martes, 02 de julio del 2024
 
Por Magda Zayas Muñoz
Columna: Momentos
El machismo lacerante que tanto daño hace
2017-09-18 | 09:25:45
Años atrás recuerdo una conversación entre dos mujeres que jamás pude sacar de mi mente; era una fiesta familiar, ellas eran madres de varones y entonces alegaban sobre el momento en que su hijo decidiera unir su vida a una mujer y exclamaban –“mi hijo merece una buena mujer, que lo atienda, que lo obedezca, lo respete, lo valore, que sepa guisarle como lo hago yo y sobre todo que sea bonita y de buena familia”, ¡claro! “decía la otra, porque hay cada mujercilla por ahí, que ¡dios nos libre!” y entonces como para rematar una profería, “dudo que alguna mujer los merezca”- con el pasar de los años supe un poco más de la vida de aquellas madres de familia, ambas sufrían violencia -no sé si física, jamás ahonde- pero la emocional era evidente.

Me preguntaba ¿Cómo era posible que aquellas mujeres que sufrían violencia de sus esposos, repetían patrones, educando a hijos machistas que por obvias razones harían lo mismo con sus mujeres?

Aquellos adolescentes se sentaban a la mesa a esperar que todo se les sirviera, no movían un dedo para ayudar a su madre. En mi hogar, éramos casi todas mujeres y un solo varón, un día recuerdo a mi hermano esperando se le atendiera y entonces me sentí tan enojada que exclame ¡madre dile a tu hijo que tiene manos, que se levante y nos ayude, porque aquí hay mucho que hacer y todos tenemos que contribuir -mi madre guardo silencio y el repeló- yo insistí.

Poco a poco trate de disuadir a mi mamá de su error, al paso de los años mi hermano cocinaba, ayudaba con la limpieza de casa y todos trabajábamos a la par después de nuestras horas dedicadas el estudio.

Aquella conversación –entre dos madres de familia- no se aleja en mucho a las que aún escucho; es cierto que existe responsabilidad de las autoridades en cuanto a la muerte, violaciones y demás atrocidades que se cometen, pero también es más que evidente, que para avanzar en la erradicación de la violencia hacia las mujeres, se tiene que trabajar desde los hogares, porque las mujeres nos quejamos del machismo que ha ocasionado tanto daño y tantas muertes de mujeres, pero en nuestros hogares se suele fomentar.

Se trata de un trabajo conjunto; no podemos avanzar sí como hijas permitimos que nuestro padre violente a nuestra madre o que nuestra mamá fomente el distingo o bien que nuestro padre sea indiferente; tampoco aportamos sí como madres, educamos a nuestros hijos con prejuicios, considerándolos como merecedores de todo lo mejor sin importar el sentir de sus parejas; ¿qué mujer no ha sido acosada? o ¿qué mujer no ha permitido ser sobajada o abusada porque es lo único que conoce, o porque considera que solo así se puede avanzar?

Mi cabeza da vueltas una y otra vez y me pregunto ¿Cómo sería la vida del asesino de Mara?, ¿Qué lo llevó a violarla y asesinarla?, ¿Quién le dijo que podía hacerlo, que tenía derecho?, ¿Cuál es su pasado, que hacía antes de incorporarse Cabify?, ¿Qué hay en su historial de vida?.

Estas preguntas me orillan a esa aspiración en México de la justicia restaurativa que tiene como principal objetivo sanar, que los familiares de la joven estudiante sepan porque lo hizo, sanarse y que él hoy imputado pueda observar el daño que ha hecho. Sin duda mucho pedir, mucho anhelar.

Ayer se dio a conocer un nuevo video, donde se observa a Ricardo Alexis –chofer de Cabify- sonriendo y saludando a la cámara luego de salir del hotel donde asesinó a Mara Fernanda Castilla Miranda ¡escalofriante, indignante, repugnante!

Mara salió a divertirse y eso le dio derecho al mencionado sujeto de violarla y matarla y así interminables casos, muchos más, otros menos sonados, otros olvidados, otros jamás contados y sí aquello hubiese ocurrido aquí en Veracruz, seguramente se le habría revictimizado, acusándola de buscarse su muerte; porque aquí en cuanto a impunidad e indiferencia se trata, tenemos trofeo y sino pregúntenle al Fiscal General que ante tantas muertes y violaciones por investigar se presume en redes cocinando paella y sonriente. ¡Ya lo dijimos, no es que nos importe su vida, sino que agravia su indolencia, su burla, su exhibicionismo, su valemadrismo!

Todos los días en nuestro País, en Veracruz, un hombre acosa a una mujer o bien, la golpea, la viola, la mata y así mismo, diariamente alguien omite educar a un niño con equidad de género y al mismo tiempo alguien deja de educar a una niña en el respeto, en la igualdad y en el valor así misma, pero de igual manera y lamentablemente todos los días los mexicanos permitimos que ello ocurra, viendo y dejando pasar, mostrando indiferencia y del otro lado autoridades indiferentes que fomentan la impunidad. Hoy fue Mara, ayer miles, mañana miles ¿y ustedes que están haciendo?


@magzamu
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