2017-01-09 | 10:03:23

›Psicosis

La semana pasada fue verdaderamente caótica y también psicótica para miles de habitantes en la ciudad de Veracruz. Lo peor de todo fue que el ambiente tenso persiste y en muchos sectores existe la convicción de que se debe mantener la guardia y la mentalidad de guerreros al acecho. El miércoles y el jueves fueron días de saqueo en tiendas de autoservicio, de conveniencia y en mueblerías. El viernes y el sábado fueron una guerra de nervios en colonias populares desde el norte hasta el poniente y sur de Veracruz. Desde Torrentes, Río Medio y Lomas de Río Medio hasta las Reservas, El Vergel, Chivería, Dos Caminos, La Loma, El Coyol, López Mateos, Ortiz Rubio y otras, los rumores y amenazas casi desquiciaron a las familias. Los vecinos hicieron guardias nocturnas el viernes y el sábado, se armaron con garrotes y tubos, colocaron barricadas con piedras, trozos de concreto y hasta con cascarones de refrigeradores inservibles, dispuestos a todo.

Sobre el vandalismo y los saqueos a comercios en Veracruz, en todo este embrollo destacan dos posiciones y si las mencionamos no es por coincidir con ellas sino porque tienen seguidores vehementes. Y hasta delirantes. La primera es que desde Barcelona, España, un personaje siniestro urdió un plan malévolo para fastidiarle la existencia al gobernador de Veracruz y que auxiliado por su partido político habría montado un escenario con malandros importados hasta del Polo Norte. Lo acusan de patrocinar una partida de facinerosos capaces hasta de matar a su progenitora a cambio de algunas monedas. Según la hipótesis, el exiliado de Peña Nieto se auxilió con líderes vetustos y algunos incluso desdentados para organizarlos y transportarlos al lugar donde cometerían destrozos. La otra es que dentro del propio gobierno habrían urdido esa misma campaña pero con distintos trogloditas, para hacer quedar a esta administración como víctima de la demoníaca maquinación de una mente exiliada hasta Cataluña. Ambas suenan igual de exageradas y dignas de una telenovela del canal de las estrellas, pero hay quienes las creen y hasta las repiten y retuitean.

La repartición de culpas va de un partido político al otro. Pero eso no tranquiliza a la ciudadanía y tampoco beneficia a ninguno de los que se acusan mutuamente. Y por si no bastara con el gasolinazo del 1 de enero, la diputada federal Rocío Nahle alerta que viene un segundo episodio para el 4 de febrero, versión corregida y aumentada. Y la legisladora lo advierte porque su partido, MORENA, también es blanco de señalamientos por presunción de desestabilizador, en el marco de la siempre temida cuesta de enero.

Entre lo que dejó el pasado acto agrario de la CNC celebrado en Boca del Río resalta que el dirigente estatal, Juan Carlos Molina Palacios, le dio más ‘calor’ al senador de la República, José Yunes Zorrilla, que a su homólogo Héctor Yunes Landa. Al menos ésa fue la percepción después de que tomó la palabra Molina Palacios y fue saludando uno a uno a quienes se encontraban en el presidium, pero hubo una deferencia especial para con el peroteño, a quien se dirigió como Pepe. Y ello confirma la versión que la relación entre los compadres quedó fracturada después de la campaña pasada, a tal grado que todo indica que el apoyo para el 2018 de los cenecistas será para el hoy presidente de la comisión de Hacienda en la Cámara Alta del Congreso de la Unión. Sin embargo los aspirantes a cargo de elección popular tienen bien claro que no bastan los apapachos en público para ganar los comicios. Lo que necesitan son votos y que les cumplan el día de la jornada electoral. Mejor aún, que su partido se deshaga de los prietitos en el arroz, como aquéllos que descalabraron a Anilú Ingram en la elección de diputados federales en 2015.