miércoles, 29 de mayo del 2024
 
Por Roberto López Delfín
Columna: Vórtice
¿Feliz 2017?
2017-01-10 | 08:53:40
Terminado el amable, cándido, a veces bobalicón, hostigoso optimismo que suele traer aparejadas las posadas; la navidad; el inicio de cada año y; el día de los tradicionales reyes magos –cada vez más devaluados por Santa Claus- este se ha establecido ante nosotros como el peor y más preocupante inicio de año de que tenga memoria nuestro País en las últimas décadas. Tengo 50 años bien vividitos y sin duda no hay recuerdo de un año con inicio tan funesto, comenzado de forma tan peligrosa, negativa para México, ni con más negras perspectivas colectivas. En plenas fiestas decembrinas el Gobierno del cada vez más repudiado EPN, en voz de Juan Antonio Meade, el mismo Secretario Hacienda de FECALH que defendió hace unos años los subsidios al precio de las gasolinas, anunció su cancelación y el “ajuste” al precio de los combustibles. Con el nacimiento del 2017 se consumó un desproporcionado aumento de más del 15% a las gasolinas, que tienen en su costo una tercera parte en impuestos para el gobierno. Naturalmente crecientes oleadas de masivos y justificados reclamos populares se hicieron sentir, legitimados por la insensibilidad e incapacidad gubernamental de EPN que, como candidato a la presidencia y durante los primeros años de su gestión prometió que el precio de gasolinas, gas y la energía eléctrica bajarían por obra y gracia de sus hasta ahora estériles “reformas estructurales”. Hoy damos fe que ha ocurrido lo contrario. Lo peor llegó cuando el generalizado descontento popular se vio opacado y pervirtió por violentos saqueos –muchos de ellos convocados por las redes sociales- perpetrados por criminales que se encubrieron entre multitudes enardecidas que tumultuariamente desvalijaron centenares de plazas y tiendas comerciales, mercados y gasolineras en más de 20 estados de la República, muy señaladamente en la CDMX, el Estado de México; Hidalgo, Chiapas y en nuestro Estado, en nuestra querida Ciudad Veracruz, en donde hubo muertos, incontados heridos y al momento más de 600 vándalos detenidos por robo agravado, 150 de ellos acusados penalmente de “terrorismo”. Un tercio de las personas muertas y/o detenidas a nivel nacional por la violenta rapiña de inicio de año han sido veracruzanos, esa es la dimensión de nuestro problema. Triste realidad de nuestro Estado, donde es proverbialmente los gobernantes suelen ser ladrones, lo que causa la indignación local, nacional e internacional, pero miles de nuestros conciudadanos dieron clara muestra, este principio de año, que ellos también saben ser hipócritas, violentos y atracadores. Veracruz vivió días de incertidumbre, caos y anarquía. Nuestro exgobernador y su “Cártel criminal del PRI y PVEM” están prófugos de la justicia, como tantos otros miles de rateros comunes que aún son buscados para que den cuenta a la justicia de su rapiña. Nos avergüenza como los saqueadores llegaron gritando consignas contra el indebido, abusivo incremento al precio de las gasolinas para luego huir con televisores en unidades de transporte público, taxis en su mayoría. ¿Si esos vándalos hubieran estado en el lugar de JDO también hubieran formado un peligroso “Cártel político-criminal” y hubieran saqueado sin escrúpulos al Estado? Patética fue la actitud del Presidente EPN, el PRI y achichincles que, en medio uno de los periodos más negros del siglo XXI en México, compareció ante la Nación para anunciar modificaciones –no cambios- al gabinete y defender a ultranza los incrementos de precios que disminuyen la calidad de vida de los mexicanos y el 33% de su capacidad adquisitiva en los últimos 90 días, en tono
de regaño, acusándonos de incomprensión. No se refirió a los saqueos. Justificándose por el enojo popular, en un momento que marcará su presidencia, EPN preguntó a los mexicanos en cadena nacional –en forma retórica- ¿Qué hubiéramos hecho en su lugar? ¡Chingaos! (Que conste que uso esa palabra en la más castiza de sus acepciones). Ahora resulta que nosotros, los agraviados por la corrupción, impunidad, estulticia, partidismo, complicidades, derroche, ostentación, mal gusto, y fracaso de las políticas públicas de EPN y camarilla, salimos regañados y tenemos que pedirles perdón, por qué no los hemos sabido valorar y, aunque tengamos doctorados y libros publicados, no hemos “entendido” que, sí bien es cierto, en este principio de año nuestra moneda ha caído a su más bajo valor histórico; nuestra economía y seguridades se están derrumbando y; el encabronamiento popular se encuentra al límite; no hay más ruta posible que las que ese grupo de iluminados de “Atlacomulco” y cofrades de Hidalgo están recetado autoritariamente a la Nación. Desde la Presidencia de Vicente Fox, un primer mandatario no le faltaba tanto al respeto a nuestra inteligencia individual y colectiva. Lamentable fue el nombramiento de Luis Videgaray como Secretario de Relaciones Exteriores, pues al día siguiente de su nombramiento señaló que “no era diplomático” y “venía a aprender”, en tiempos los peligrosos tiempos que implica para los mexicanos la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos. EPN se niega a cambiar, aunque México lo necesite y se lo demande y ha quedado claro que el argumento para la oprobiosa llegada de Videgaray a la cancillería –donde sustituyó a una sobrina de Carlos Salinas de Gortari que tampoco era diplomática y también llegó a aprender- fue el haber organizado el afrentoso encuentro de EPN con el entonces candidato Trump y “cierta amistad” que dice tener con alguno de los yernos de ese enemigo de la democracia y de México. Ese es el nivel de nuestra política. Mal inicia el 2017 y sólo han transcurrido 10 de sus 365 días. Será necesario advertir y hacer crónica, análisis, reflexión de muchos eventos que afectarán a la República. No quisiera dar malas noticias, ni ser portador de augurios obscuros, pero como periodista –así como el Notario Público que soy- me siento en el deber de levantar acta que testimonie a la realidad a mi leal saber y entender. Eso es, ha sido y será la Columna Vórtice que tienes frente a sus ojos. A nivel estatal el panorama no luce muy tampoco esperanzador. Ante los saqueos generalizados en la zona conurbada Boca del Río - Veracruz, el nuevo gobernador MAYL compareció en forma valerosa a algunos de los lugares donde se estaban realizando, ofreciendo ahí y repartiendo en los días siguientes al pillaje vales de despensa de 500 pesos a centenares de mujeres de “escasos recursos”, como forma de disuadirlas de no seguir robando los comercios que ya habían sido saqueados por algunas de ellas. Los cuestionamientos del análisis de esta cadena de acontecimientos son espeluznantes: ¿Vivimos en un lugar con miles de javieres duartes en potencia que están esperando la oportunidad de dar rienda suelta a su actitud depredadora, cínica, ladrona, rapaz? ¿Volveremos a vivir en la anarquía y el saqueo con los gasolinazos que vienen (el próximo será el 8 de febrero)? ¿Debe persuadirse con dádivas a los veracruzanos para que no delincan masivamente? ¿La corrupción y la impunidad seguirán empoderándose? En un año electoral ¿Estamos ante una nueva modalidad de clientelismo?


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