2017-02-01 | 22:00:32

Los mexicanos hemos recibido duros embates dentro y fuera de nuestras fronteras.
Más específicamente, aquí, los Veracruzanos, fuimos burlados, timados, por dos gobernadores que dejaron embargadas las finanzas del estado y le abrieron las puertas al crimen organizado.
Con la desazón de vivir en una entidad financieramente insegura y quebrada, y a la que se intenta levantar del desorden y de la inmoralidad pública, en que nos sumieron Fidel Herrera y Javier Duarte, nos arremete ahora el huracán estadounidense en que está convertido el presidente Donald Trump, amenazando con deportar a miles de paisanos que trabajan y envían remesas que son el sostén de muchísimas familias.
En el primero de nuestro males: los destrozos dejados por la dupla Herrera-Duarte siguen causándonos estragos. Basta con caminar por las calles de nuestra ciudad o sus carreteras para tener presente el jineteo y la desaparición que hicieron de los recursos, lo que sumió a Coatzacoalcos y a cuanto municipio vean, en el estancamiento, sin obras, sin avances.
Basta recordar la forma en que manejaron oficinas e ingresos como las administraciones del agua potable, para vislumbrar una mínima fracción del grado de corrupción que alcanzaron.
Todo ello lo traigo a cuento porque han comenzado a surgir aplaudidores del anunciado regreso del exgobernador Fidel Herrera Beltrán. Háganme el gran favor.
Sería de verdad lastimoso que los veracruzanos mostráramos tan poco respeto por nosotros mismos.
Y sin ese respeto hacia adentro, ¿cómo vamos a hacernos respetar hacia afuera? Además de dignidad, debemos tener buena memoria. Los bribones no pueden ser recibidos con laureles.
Uno: Donald Trump y su equipo, nos han agredido con amenazas y medidas hostiles.
Otros, Fidel Herrera, Javier Duarte, sus funcionarios y diputados cómplices que todo les taparon y aprobaron, garantizándoles impunidad, nos agredieron con hechos. Que no se nos olvide.
Recobremos memoria y autoestima.
Introspección:
En el fondo de muchos rostros liberales,
hay un pensamiento medroso y promuros.