2017-12-14 | 07:55:09

El zar de la basura, Antonino Baxzi Mata, salió respondón aunque a destiempo. Semanas después le contesta al alcalde electo de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, que él sí devenga su jugoso salario (que dicen son más de 80 mil pesos mensuales), ante lo que habría dicho en su momento el hombre que está a punto de asumir el poder.

Nadie ve cómo desquita Nino Baxzi su salario. No es necesario que ande colgado del camión recolector de basura, pero no se ve que haga nada. ¿Algún trabajador adscrito a su sindicato percibirá el mismo salario que él?


Se podrá decir que a Baxzi lo han protegido los alcaldes priistas, pero deberían cerrar la boca, porque los panistas también lo hicieron. Y eso que fueron 4 las administraciones municipales de Veracruz que ganó el PAN, una tras otra, con Roberto Bueno Campos, Francisco Ávila Camberos, José Ramón Gutiérrez de Velasco Hoyos y Julen Rementería del Puerto.

Con todos ellos el zar de la basura mantuvo sus privilegios y los señores fueron omisos al mantenerle sus privilegios. ¿No que no?

Ahora Baxzi piensa que correrá la misma suerte que con los otros panistas. Habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos.


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El accidente carretero en el que participó el grupo musical Los Flamers es doblemente lamentable. Primero, por la pérdida de una vida humana. Segundo, por los señalamientos de negligencia y que el músico fallecido no tenía por qué haber corrido esa desventura. Lástima que el caso haya dado ese giro.

¿Seguramente Roberto Bueno ha de estar doblemente apesadumbrado por lo que está ocurriendo en ese grupo que tanta alegría ha dado a los jarochos y que hoy vive la tragedia antes, durante y después del accidente en Chiapas.


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El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, reclamó que varios estados de la República Mexicana no hayan cumplido con la alerta de género, aunque no dijo cuáles. En ese sentido Veracruz tiene mucho que responder.

Activistas de varios municipios de la entidad se han pronunciado en ese sentido desde hace tiempo, pero sus voces se pierden en el desierto.

Peor aún, se enfrentan a los grupos radicales de tendencias claramente religiosas disfrazados de defensores de “la vida” y de la familia. Mucho recuerdan a las famosas ligas “de la decencia”. Por eso Veracruz tiene mucho que decirle a las mujeres víctimas de la violencia, el abandono y de los atropellos a sus derechos humanos.