2017-05-15 | 10:11:33

En un escenario muy similar al de la sucesión estatal de 2016, los senadores priistas Héctor Yunes Landa y Pepe Yunes Zorrilla se perfilan como los dos mejores prospectos del PRI para disputar la gubernatura el año próximo.

Y si bien es cierto que la desastrosa administración duartista desfondó a tal grado al partido tricolor que en esta elección municipal aún será castigado por los votantes veracruzanos, también es verdad que en esta ocasión la candidatura del Revolucionario Institucional al gobierno de la entidad sólo se dirimirá entre ambos legisladores, sin la presión ni el boicot del desacreditado exgobernador Javier Duarte que hasta el final quiso imponer como sucesor al diputado federal tuxpeño Alberto Silva Ramos.

Ahora, al igual que el año pasado, los senadores del PRI han vuelto a reactivar su pacto de ir unidos para recuperar la gubernatura en 2018, a sabiendas de que esa elección será sumamente complicada porque se empatará con la sucesión presidencial.

En una reciente entrevista concedida al Diario de Xalapa, Héctor Yunes adelantó que pedirá licencia al Senado de la República a partir del 1 de enero próximo para buscar de nueva cuenta la candidatura a gobernador.

“No se trata de una obsesión sino de un proyecto de trabajo a desarrollar en beneficio del estado”, declaró Yunes Landa, quien puntualizó que “si llegado el momento de la decisión el senador José Yunes está mejor posicionado que yo, no dudaré en sumarme a su proyecto para respaldarlo”; sin embargo dijo estar confiado en que él volverá a ser el candidato ya que afirmó que actualmente está otra vez en la preferencia de los priistas.

En esa entrevista, Héctor Yunes reiteró sus severas críticas a la administración del gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, señalando el pésimo desempeño del fiscal Jorge Winckler y del secretario de Gobierno, Rogelio Franco Castán, así como el incumplimiento de las promesas de campaña del mandatario panista de abatir los índices de inseguridad, de generar empleos o de que pediría a la Universidad Veracruzana que le propusiera un candidato para la Contraloría General del Estado, mismo que se comprometió a que sería ratificado por el Congreso local y que no hizo.

Según se ve, para reposicionarse hacia la sucesión estatal de 2018 Yunes Landa mantendrá el mismo discurso crítico y estridente hacia el cuestionado régimen de Yunes Linares, quien además pretende heredarle la gubernatura a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, actual alcalde de Boca del Río.

Héctor le apostaría a replicar la misma estratagema que tan buenos dividendos electorales le redituó a su primo Miguel, quien como gobernador ha resultado tan decepcionante que ahora se perfila –¡oh, paradoja!– como “el Javier Duarte de 2018”.

En cambio, entrevistado al día siguiente en que apareció la entrevista de Yunes Landa en el Diario de Xalapa, el senador José Yunes le declaró a Magda Zayas, de Imagen del Golfo, que después de las elecciones municipales de junio próximo emprenderá su carrera por la gubernatura.

Y al cuestionarle la periodista por la supuesta “tibieza” que le endilgan sus detractores, Yunes Zorrilla respondió que ese calificativo no le preocupa porque precisa que hay estilos diferentes de hacer política y que él prefiere la prudencia y los hechos, más allá de lanzar acusaciones o volverse contestatario de cuanto personaje opositor.

Pepe dijo que “hay para quienes la estridencia es su prioridad y hay quienes la evitan; yo tengo muy claro el concepto de prudencia y esperar los tiempos indicados para hablar”.

Ya se verá a finales de este año qué estilo resultó más efectivo.