2017-08-21 | 10:33:40

Magda Zayas Muñoz @magzamu

La creciente inseguridad en el estado, va de la mano con el incremento en el desempleo; por ello a la par de los despidos, la seguridad pareciera escasearse, en hechos como asaltos a mano armada a transeúntes, robos a casa habitación, a comercios y los peores secuestros, o bien cualquiera de éstos que han culminado en la pérdida de vidas humanas.
De ahí que lo correcto, sí realmente se intenta combatir la inseguridad, sería reforzar el empleo en la entidad, para dotar de ingresos a quienes se han quedado sin sustento alguno, sin los recursos mínimos para alimentar a su familia; la queja recurrente de muchos desempleados, es que al ser despedidos de sus fuentes de trabajo, han intentado emprender la venta de comida u otros productos y se les ha negado ¿entonces qué hacemos, de que vivimos? se preguntan padres, madres o hijos de familia que atraviesan éste trago amargo.
Y es que según números oficiales, cerca de 10 mil personas han perdido su empleo durante este año, a muchos de ellos “se les cierra el mundo” y sinnúmero de ellos acusan la peor época para quienes por décadas han vivido de un salario y hoy lo han perdido. Son muchas las voces que critican al actual Gobernante, quien les prometió un cambio, votaron por él y los dejo sin empleo ¿qué esperan que hagamos?, ¿qué nos volvamos delincuentes?” dicen muchos de los que hoy están en una callejón sin salida.
En nuestra entidad, siete de cada diez veracruzanos laboran en la informalidad, poco más de 76 mil carecen de ingresos o perciben menos de un salario mínimo y es que, de acuerdo con información de los Censos y Conteos Generales de Población y Vivienda, y la Encuesta del Instituto Nacional de Estadística Geografía (INEGI), ha aumentado el trabajo informal y las carencias en las familias.
Sin lugar a dudas Javier Duarte de Ochoa dejó un desastre y el desempleo fue una constante en su administración, más aun en el último tramo de su gobierno cuando desistió de pagar a proveedores y éstos a su vez –ante la falta de recursos- realizaron despidos y otros más cerraron sus negocios, pero a casi 9 meses de la actual administración el panorama no es más alentador, las cifras incrementan y las promesas de campaña parecen desvanecerse entre aspiraciones y reflectores.
Más de 115 mil veracruzanos no tienen empleo, es decir, la tasa de desocupación se ubica en 3.5%; casi 7 de cada 10 veracruzanos se encuentran en la informalidad laboral, lo cual abona a la incertidumbre e inestabilidad pues no se trata de ingresos estables y así observamos por ejemplo que, el trabajo informal, como lo es la actividad del ambulantaje es practicada por el 26.7% de la Población Económicamente Activa de Veracruz, es decir se trata de un número muy alto de ciudadanos que no tiene certeza en generar lo necesario, para llevar el sustento a sus hogares.
En fin que mientras el desempleo aumenta la inseguridad también, aunque las autoridades no lo consideren así. Por ahora el Gobernador ha criticado que no se le reconozca supuestos “logros” en materia de seguridad y apenas ayer anunció “estrategias para combatir la seguridad, como es el regreso de la policía municipal en varios municipios de la entidad y la policía metropolitana en regiones como la zona norte donde la inseguridad es aún mayor.
Habrá que ver sí su estrategia da resultados de aquí a un año, pues a decir de él, a finales de 2017 estará instalada la policía municipal y metropolitana, en fin que, en las estrategias planteadas por Linares ninguna va de la mano con la creación de fuentes de empleo que tanto urgen a Veracruz, sin duda algo importante se le está pasando ¡así las cosas en nuestra entidad!