sábado, 27 de abril del 2024
 
Por Catón
Columna: De política y cosas peores
Amenaza dictatorial
2017-05-11 | 09:44:37
Don Algón, salaz ejecutivo, tenía una relación de carácter erótico-sensual con su linda secretaria Rosibel. Cierta mañana la acostó sobre el escritorio a fin de practicar , ambos ya sin ropa, lo que algunos pícaros, sin mostrar respeto alguno por las instituciones republicanas, llaman “el H. Ayuntamiento”. Sucedió por desgracia que al cachondo señor se le olvidó asegurar la puerta de su oficina, la cual se abrió súbitamente para dar paso a una persona. Volteó don Algón; vio quién había entrado y luego le dijo en voz baja a Rosibel: “Es mi mujer. Actúa con naturalidad”...

Don Martiriano, el sufrido esposo de doña Jodoncia, se la pasa todo el tiempo vegetando. Ve jeta en la mañana, ve jeta en la tarde y ve jeta en la noche...

En el vestidor del club de natación declaró el señor Cucoldo: “Estoy orgulloso de mi esposa. No sólo nada muy bien: también hace el amor maravillosamente”. Acotó el entrenador de la mujer: “En honor a la verdad debo decir que la señora levanta mucha agua al hacer el braceo, pero en lo otro estoy totalmente de acuerdo”...

Un profesor extranjero fue a Venezuela a fin de evaluar la educación que se impartía en ese hermoso país. Escogió al azar un estudiante de universidad y le preguntó: “¿Quién escribió el Quijote?”. Respondió el interrogado: “Simón Bolívar”. Hizo una anotación el visitante y continuó: “¿Quién escribió la Divina Comedia?”. Contestó el estudiante: “Hugo Chávez”. Apuntó el profesor en su registro y prosiguió: “¿Quién escribió Hamlet?”. Repuso el universitario: “Nicolás Maduro”. Ya no puso nada en su libreta el profesor. Meneó la cabeza y le dijo al alumno: “Se ve, muchacho, que no sabes nada de literatura”. “Y se ve, señor -replicó el joven-, que usted no sabe nada de Venezuela”...

Esta historieta, seguramente apócrifa, refleja sin embargo la opresión bajo la cual viven los venezolanos, víctimas de un régimen dictatorial que ha anulado la libertad, ha clausurado la vida democrática y ha empobrecido a esa nación hermana.

En tratándose de dictaduras nadie puede decir de esta agua no beberé. Aun los Estados Unidos, país que se precia de ser el más democrático del mundo, sufre ahora los excesos de un aprendiz de dictador que ha implantado un régimen personalista en cuyo centro actúa movido por caprichos, mentiras y prejuicios anacrónicos.

No pensemos, entonces, que México está a salvo de ese mal. Quizá lo tenemos a la vuelta de la esquina. (El autor suspende la escritura y va a la esquina a ver si en efecto a la vuelta está ese mal. Esperaremos su regreso y daremos a conocer aquí mismo el resultado de su indagación).

La exuberante laboratorista atrajo al jefe del laboratorio químico, y juntos llevaron a cabo el consabido rito natural. Al terminar el trance él le dijo a ella: “¡Caramba, Curieta! ¡Me habían dicho que eras sosa, pero a mí me pareciste más bien potasa!”...

El doctor Ken Hosanna le informó a su paciente, un hombre de madura edad: “Lamento decirle que está usted en inminente riesgo de sufrir un accidente cerebral que le quitará toda sensación en el lado izquierdo de su cuerpo”. El señor se llevó la mano al bolsillo. Le indicó el facultativo: “No es necesario que me pague ahora”. “No, doctor -repuso el añoso caballero-. Me estoy llevando al lado derecho todo lo que puedo”...

Un individuo fue a confesarse con don Arsilio, el cura párroco del pueblo. Le dijo: “Acúsome, padre, de que anoche estuve con Facilda Lasestas y le hice el amor tres veces seguidas”. “Hijo -le contestó el buen sacerdote-, lo que me dices me suena un poco a presunción. Debes saber, sin embargo, que ése no es el récord”. FIN.







mirador

armando fuentes aguirre


Llegó sin anunciarse y se presentó a sí mismo:

-Soy el color rojo.

Debe haber notado mi asombro porque añadió algo que me dejó más asombrado aún:

-Soy el color más importante.

Y ni siquiera enrojeció al decir eso.

Recordé el dicho: “Más vale una colorada y no cien descoloridas”. Me atreví a decirle:

-Ningún color es más importante que otro. Tanto como el rojo valen el azul, el verde, el amarillo y todos los demás colores, incluso algunos tan humildes como el gris. Imagine usted que todas las cosas fueran rojas: rojo el cielo; rojo el mar; rojos los árboles; rojo el Sol. ¿No le parece que eso sería muy aburrido?

El rojo se puso colorado, no sé si por el enojo o por la pena. Volvió la espalda y se marchó. Sentí entonces que el cielo me daba las gracias, y que me daban también las gracias el mar, los árboles y el Sol. Y me puse de todos colores.

¡Hasta mañana!...



manganitas

por afa


“...Una señora creyó estar embarazada, pero era puro aire...”.

Una vecina indiscreta,

con sentido del humor,

ahora le pide al señor

que le infle su bicicleta.





NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México


NOSOTROS

Periódico digital en tiempo real con información preferentemente del Estado de Veracruz México