2017-12-11 | 08:10:40

Parado en medio de un cuadrilátero más propio para el combate que para un Informe de Gobierno y con cuatro telepromters alrededor del ring que le permitían moverse con cierta libertad sin quitar la mirada fija en la lectura de su último Informe, Miguel Ángel Yunes Márquez terminó por describirse a sí mismo como el ‘Alcalde Rebelde’, no sin antes repasar los años difíciles en los que sufrió el bloqueo de Fidel Herrera, el fraude electoral del PRI, un atentado por grupo armado, el asedio con intento de desafuero, el robo de Duarte de los fondos federales que lo llevó a dirigir la Toma del Palacio del Gobierno y hasta el agravio y difamación a su familia (¿el gobernador?).

Diríase que en el relato de tanta persecución a Yunes Márquez sólo le faltó decir que cualquier parecido con la trayectoria de Andrés Manuel López Obrador es pura circunstancia porque él es rebelde y Andrés Manuel populista.

Y por si fuera poco, también leyó su discurso amoroso de la búsqueda y logro de la Felicidad… con lágrimas incluidas.

Eso que el ‘Alcalde Rebelde’ tropicaliza como ‘felicidad’ no es otra cosa que el Estado de Bienestar que todo gobierno está obligado a cumplir a sus gobernados: salud, educación, equidad, oportunidades, salario digno, infraestructura, urbanización.

Pero se oye bonito y nadie va a quitarle mérito a su equipo de marketing comunicacional.

Pero cuando el ‘Alcalde Rebelde’ lee que en materia de ingresos, según el INEGI, Boca del Río está por encima de la línea de bienestar, una sabe que se trata de una felicidad de utilería y además tramposa.

Es evidente que si se promedian los diferentes ingresos de todo Boca del Río, sucede que somos todos ricos porque aquí se acumula la riqueza de pocos con la pobreza de muchos. Y eso no lo ha cambiado ni con el clientelismo ‘canasta por voto’ de Boca Sonríe.

Leyó también, y mucho, sobre el orgullo de poner a Boca del Río en el espacio de ‘clase mundial’ dedicado al arte y la cultura con el Foro Boca.

No voy a abundar en lo evidente, la cultura no puede ser justificación para cometer un ecocidio y nadie puede estar en contra de la música pero sí de la falta de respeto al Medio Ambiente.

Ese mismo monumento al cemento podía haberse construido en los muchos terrenos propiedad del ayuntamiento, o sea, del erario, es decir nuestro, que están justo enfrente del Foro.

O también en el terreno donde se encontraba hace apenas unos meses una planta del SAS y que el ‘Alcalde Rebelde’ demolía mientras le presumía al secretario de Turismo, De la Madrid, que ahí mismo se construiría el Hotel de ‘un empresario’.

Ese hotel ya estaba inscrito en la Manifestación de Impacto Ambiental a pesar de que el ‘Alcalde Rebelde’ lo negó mientras nos insultaba a las activistas de la asociación medioambientalista Earth Defenders por oponernos a su magno proyecto.

El discurso del alcalde no terminó de manera feliz. Entre tanta felicidad, recordó a su equipo y les agradeció todo el esfuerzo realizado y, ya encarrilado, olvidó leer y cometió un desliz.

Se dirigió a la Presidenta del DIF, su esposa, y le agradeció ‘también el esfuerzo de Paty… de aguantarme’. ¿Nadie le dijo al ‘Alcalde Rebelde’ que la función y el trabajo valioso de una presidenta del DIF no es aguantarlo a él?

¿Nadie le ha dicho nunca que el suyo es un discurso misógino que no valora el trabajo de una mujer, aunque sea la suya? ¿Habrá escuchado el alcalde que quiere ser gobernador sobre la importancia de transversalizar la perspectiva de género? Pregunto.