jueves, 20 de junio del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: La muerte de un líder
La muerte de un líder
2017-09-25 | 14:15:14
La muerte del dirigente magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, sirvió para que propios y extraños se reunieran en sus funerales, rojos y azules, maestros y grupos políticos de diversas líneas partidistas fueron parte de sus exequias a quien entre los clásicos claroscuros llega a su fin después de más de tres décadas de liderazgo en la sección 32 del SNTE al comenzar como maestro rural, después director de una primaria hasta convertirse en parte de la conducción de uno de los bastiones del sindicato más poderosos en el continente.

Los señalamientos tardíos de molestia y crítica desde las redes sociales a quien ya no se pudo defender se dieron en forma por demás contradictoria.

También, los que le lloran a quien les ayudó a tener una plaza o un puesto en el ramo de la educación se hicieron patentes.

Aunque el liderazgo fue cedido a su hijo, hay quienes creen que fue el profesor Juan Nicolás Callejas Arroyo, el que ejerció el control por muchos años de un cacicazgo sindical en el estado de Veracruz, que también hizo mucho daño y provocó atrasos en la materia con los favorecimientos y actos de corrupción de más de tres décadas en la SNTE y en el propio sector de educación estatal en donde fueron muchos los hechos sombríos en donde nadie pudo contener malos manejos que hicieron millonarios a muchos, desde ese noble sector lastimado por el sindicato y algunos malos funcionarios en varios sexenios.

Ahora a esperar que la sección 32 siga ya en declive sin poder, y sin ningún tipo de control cuando se le han quitado desde la reforma educativa los férreos formatos que tanto daño hicieron al sistema educativo en todo el país desde la era de Carlos Jongitud Barrios hasta la maestra Elba Esther Gordillo que se encuentra en proceso penal y ya el ocaso con Juan de Dios de la Torre, sólo queda un líder de papel.

El triste paso del SNTE y sus dirigentes nacionales y locales ha sido de lucrar en los tiempos electorales, ahora que sigue.

En otro asunto, de la falta de sensibilizada de los que no se solidarizan con la emergencia y las grandes tragedias sufridas en este país en menos de quinces días dos sismos primero que afectaron a los estados de Chiapas y Oaxaca, después del de este martes que afectó a la ciudad de México y a los estados de Morelos, Puebla y Tlaxcala, así como un huracán en costas de este país, que alcanzó al estado de Veracruz, la reflexión que sobresale es el de la unidad de “Juan Pueblo” la sociedad civil como respuesta a las emergencias.

El ejemplo de siempre en este país, han sido los jóvenes que se unen y que estoicos encabezan los centros de acopio y los operan con una honestidad inaudita de férreos custodios de los alimentos y medicinas, que se reciben desde la misma población para ser enviados a los puntos del desastre en cinco puntos diversos del territorio nacional.

La solidaridad de la gente, sí los de a pie que se quitan el pan de la boca para darlo a los que lo necesitan en el momento oportuno y sin miramiento alguno, esta de manifiesto.

El gran reconocimiento a todos los héroes anónimos también muy merecido que han ayudado a las tareas de rescate en la búsqueda de sobrevivientes en los escombros.

Y a todos aquellos que se unen a levantar los lugares para dar refugio temporal a los damnificados es digno de reconocimiento, incluidos elementos de las dependencias oficiales ejército, armada, protección civil, bomberos, cruz roja y todos aquellos prestos y dispuestos siempre a ayudar y hasta a ofrendar la vida en su delicada misión de servir a los demás.

La gran diferencia con quienes se han reconocido como las rémoras del presupuesto y vividores, rateros y saqueadores del erario público, que se han negado a contribuir con parte de sus sueldos e igual que los partidos políticos que se han negado a que los recursos públicos en un 20 por ciento, se destinen a la reconstrucción de los daños en los lugares afectados.

En el mismo modo, el engaño de siempre de la televisión mercantilizada y ya a punto de desaparecer que en aras del rating y de controlar al público por la emergencia de la tragedia hasta se inventó el rescate de una niña supuestamente llamada Frida Sofía, que se dijo al final que fue un mito inventado para atraer el público que durante los controles remotos en vivo desde el canal de las telenovelas, hasta pusieron a rezar y llorar a millones por una niña que se dijo al final que no fue cierta la historia.

Pero, en la contradicción de las banalidades y mentiras de las televisoras falaces y ya casi extintas, han sido el positivo trabajo las redes sociales las que en el momento de la tragedia han marcado la honradez, la ética y hasta el sentido humanitario de apego a los cánones de respeto, educación y de profesionalismo, que en nada lo superan algunos de los medios informativos tradicionales.

En el difícil momento, queda ya para la historia una vez más y en la paradoja cruel de la fecha 19 de septiembre para que se recuerden estas situaciones de tragedia en donde se ve al pueblo unido y a la distancia los políticos celebres dispuestos a llevarse como un beneficio o un pecio muchos de la ayuda como sucedió en 1985, pero con la diferencia que después de aquella mala experiencia de los desvíos hacia fines personales, ahora la sociedad civil hasta elimina códigos de barra con un plumón para que nadie pueda enajenar o lucrar con el destino final de los benefactores de la ayuda.

En Juchitán, Oaxaca, se denunció al secretario del ayuntamiento que de inmediato quiso llevar la ayuda a su domicilio particular y la gente lo impidió.

En el 85 las casas de campaña donadas por algún país se quedaron guardadas como sucedió con los miles de aparatos electrónicos que son radios de alerta sísmica que se quedaron almacenados porque no hubo un programa de entrega oportuna y lo más grave que los aparatos, se comenzaron a vender en el comercio o en el mercado negro hasta en trece mil pesos, cuando fueron adquiridos para entregarse a escuelas, edificios públicos y particulares.

El aprendizaje de ahora sirve y ya se dice para quitarles a los políticos rudos, a los funcionarios públicos intolerantes y a los propios partidos políticos insensibles, el gran poder económico que detentan y que son parte de los impuestos del pueblo.

Aquellos funcionarios públicos, que ganan fortunas mensuales que van de los 80 mil pesos hasta los 600 mil pesos mensuales, comenzaran ya a sufrir las consecuencias de su osadía de no solidarizarse con la tragedia porque a partir de ahora se va a comenzar ya una nueva cultura de equilibrio y mesura con los que ganan los sueldos que no devengan y muchos hasta se sienten paridos por los dioses. Así las cosas.




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