sábado, 22 de junio del 2024
 
Por Raúl López Gómez
Columna: Cosmovisión
Crisis humanitaria
2017-10-11 | 09:41:09
Los que pelean en el país por el uso y manejo discrecional de las prerrogativas asignadas a los partidos políticos, develaron la realidad de una grave y seria problemática que tocó fondo con los sismos del 7 y 19 de septiembre.

Ahora con una realidad encima ante la desmedida ambición de la partidocracia, se puede dar cuenta la población del nivel de depredadores en lo que han convertido la mayoría de los políticos en los tres ámbitos de gobiernos y poderes respectivos.

Muchos alcanzan a ganar fortunas de forma mensual y con bonos inimaginables, más las prestaciones que rayan en lo absurdo, cuando las grandes mayorías de este país afectadas por la pobreza, la pobreza y extrema y ahora con los graves efectos de la naturales, mucha gente queda en total indefensión.

El ojo oculto que lo ve todo, de lo que sucede a partir del pardear de la tarde y entrada la noche, comienza a verse a personas de todas las edades que han de hurgar en la basura para encontrar el preciado material del reciclado, que va desde el plástico –pet-, metal, papel, cartón, ropa, zapatos y cualquier objeto que pueda ser reparable.

Los que buscan en la basura hasta entrada la madrugada, se puede observar que ya muchos perdieron el pudor y el temor a ser vistos en el anhelo de conseguir recursos para comer, sobrevivir y poder pagasr los costosos servicios públicos, ya no esconden aquel sentir de pena, que a causa de una crisis económica galopante dejaron de vivir en la opulencia o en la comodidad, cuando por ejemplo se pierde el empleo, o simplemente no lo hay, con alguna posibilidad de superar el salario mínimo, que no alcanza para lo mínimo de la subsistencia.

Se hacen de más de cien pesos diarios en la búsqueda del material reciclable en la basura, luego de muchas horas de largos recorridos.

Por eso, es el juego político en el chantaje absoluto que se convierte en delito electoral por el manejo de las despensas que juega con la ilusión y el hambre de la gente, aunque sea para saciar unos días la necesidad.

La pobreza se agrava y se convierte en vivir o morir con el crecimiento de la violencia, la delincuencia común, que ya se vive en muchos lugares en donde hasta se pierde la tranquilidad aquella de vivir en la colonia proletaria o el último rincón del campo, en donde se pierde ya la tranquilidad.

Los vecinos unidos en la defensa de su integridad y de sus pocas pertenencias ante el aumento de la delincuencia común, la más peligrosa porque en esa disposición de conseguir para comer se convierte en un serio peligro para unos y otros.

Tiempos electorales convertidos ahora en un infierno, porque la ayuda no llega cuando menos, ante las exigencias de una ley que impide la entrega de las despensas con los alimentos básicos.

En el cinismo de muchos de los políticos que sonríen como sonreía Javier Duarte, al final cuando pidan el voto se darán cuenta del gran error cometido cuando pudieron evitar que se tensará más la reata a favor de los pobres afectados también por la emergencia de unos sismos que descobijaron a un sistema agónico y vil que ahora hay hasta quieren confundir a la gente con mesianismos y bondades, cuando se les conoce con poder y sus excesos.

Hace falta humanismo y que los partidos políticos con los políticos de todos los niveles dejen de vivir en la opulencia perniciosa, mientras más de 50 millones ven pasar a los triunfadores y no se lamentan de vivir en su condición de pobreza, por algo simple y sencillo, la gente prefiere vivir en esa condición de miseria, por costumbre y por evitar conflictos.

Ahora, a todo esto hay que agregarles que desde la medicina pública, se han adelgazado todos los servicios en las instituciones oficiales de salud, porque sobre todo en las instancias federales es evitar que la gente vaya a la consulta y mejor que acudan a los lugares de las farmacias en donde las consultas son gratuitas o con un costo mínimo y la medicina se paga ante la necesidad inmediata de evitar, largas filas y largas esperas.

Esta tan seria la situación que hasta los “ninis”, desparecieron del mapa y ahora hasta o trabajan o estudian., ya hasta estorban en la casa, y más aun la condición se agrava para las personas de la tercera edad que tienen que trabajar y los menos a vivir en la desnutrición y enfermos. Esa es la gran realidad de este país. Más aun en las casas de empeños que pagan de forma miserable lo que tanto se adquirió con sueños y ahorros.

Antes en las iglesias de todas las religiones se ayudaba a la gente, hasta eso sé acabo. Así las cosas.


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