2017-06-14 | 09:45:22

A pesar de la propaganda del aparato gubernamental para combatir el crimen organizado, Veracruz está haciendo agua para contrarrestar los delitos de alto impacto social.
Desde el Pánuco hasta el Tonalá, por los cuatro puntos cardinales, los ríos de sangre fluyen por complicidades aviesas entre el crímen organizado y las altas esferas de la SSP, por omisión o comisión.
Mientras el bienio del tlatoani continúa enfrascado en revanchismos estériles y venganzas con sus adversarios, Veracruz "se desangra" ante la incapacidad de las altas esferas gubernamentales local y federal.
Los ajustes sumarios del crimen organizado evidencian dos puntos sobresalientes del bienio de MAYL:
A.) La nueva estrategia de Seguridad Pública, anunciada con bombo y platillo el 1 de diciembre de 2016 como la panacea para devolver el estado de derecho en Veracruz, es un auténtico fracaso, en un mero gatopardismo.
Se convirtió en un discurso demagógico y oprobioso. Fueron solo sofismas el nombramiento de un militar como encargado de la SSP; el grupo israelí que se contrataría para implantar el nuevo modelo policial resultó una parodia, un chistorete; los famosos drones resultaron una vacilada, una entelequia.
B.) La inseguridad pública en Veracruz acrecentó el estado disfuncional. Esto nos remite a una lectura sustancial. Las fuerzas del orden y la ley están coludidas en su mayoría y con sus excepciones con los transgresores de la ley.
No hay día o noche que se registren episodios de terror al estilo del novelista Edgard Allan Poo. Hay cadáveres por todos lados.
Así se construye el Veracruz del oscurantismo con un sumiso y pelele Poder Legislativo que es la deshonra de la sociedad civil y de los ciudadanos de a pie.
¿Ahora cuál será el plan B del minigobierno del “Cambio”? Tuvo todo el capital político para doblegar a las altas esferas de Los Pinos, pero acabó replegándose a las valencianas del presidente EPN, a cambio de coyunturas y concesiones que le dan oxígeno para el 2018 y no acabe en la estrechez económica que lo ahoguen.
El poroso tejido social y la vapuleada sociedad civil quedó demostrado que en seis meses del bienio de MAYL, lo que suplicó como plazo para restaurar el orden y el derecho, le vale un bledo.
Primero están sus intereses y los de su casta familiar que el interés colectivo. ¡Es un populista réplica del vecino Donald Trump!
El estado le quedó grande con todas sus aristas y matices. Veracruz es un infierno, gracias a sus buenos oficiosos como un cleptócrata de pacotilla. La opacidad en los rubros de seguridad pública, finanzas, seguridad social, procuración en la justicia son las perlas a 6 meses de su bienio.
Veracruz se hunde, hace agua, ante la pasividad de una clase política inmersa en el descrédito popular en complicidad con un gobierno federal obnubilado que ha perdido el control con los cárteles de la droga y con las ínsulas y cacicazgos del poder público.
La entidad vive, enfrenta todos los síntomas de un estado disfuncional. El crimen organizado le agarro la medida al gobierno populista del “Cambio”.
Es una lástima que la vilipendiada sociedad civil no se sacuda del marasmo para llevar a la hoguera política a los políticos corruptos que causaron el sismo trepidatorio en el estado. En Veracruz la justicia es ciega y padece los síndromes de Alzheimer y de Hybris. ¡Ufff!
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