2017-01-13 | 09:01:29

›Desesperados y desangelados

La visita de Andrés Manuel López Obrador a tierras veracruzanas le recuerda a la ciudadanía que el espectro político no se limita al PRI y el PAN y que existen opciones para quienes se dicen hartos de lo mismo. A quienes más ha desagradado el discurso del tabasqueño no es a los priistas, sino a los panistas. A los primeros hasta les divierten las frases de quién fue militante y hasta presidente del tricolor en Tabasco. Pero los panistas, los de ayer, los de hoy y hasta los del mañana no lo soportan; incluso prefieren tratar con los del Revolucionario Institucional, pero jamás con el del partido MORENA. Y no es para menos. Las encuestas siguen diciendo que cada vez más mexicanos están con MORENA y menos con el PRI y el PAN. De modo que si los panistas pensaban que tras el accidentado y trepidante paso de Enrique Peña Nieto por la presidencia de la república volverían al poder federal, se equivocan. Los morenos reprochan a los blanquiazules el haberse unido al PRI en la Cámara de Diputados para sacar adelante reformas como la energética y la fiscal que entre otras consecuencias tuvieron al gasolinazo y a la furia social contra el sistema político. En otras palabras, aunque los panistas sigan en su cantaleta de quemar en la hoguera a los priistas, los morenos enfocan sus baterías para los azules porque a fin de cuentas, pueden negociar más con los colorados que con los derechistas.

La visita que ayer realizó el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares por el puerto de Veracruz causó mucha inquietud y hasta escozor porque algunos sectores todavía no saben cómo convivir con él. Mucho menos les agrada su estilo rudo y directo, nada terso. Ayer en la Torre Pediátrica anunció el rescate de ésta y al agradecer al alcalde de Veracruz, Ramón Poo Gil, su apoyo para agilizar los permisos y trámites necesarios, dejó sin habla a Poo Gil y con una sonrisa que no se sabe si fue de sorpresa o de resignación. “Seguramente el presidente considerará no cobrarle al gobierno del estado, sin costo, muchísimas gracias”, dijo Yunes Linares. Y los asistentes estallaron en risas; menos Ramón Poo.

Los que no están nada contentos son los trabajadores del Sector Salud. Siguen esperando la mitad del aguinaldo que no se les depositó en diciembre porque sus jefes, protectores todos ellos, la guardaron para que no la despilfarraran. Pero los trabajadores, malagradecidos dirían sus patrones, insisten en exigir que la depositen lo que por ley les corresponde. Incluso su dirigente Rosa María Jácome Hernández dio a entender que se la pasan haciendo alboroto, minimizando el reclamo de “sus” representados. Lo bueno que es su lideresa sindical.

Habitantes de colonias populares, a quienes se vio muy hacendosos cargando televisores, refrigeradores, estufas y lavadoras durante los saqueos de la semana pasada, ya no saben qué hacer con lo robado y lucen desesperados. Nadie quiere comprarles su mercancía por temor a ser detectado por los localizadores electrónicos y a terminar tras las rejas. Ahora necesitan atención psicológica y hasta psiquiátrica porque sufren delirio de persecución y ya no pueden dormir porque se expusieron a lo tonto.