, porque ahora viene la escasez de alimentos y el desabasto por la locura de unos cuantos en dos días que destrozaron el comercio más antiguo del continente americano y a punto de cumplir 500 años.

Ahora bien, Boca del Río, escapó a estas circunstancias, porque la franja de poder económico está delimitada por la zona costera en donde no pudieron acceder ni llegar los vándalos que intentaron llegar a los centros comerciales boqueños, que permanecieron cerrados y blindados, hasta este viernes

Por lo pronto, como siempre a los reyes malos les fue mal, muy mal y las mentadas de madre y todo tipo de ofensas no se hicieron esperar por quienes dicen que el elefante, el camello y el caballo de Melchor, Gaspar y Baltasar, se perdieron en la rebambaramba con todo y juguetes, mientras que los fieles personajes regresaron al oriente sin poder cumplir su cometido y por lo mismo, derrotados, a ver qué pasa el próximo.

Este año ya fue un fracaso, y un mal comienzo para el nuevo gobierno estatal de la alianza del PAN y el PRD, que cada vez tiene más piedras en el camino.

Por lo pronto la actividad económica en esta zona conurbada de Veracruz, Boca del Río, comenzó a restablecerse a pesar del mal tiempo y el frio con los fuertes vientos del norte que no impidieron a la gente ahora a salir a comprar comida.

Mientras, hay quienes siguen esperando el milagro de que se dé marcha atrás al gasolinazo de la tragedia.

Hay quienes dicen que el PRI no está muerto y el PAN tampoco, y ahora el Peje, aclara: yo no fui. Existe ya un empate técnico para el 2018.

Ya en otro asunto, el licenciado Luis Antonio Pérez Fraga, presidente del Comité de Carnaval de Veracruz 2017, en solidaridad por la situación de la emergencia de los dos últimos días, pidió que se cancelara el papaqui proyectado para este domingo, pero los preparativos para la organización de la mayor fiesta de los veracruzanos, siguen con más fuerza que nunca.

Y está muy claro que el famoso Pollo Pérez Fraga, contra viento y marea, prepara el carnaval de mayor trascendencia en los últimos tiempos, por lo que sigue la fiesta, que siga la rumba y nada de grillas de quienes pretenden mover el tapete a un evento que sin lugar a dudas se convierte en la más fuerte derrama económica para los veracruzanos durante una importante época del año. Así las cosas.