viernes, 31 de mayo del 2024
 
Por Jair Robles
Columna: La primer derrota de Trump
La primer derrota de Trump
2017-03-26 | 09:27:47
Al concluir esta semana, se consumó la primer gran derrota política para la naciente administración del Presidente Donald Trump y los representantes Republicanos que mantienen mayorías en ambas cámaras del Congreso Norteamericano.
Revocar la Ley de Salud, conocida como Obamacare, ha sido uno de los principales gritos de batalla de los republicanos y una de las principales promesas de campaña durante el pasado proceso electoral.
El jueves, se cumplieron los primeros siete años desde que se habría promulgado dicha ley, insignia de la Administración Obama, que entre otras cosas hacía obligatorio que los ciudadanos norteamericanos contaran con un seguro de gastos médicos y que prohibía a las compañías aseguradoras negar el otorgamiento de sus pólizas, aún para aquellos que padecieran algún problema de salud, por nombrar tan solo dos de sus estipulaciones más importantes.
Después de seis intentos fallidos de revocar esta ley, durante el mandato del Presidente Obama y mas de 50 votaciones que buscaban enmendarla, el plan de los republicanos era terminar con dicha ley y promulgar su propia propuesta en esta fecha de aniversario.
Sería la primera de una serie de grandes reformas de corte conservador, que les permitiría dar una clara señal a sus electores, de ser un partido que no solo escucha sus demandas, sino que también tiene la capacidad de traducirlas en leyes y políticas públicas claras.
Sin embargo los últimos siete años habían dejado claro que los republica¬nos no han sido capaces de crear una propuesta propia que en verdad resol¬viera las deficiencias del programa de salud demócrata. Dentro del partido conservador, siempre ha existido coincidencia en que había que deshacerse del Obamacare, pero nunca pudieron ponerse de acuerdo en cuál debería de ser su reemplazo y dichas diferencias se manifestaron con la mayor claridad en éstas últimas semanas.
Para la facción más conservadora del partido republicano, la nueva ley, -bautizada por el líder de la cámara de diputados Paul Ryan y la Casa Blanca como el ¨American Care Act¨- no es más que un Obamacare Light, es decir que no iba lo suficientemente lejos para eliminarla. Y para el ala moderada, iba demasiado lejos, quitando provisiones que han resultado muy populares para ciertos sectores de la población americana.
El pasado viernes quedó en evidencia que ni los líderes de las cámaras, los miembros del gabinete, incluyendo al Secretario de Salud Tom Price, el vicepresidente Mike Pence y el presidente Donald Trump, lograron llevar a sus diputados a un consenso que satisficiera a ambos bandos.
Al ver que no se contaban con los votos suficientes para ser aprobada, después de haber pospuesto la votación del jueves para viernes y de una noche larga de negociaciones, y amenazas de Trump en contra de algunos de los diputados, se determinó cancelar la votación por tiempo indefinido.
Esta es una derrota para Paul Ryan y los demás representantes republicanos, porque aún con el mandato popular y el control del poder Legislativo y el Ejecuti¬vo, no fueron capaces de cumplir con una de sus principales promesas de campaña.
También es una derrota, porque ref leja que aún dentro de ese partido, persisten grandes divisiones, que serán una limitante para implementar otra serie de reformas legales, aún más complicadas, como la reforma fiscal, y la reforma migratoria.
Es una derrota para el Presidente Trump, porque al igual que los líderes del Congreso, se pone cuesta arriba la implementación de su programa de gobierno, que desde un principio no coincide con su partido en algunos aspectos muy importantes.
Pero más allá de las consecuencias prácticas y de gobierno, ésta derrota también pega en el área más sensible del gobierno trumpista, -su imagen. Trump se ha jactado de ser un gran negociador y alguien que siempre logra acuerdos ventajosos, pero en esta ocasión la realidad de la política de Washington, ha puesto en evidencia su inexperiencia y sus limitaciones.
Conforme pasan las semanas, las palabras de Trump han ido perdiendo credibilidad antes sus interlocutores, pero hasta el momento la había mantenido con su base. En poco tiempo sabremos si esta derrota, comenzará a surtir el mismo efecto entre sus seguidores o si será capaz de endosarle el fracaso a los líderes de su partido en el Congreso.
Por lo pronto, en público ha querido culpar de su derrota a los demócratas que en ningún momento fueron invitados a participar en las negociaciones y jamás mostraron interés alguno por participar en el proceso legislativo de esta primer batalla. La ley Obamacare, fue aprobada en su momento, sin ningún voto republicano.
Para México, se puede asumir que entre más se debilite Trump, mejoran las perspectivas de negociación en la agenda entre ambos países. Sin embargo existe el riesgo de que esta serie de derrotas lo vuelvan aún más agresivo y quiera mostrar una victoria a como dé lugar y para lograrla tendrá que hacerlo ante el rival más débil y cumplirle a sus votantes, con otra de sus ofertas de campaña más populares como lo fué la creación del muro y que México lo pague.
A pesar de la imagen que proyecta, el Sr. Trump no es ajeno a la adversidad y en el pasado ha mostrado gran capacidad de recuperación.


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