viernes, 31 de mayo del 2024
 
Por Gaudencio García
Columna: Plana Mayor
Pacto de unidad o revanchismo
2017-01-17 | 09:43:22
Veracruz no está para bollos. El corolario del Duartegate fue la gota que derramó el vaso de agua. Pero el desgaste del discurso de la clase política y el estado de indefensión viene de mucho tiempo atrás. Los panistas tienen que poner sus barbas a remojar. La credibilidad de los políticos está por los suelos.
Ahora, exacerbados, desencantados y cansados del cinismo del populismo del presidente EPN que en mala hora vino a pegarle el tiro de gracia a las clases mayoritarias del país con el candente ‘gasolinazo’, la sociedad civil y los ciudadanos de a pie de Veracruz se preguntan con desdén: ¿Cuándo el gobernador MAYL se dedicará a reactivar la economía del estado?
¿Seguirá confrontándose con los votantes, sobre todo con los que creyeron en él, con los burócratas que tienen antigüedad de 15 y 20 años al servicio del Poder Ejecutivo del estado? Hoy, simplemente son echados a la calle, por filias y fobias. Revanchismos, rencores y enconos en su máxima expresión. ¿De eso se trata?
La tragedia sociopolítica y moral que concatenó el Duartegate está en manos de la PGR. La sociedad civil no perdona ni olvida, exige que el gobierno federal le eche pronto el guante al prófugo de la justicia y que él y su horda, reintegren lo que el tsunami dañó en las arcas del estado.
Pero el gobernador MAYL no puede ni debe pasarse semanas, meses y el tiempo de su bienio en dispersar esfuerzos, creatividad y eficiencia en el Duartegate, cuando Veracruz reclama, exige y demanda toda su focalización, su entereza y sensibilidad para resolver la piedra angular del aparato político estatal en crisis: salir del bache económico, restaurar la seguridad pública y la moral de las instituciones públicas.
No ha cambiado de actitud megalómana cuando se desempeñó como secretario general de Gobierno y presidente del CDE del PRI con el entonces gobernador Patricio Chirinos Calero (1992-98). Los odios y venganzas no los ha podido desterrar contra aquellos que le hicieron morder el polvo en aquella debacle para suceder al político de Tamuín.
La sociedad civil, críticos, intelectuales, malquerientes, partidos opositores del PAN-PRD —ahora en el poder público—, paganos, protestantes, ocultistas y liberales no tienen por qué pagar justos por pecadores. Los demonios, el lobo estepario que le afloran, deben quedar por salud pública a buen recaudo para el museo político.
El llamado que hizo MAYL a los votantes —a los que sufragaron por él y en contra— el 1 de diciembre de 2016 para integrar la unidad con el propósito de superar la crisis económica del estado, herencia de los gobiernos priistas, fue una verdad a medias porque en el curso de su bienio se ha dedicado a confrontarse, descalificar y estigmatizar a algunos sectores, como es el caso de empresarios y la prensa.
La sociedad civil —con y sin partido político— está pagando sin deberla ni temerla lo que hizo su brillante clase política priista, aliados con una ala de la derecha del PAN —verbigracia Dominga Xóchiltl Tres Rodríguez en el Instituto de Espacios Educativos, etcétera—, que hoy se curan en salud, con su Tlatoani en turno. La controvertida ‘unidad’ o solidaridad no existe, más que en el discurso populista de Yunes gobernador.
Sumado a todos los agravios que sufrieron los veracruzanos principalmente en los últimos 12 años, hoy se enfrentan a otro oprobio bárbaro del polémico gasolinazo que, desde cualquier óptica que se le vea, es el ‘tiro de gracia’. Es la hora que ni el gobernador MAYL ni sus diputados y el senador de su partido —su primogénito—, han hecho una férrea defensa para defender a la sociedad civil y ciudadanos de a pie de Veracruz.
Justo ahora, es cuando se requiere la unidad, el concurso de todos los actores políticos, de los intelectuales sin filias partidistas, académicos, estudiantes, empresarios, laicos, paganos, ortodoxos y conversos, para integrar con el titular del Poder Ejecutivo local un ‘Pacto de Unidad’, de carne y hueso, para firmar un “No” al gasolinazo del presidente EPN.
No se ve ni por asomo que convoque a todos los sectores que integran la sociedad democrática para integrar un Pacto de Unidad amplio y de rechazo a las medidas autoritarias y lesivas de Peña Nieto. ¡Basta de oprobios! ¡Basta de agravios!
Hay que dejar las vísceras y gobernar con la cabeza fría. La sociedad civil no es ingenua, miope o padece del síndrome de Alzheimer. Los dobleces y la simulación son para una cofradía que padece de otro síndrome singular; el de “Hybris”, conocido también por los mundanos como “borrachera del poder”. ¿De acuerdo?
AL CALCE…Justo y perfecto el pensamiento del Premio Novel de Literatura, el portugués José Saramago: “Es hora de aullar, porque si nos dejamos llevar por los poderes que nos gobiernan, y no hacemos nada por contrarrestarlos, se puede decir que nos merecemos lo que tenemos”. Comentarios a gau41@hotmail.com


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