jueves, 04 de julio del 2024
 
Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
Momentos
2017-04-26 | 21:38:15
Cuando Duarte y Silva enloquecidos de poder encarcelaron periodistas
Magda Zayas Muñoz @magzamu
Transcurrían los primeros días de mayo de 2011, “el cisne” Alberto Silva Ramos era entonces alcalde de Tuxpan y gritaba a los cuatro vientos su poder absoluto, pues refería qué lo suyo con el Gobernador era una intensa amistad, de grandes afectos, indestructible, de complicidad, de intensidad, de apoyo y protección, en aquel entonces un periodista -Jorge Manrique- investigaba los negocios ilegales qué en aquel momento emprendía el alcalde al amparo del poder, además había abordado en una publicación el tema de su hijo -procurado fuera del matrimonio- lo cual le enfureció muy a pesar de que el mismo presumía fotos del menor en redes sociales.
Entonces fue corriendo, cómo un niño llorón a buscar a su amado Gobernador, aprovechando que ese día el periodista había dedicado una columna al suegro incómodo Antonio Macías, donde recordaba qué en el gobierno de Patricio Chirinos éste había estado en la cárcel acusado de fraude ¡sin duda una gran Valentía del columnista, pues en aquellos tiempos, eran contados los comunicadores que se atrevían a criticar o revelar los momentos oscuros de la familia Duarte Macias!.
En cuanto Silva contó a Duarte que “el tal Manrique se está metiendo conmigo y con tu suegro”, el flamante titular del Poder Ejecutivo golpeó el escritorio con el puño cerrado y con un intento de voz aguda grito encolerizado “que no le rasquen los huevos al tigre, aquí el que manda soy yo” Silva lo miro emocionado pues descubrió que el comunicador estaba en sus manos; luego el nefasto Gobernante ordenó “chingalo, pártele su madre, que se eduque”.
El entonces edil tuxpeño le hablo de su perturbada idea, acusarlo de extorsión y llevarlo a prisión, entonces Javier Duarte se carcajeó y le dijo “eres un chingon, por eso te quiero y los abrazo con una sonrisa que desfiguraba su rostro” y entonces puso a su disposición lo necesario para armar la estrategia; y así fue, pero junto con Jorge Manrique se fueron a prisión otro comunicador de nombre Alejandro de la O y un empresario pues ese día se encontraban reunidos, concretando un proyecto radiofónico.
Sus carreras fueron truncadas, un convoy de ministeriales los llevo al cuartel de San José donde los tuvieron privados de su libertad, violando todos sus derechos humanos, un día después tras insultos, amenazas y golpes, los trasladaron a los juzgados de Pacho, donde tratados como delincuentes fueron internados sin contar con un abogado defensor, a punta de violencia los hicieron firmar una declaración falsa, no les dieron tiempo alguno de leerla, ya todo estaba armado y luego continuó el infierno.
Se les dejó a su suerte, en manos de Zetas. Las amenazas no cesaron al interior, le exigían fuertes sumas de dinero para que a Manrique no lo “tablearan” ¡y claro que lo hicieron, muchas veces, al día de hoy los dolores en su espalda son constantes producto de aquella violencia! Aquello eran días y noches de terror y lamentablemente afuera para sumarle, emprendían una campaña de desprestigio y en ese entonces la prensa local, casí en su mayoría se colocó del lado del Gobernante y el alcalde llamando a Jorge Manrique, Alejandro de la O y al citado empresario como extorsionadores, una campaña ruin.

Dentro de la excesiva violencia, De la O tampoco la tuvo fácil, pues un día aprovechando la presencia de su hermano quien laboraba como conductor en TV Azteca México decidió contarle el infierno que vivían ahí dentro, por lo que éste no dudó en contarlo a una revista de espectáculos de circulación nacional, aquello enfureció tanto al cordobés que Alejandro fue sacado de su celda y devuelto horas después golpeado tan severamente que no podía mantenerse de pie.

Pasaron seis meses en el penal de Pacho Viejo. En la causa penal 149/2011/IX, Jorge Manrique fue condenado por el delito de extorsión, justo con sus otros dos compañeros, pero ante la falta de pruebas y la dificultad de mantener el montaje, se les exigió una exhorbitante fianza y así obtuvieron su libertad. En aquel entonces el gobernante y su amigo alcalde -ese que después sería su coordinador de comunicación social - gustaban de grabar las agresiones que estos sufrían en manos de los peligrosos internos- así es que al reproducir aquella cintas, se divertían y reían como su aquello fuera una comedia.

Hoy Duarte está en prisión y Beto Silva es diputado federal. Hoy Duarte pide igualdad en donde se encuentra internado, dice que quiere condiciones dignas cómo un colchón y luz en su celda; Manrique optó por el silencio una vez en libertad, los riesgos eran muchos y las ejecuciones de periodistas estaban a la orden del día, hoy ha retomado su columna y dejó lo vivido en manos de la justicia divina.

Uno de ellos ya está pagando el jodido daño que hizo, falta el otro, ese que se escuda en su fuero. ¡ni perdón, ni olvido¡ Duarte no tuvo piedad. Ahora el rinde cuentas y seguramente pasaran por su cabeza muchos de aquellos que llevo a prisión, porque el caso aquí expuesto, es tan solo uno de los muchos abusos y atrocidades que cometió al amparo del poder. ¡Así las cosas en Veracruz!




NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México