2017-06-14 | 09:44:21

La derrota del PRI en el municipio de Veracruz tiene varios responsables, pero curiosamente  son casi los mismos protagonistas de aquella inexplicable derrota de Anilú Ingram Vallines en el 2015 cuando perdió la diputación federal contra la panista Gabriela Ramírez.
En esa ocasión quedó para la posteridad aquella frase de que los "enanos se dieron un  tiro en la pierna" que fue lanzada por el exgobernador Javier Duarte De Ochoa en una comida con motivo de la Libertad de Expresión celebrada unos días después de los comicios.
 Se refería por supuesto a los "brillantes" operadores políticos Marlon Ramírez Marín y Daniel Galindo Moreno de quien trascendió  fueron los culpables de que una excelente candidata no pudiera ganar en las urnas. Lo peor es que fue con sendas traiciones del grupúsculo priista que sigue haciendo de las suyas.
 Pero lo más grave del asunto es que dos años después sigan vendiendo "espejos" de que son los "non plus ultra" y los hayan dejado operar en la campaña del "Tiburón Mayor", Fidel Kuri Grajales.
El primero de ellos nada tonto se quedó con la regiduría primera a sabiendas de que el escenario de derrota era alto y usó al alcalde Ramón Poo Gil para convencer al orizabeño que era la mejor opción. De hecho fue la constante en el priismo veracruzano en las pasadas elecciones, muchos de los aspirantes preferían mejor encabezar la planilla como regidores sabedores de que la derrota era casi una sentencia.
 Ya montado en esa posición Marlon Ramírez se encargó de "endulzarle" el oído al candidato como auténtico "encanta serpientes" y empezó a bloquear a muchos de los colaboradores que podrían apoyar a capitalizar electoralmente la campaña, todo esto pasando por encima del coordinador de campaña, Fernando Kuri Kuri, el mismo primo del presidente de los Tiburones.
 Se aprovechó de que el candidato era foráneo para pintarle realidades inexistentes junto con Daniel Galindo quien en esta ocasión fue el representante ante el OPLE en este puerto.
 Pero el tema no para ahí, pues hay voces que señalan que Marlon Ramírez operó en contra por instrucciones del diputado federal, Jorge Carvallo Delfín,  quien es la cabeza del grupo al que pertenece y se repitió la historia del 2015.
 Y es que el legislador del distrito con cabecera en Los Tuxtlas busca también que no lo alcance la mano de fiscal Jorge Winckler y que mejor que contribuir con la victoria de Fernando Yunes Marquez, hijo del gobernador.
 Según versiones otro asunto que explica parte de la derrota tiene que ver con que Fidel Kuri nunca tuvo el financiamiento prometido, los famosos cien millones de pesos que le iban a inyectar en el Día Cero.
 Se supo que el Comité Ejecutivo Nacional aportó el 10 por ciento de esa cifra así como le envió consultores tales como un peruano y un español cuyos gastos fueron parte del acuerdo con Enrique Ochoa Reza.
 Por si fuera poco, la otra parte de ese recurso le tocaba gestionarla al alcalde Ramón Poo Gil quien tres días antes de las elecciones le dijo a Fidel Kuri que no había podido conseguir el dinero prometido, pese a que ese había sido el argumento que esgrimió para imponer a Marlon Ramírez como edil número uno de la planilla.
Y de esa manera la simulación se consumó el 4 de Junio y los enanos pasarán a la historia como los que perdiendo siempre ganan.
 Queda claro que estos personajes son sumamente perversos, otros dirían que son más que inteligentes, y finalmente los candidatos son su instrumento para hacerse de beneficios.  Allá si los próximos aspirantes les siguen creyendo.
 Incluso cabe recordar que a Marlon se le señaló de entablar migas con activistas del panismo durante la campaña de Anilú Ingram, cuyas evidencias pararon en el escritorio de Javier Duarte, quien lo perdonó, y hoy sigue pagando las consecuencias con quien fuera su subsecretario de Gobierno, y otros muchos más que lo han vendido por tres monedas, o por la inmunidad.