martes, 28 de mayo del 2024
 
Por Cecilio García Cruz
Columna: Jesús te ampare
La crítica corriente
2017-08-10 | 10:41:21
Porfirio Muñoz Ledo, es un personaje polémico del sistema político mexicano que dejará huella por su pasión como servidor público.

Inteligente por los cuatro costados. Ideólogo, tribuno, apasionado y también enamorado.

Remolino de tiempo completo, ventarrón no pocas veces, torbellino otras.

Político implacable consigo mismo y con sus adversarios.

Dejó al PRI por no comulgar con el proyecto de los dirigentes de aquella época.

Hace 31 años produjo un boquete histórico a su partido al ser uno de los ideólogos de la Corriente Democrática.

En su momento sentenció: “Todo lo que pedíamos era competir dentro del partido, nada más”.

La Corriente Democrática fue la base para formar el Frente Democrático Nacional con Cuauhtémoc Cárdenas como candidato, para enfrentar al régimen que postuló a Carlos Salinas de Gortari en los comicios de 1988.

En esa elección se “le cayó el sistema” a Manuel Bartlett -quien por cierto ya “soltó” la verdad de los hechos-, y puso en crisis al gobierno encabezado eternamente por el PRI.

En entrevista con Excélsior, Muñoz Ledo sostuvo que la idea de la Corriente dentro del PRI era “postular a un candidato a la Presidencia y que nos dejaran inscribir candidatos a diputados y senadores”.

Sin embargo, recuerda Muñoz Ledo, en el PRI consideraron que la estrategia política era “como una afectación a los derechos históricos del presidente de México”.

Gobernaba “Miguel (de la Madrid) quien no tenía gran experiencia política; si hubiera sido (Adolfo) López Mateos o (Adolfo) Ruiz Cortines, lo hubieran operado de otra manera. Estaban seguros de que nos iban a aplastar y nos fueron orillando”.

La referencia histórica viene a cuento, luego de la integración de la Corriente Crítica, que tiene el mismo objetivo que la original y que derivó en la creación del PRD: elegir en consulta a la base a sus candidatos.

Sin embargo, esta Corriente surge después de los descalabros del PRI en varias elecciones, entre ellas Veracruz; quieren una sacudida al interior del tricolor para que no sean los mismos de siempre quienes decidan las candidaturas.

Y como sucedió hace 31 años, Peña Nieto considera a la Corriente Crítica “como una afectación a los derechos históricos del presidente de México”.

Por eso la desacredita y envía emisarios a calificar como “políticos de café” a sus integrantes.

La gran diferencia de la Corriente Democrática es que, a la actual oposición interna del PRI, muchos la señalan peyorativamente como una “crítica corriente”.

La cabeza visible es la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, pero su sombra refleja la imagen de Manlio Fabio Beltrones.

Al inicio se anotaron diversos personajes de la vida política en el movimiento, pero bastaron unas declaraciones, unos apretones de tuercas, para que la mayoría regresara al redil.

Como lo narra Muñoz Ledo: “Yo tenía muchos amigos dentro del PRI, pero los fueron presionando y presionando. Pero aun así empezamos a actuar”.

Sin embargo, hay preocupación en la dirigencia nacional del tricolor y de ahí que su actual presidente, Enrique Ochoa, se “tomara un café” con Manlio Fabio, foto de por medio.

A dos días de la XXII Asamblea, el PRI reformará los documentos básicos de sus estatutos y liberará los “candados” que exigen una militancia de 10 años para aspirar a la candidatura presidencial.

En Veracruz, entre broma y en serio, algunos calificaron el nuevo movimiento tricolor como “La Corriente Geriátrica”, por los personajes que dieron la cara.

La “Declaración Xalapa” fue leída y apoyada, entre otros por Eduardo Thomaé Domínguez, Manuel Ramos Gurrión, Arturo Nájera Gutiérrez, Ricardo Olivares Pineda y Joel Hurtado Ramón. Viejos lobos de mar.





Ellos afirman que para recuperar Veracruz primero tienen que recuperar el PRI, por lo que demandan la renovación de la estructura partidista.

Y su exhorto es: “No más dedazos, nepotismo y herencia de candidaturas; no más acuerdos en lo oscurito; el partido debe liderar frente a la sociedad una acción social revolucionaria que logre la justicia social y la igualdad para todos los mexicanos”.

Por otra parte, ni duda cabe que Enrique Peña Nieto, como jefe máximo del tricolor, será factor central en la elección del candidato en 2018.

En el PRI hay fracturas importantes y discordancias.

Mientras unos pugnan por evitar el dedazo, otros exigen que el candidato presidencial emerja de una consulta a militantes y simpatizantes.

Ahí se verá si realmente es una Corriente Crítica o solo una crítica… corriente.

En tanto, el nombre de José Antonio Meade, sin ser militante priista, merodea en las mesas temáticas, sin estar presente.

En Veracruz, Pepe Yunes Zorrilla, se frota las manos y enciende veladoras para que sus sueños se conviertan, al fin, en realidad.






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