2017-06-19 | 21:16:26

El infierno psicológico

Es impresionante el número de denuncias que existen en contra de miembros del gobierno priista de Javier Duarte de Ochoa, no hay día que no se mencione el nombre de algún funcionario estatal, que está a punto de ser detenido. Los nombres de la gran mayoría de los funcionarios del gabinete ahora son más conocidos y populares que cuando trabajaban, ellos aparecen de forma cotidiana en los medios. Es tal la profusión mediática que ya dejaron de ser noticia.
Se mencionan a todos los exsecretarios de Finanzas, ninguno se salva aunque haya sido muy breve su paso por dicha dependencia. La misma calificación de rateros fue pareja.
Donde existe especial saña es de aquellos que fueron responsables de la Dirección de Comunicación, como que existe un odio enfermizo para simples empleados que afectaron la discutible imagen del gobernador panista Yunes Linares. Dicha dependencia esta convertida en un bunker blindado, lleno de cámaras y se investiga al detalle al diputado federal Alberto Silva y algunos empleados consentidos de María Georgina Domínguez.
Poco a poco van soltando las denuncias como si se tratara de un singular esquema de tortura, se mencionan los nombres de las dependencias investigadas y con ello a los diferentes titulares, para que de acuerdo a los tiempos cuando fueron responsables se pongan el saco. Los encargados de los servicios de salud que reportaban como pagados hospitales y clínicas, como el engaño facturado a los agricultores donde señalan directamente al boqueño Ramón Ferrari Pardiño.
La desesperación de buscar al mejor abogado que les consiga un amparo como el caso del último secretario de Finanzas, Antonio Gómez Pelegrín.
No temen a la pobreza, el destierro o la cárcel, tienen miedo al propio miedo.
El peculiar estilo del gobernante panista es que los duartistas sufran lentamente la agonía psicológica que provoca el no poder salir de sus casas tranquilamente y vivir con gran nerviosismo, la angustiante zozobra sobre la amenaza de que terminarán sus días en alguna celda. Los enemigos ocultos y silenciosos son más terribles que los abiertos y declarados.
Muchos fidelistas y duartistas saben que cometieron delitos y les permitieron salpicarse al robarse los recursos, pero no tomaron parte de las perversas acciones e intrigas realizadas en contra del expriísta Yunes Linares. Ni siquiera lo conocen. Sabían por simple referencias que era el enemigo número uno del cuenqueño Fidel Herrera y por seguir la corriente de Javier Duarte, pero fuera de ello eran simples empleados de la corrupta burocracia estatal.
Haber trabajado para los gobiernos priistas los hizo miembros sin querer de la peor banda. Es de los que se preguntan en las noches de insomnio, ¿Yo por qué?
Ni siquiera tomaron partido. Son los burócratas que siempre votan en contra del gobierno ya sea del PRI, PAN o PRD. Otros ni siquiera votan.
Por el simple hecho de trabajar con los gobiernos anteriores son enemigos de la actual administración.
El escritor jesuita Baltazar Gracián decía: “Quien no tiene enemigos por lo regular tampoco tiene amigos”.