jueves, 16 de mayo del 2024
 
Por Jair Robles
Columna: El burro, hablando de orejas
El burro, hablando de orejas
2017-06-25 | 13:10:01
Conforme pasan los días desde que se dio a conocer un nuevo caso, -por que este no es el primero-, de espionaje en México en contra de diversas personas
opuestas al actual gobierno, la reacción del Gobierno Federal y de diversos actores políticos nacionales ha ido cambiando y también los ha ido delatando.
La información del New York Times, relata como algunos periodistas, defensores de derechos humanos y activistas en contra de la corrupción, habían sido
blanco de intentos de vulnerar sus teléfonos con un software maligno (malware) que les permitiría monitorear todas las actividades que se desarrollan
desde estos aparatos.
De acuerdo a los rastros identificados de dicha investigación, todas las evidencias apuntan a que dichos ataques habrían salido desde diversas entidades del gobierno federal, ya que estas son las únicas a quienes se
les habría vendido dichos instrumentos de parte de la empresa Israelita
NSO, que desarrolla y vende estos programas.
La primer reacción del Gobierno Federal, como la del marido que fue cachado siendo infiel, fue negarlo y su cinismo se basaba en que parte de las características de estos programas de espionaje es que no pueden
ser rastreados, de manera que resulta prácticamente imposible determinar
quién los mandó.
Tan seguros se sentían en el gobierno, que un día después de darse a conocer esta información el Presidente envalentonado, se dirigió a algunos miembros de la prensa que lo acompañaban al regreso de su participación en la reunión de la OEA, diría que; “si son tan machitos (los espiados), pues que presenten una denuncia”.
Dos días después en otro evento, esta vez en el Estado de Jalisco, pedía a la PGR que investigara y en su caso culpara a aquellos que trataban de difamar
al gobierno.
Declaraciones que horas después habrían de ser esclarecidas por el propio Peña Nieto, pero que corresponden con la manera en que este gobierno
ha actuado, cada vez que es evidenciado haciendo algo que de ser investigado por instancias confiables, muy probablemente concluirían que han sido actos
al margen de la ley. Hasta ese momento los únicos en hacer un reclamo
público, habían sido las personas que de acuerdo a lo reportado en el periódico norteamericano, habían sufrido dichos ataques y algunas organizaciones de
la sociedad civil. Pero conforme pasan los días, los pronunciamientos
de diversos actores políticos y organismos internacionales se han venido
sumando al reclamo en contra del gobierno y la exigencia de que se identifique
a los autores de estas acciones de espionaje.
Uno de los reclamos más fuertes ha provenido de la dirigencia del PAN, quienes a través de una conferencia de prensa encabezada por su dirigente Ricardo Anaya, declararon que a través de sus representantes en el Congreso,
llamarán a comparecer al secretario de Gobernación y al director del CISEN,
amenazando que no se detendrán hasta llegar a las últimas consecuencias.
El reclamo de los panistas se dio después de que el propio presidente del partido y algunos otros miembros destacados de éste instituto político, se dieron
cuenta de que ellos también habían sido víctimas de intentos de espionaje
con el software PEGASUS.
Es muy probable que la rabia de Anaya, no se deba tanto a que el gobierno haya espiado a Aristegui o a Loret de Mola, entre otros, sino que su molestia radica
en que a él también lo tienen en sus redes y que aquella mañana que demostró en la llamada que se filtró hace tiempo donde le indica a Yunes Linares, que
cheque el número ($$$) que le mandó por mensaje por precaución a no ser grabado, finalmente si esté registrada en algún lado.
Haciendo un paréntesis, a caso a nadie le sorprende como es que el presidente
del PAN, que recibe millones de pesos al año de financiamiento público,
tiene que recurrir a quien en ese momento era tan solo un diputado federal
de su partido, para pedirle dinero?
Volviendo al tema de este artículo.
Conforme pasan los días más actores políticos se van dando cuenta
que ellos también han sido blancos de este tipo de espionaje.
Así lo declaró Ivonne Ortega, exgobernadora y ex secretaria general de
PRI. Según un reportaje publicado por el medio Eje Central, son más de 729
los blancos de espionaje que ellos tienen registrados de acuerdo a documentos
con los que ellos cuentan del año 2015.
En algún momento el propio gobierno se dio cuenta que su primera reacción
no solo era insatisfactoria para las víctimas, sino que de mantenerse en esta
actitud quedaba en evidencia su autoría.
Ya que si ante un hecho como este, el gobierno tiene la certeza de no haber
sido el autor, eso implica necesariamente que hay alguien más con la capacidad
y el interés de estar espiando a ciudadanos mexicanos, que de pura casualidad
son personajes incómodos ante el actual régimen.
Y si esto fuera cierto, no sería solo posible, sino preocupante que estos mismos personajes estén espiando al gobierno mismo, si tanto interés tienen
por los asuntos políticos en el país?
No debería de ser el gobierno el primer interesado
en dar con los operadores de esta campaña de espionaje?
Si hay algún escenario que ponga en riesgo la seguridad nacional, este sería que una agente o grupo externo al gobierno, tenga la capacidad de espiar y
conocer los secretos de estado.
Quizás y por eso los encargados de la comunicación desde la presidencia,
optaron por cambiar su estrategia y en voz del mismo Presidente, ahora
ha pedido a la PGR actuar con celeridad en torno a las acusaciones en contra
de su gobierno y también declara que él mismo ha recibido este tipo de mensajes.
Es muy probable que esto sea cierto, ya que si algo ha quedado en evidencia
en los últimos meses es que en este nuevo mundo interconectado, todos
los gobiernos se están espiando unos a otros.
A raíz de que se ha venido ventilando la supuesta intervención de los rusos
en las elecciones norteamericanas, ha quedado claro que las llamadas
telefónicas del embajador ruso en ese país son constantemente escuchadas
por las agencias de inteligencia estadounidenses y nadie se siente sorprendido.
Lo que esta un poco más difícil de explicar es por qué y quién, que no fuera
el mismo gobierno federal, estaría interesado en espiar a los personajes
que se dieron a conocer en el reportaje del New York Times en los momentos
en que se intentó llevarlo a cabo?
Ante estos hechos lo único que le queda al gobierno es llevar a cabo la misma
estrategia que ha seguido en las acusaciones de corrupción.
Así como la corrupción es un asunto cultural, donde todos los políticos son
corruptos.
En el caso del #GobiernoEspia, ahora resulta que todos son espiados y todos
son espías.
No nos sorprendamos de ver en unos días revelaciones de todos los gobiernos
estatales que han contratado este tipo de sistemas y escuchar a Enrique
Ochoa, declarar que se siente indignado cada vez que se entera de que
algún mexicano está siendo espiado.


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